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lunes, 12 de mayo de 2014

Ejemplos de superación

Hay momentos en la vida en que todo parece determinar tu camino, pero hay algo que puja por salir, que no es otra cosa que lo que en verdad está dentro de ti, aquello que lleva impreso no el ADN familiar sino el propio. Lo que sin haberlo elegido, eres.

Por lo que vengo observando hay algo común en el escritor, un sentir que pertenece a otro mundo del que nadie le ha hablado, que tal vez se ha escapado de sus años de pleno disfrute como lector. Creo que no exagero si digo que para cada escritor lo más complicado es hacerse entender por su entorno y que necesita la comprensión de quienes tiene más cerca. O a falta de comprensión, el amor de permitirle desarrollar las horas necesarias que precisa su trabajo solitario, ese que nadie le manda, pero sin el cual nada a su alrededor tiene sentido. A veces ese apoyo lo tiene o lo tiene, pero el escritor que lo es desde su propio ADN, busca la fórmula que le permita su escrito diario; el que le complementa y sirve de balanza equilibradora del mundo. Tan imprescindible para él como la nutrición.

Os dejo una muestra que tiene por protagonista a Alejandro Laurenza

sábado, 10 de mayo de 2014

Hora de abandonar o de comenzar en serio

De un tiempo a esta parte me pregunto más que nunca si es hora de dejar este sueño de escribir o de comenzar a hacerlo de la forma en que requiere. Cada vez soy más consciente de que escribir no es un sueño, es un trabajo, si se quiere hacerlo bien hay que formarse y estar inmerso en un continuo aprendizaje, que también tiene mucho de voluntad.

Es una inversión de tiempo que si se utiliza para ello restará para lo demás y a veces los demás son muy exigentes con nuestro tiempo, más si se es mujer, porque las tareas que nos caracterizan a lo largo de la historia nos esperan a nosotras; de tan aburridas ni las voy a mencionar, las sabemos de sobra.

No sé lo que opinaréis, a mí me gusta ser libre para decidir qué escribo y cómo lo hago; pero sé que sola no puedo, que necesito ayuda profesional. Solo quienes nos exigen ser mejores logran que lo seamos, eso en todos los campos. En este momento, no sé para cuando, opino que necesito ingresar a este lugar:

Por si no lo conocéis, lo comparto, tal y como me decían de pequeña, el saber no ocupa lugar.

jueves, 8 de mayo de 2014

Mirando con lupa alrededor

De un tiempo a esta parte Margarita se dedica a apuntalar su tesis de que la ley no es igual para todos. Un día tras otro lo constata en las noticias, te muestra claros indicios y te anuncia que de momento dejará sus sueños en barbecho.

 -Así no se puede soñar.
-Deberías dejar de obsesionarte con eso- le dices-. La vida siempre fue así.
-Pero a mí me deprime de una forma que no te podrías imaginar.
-Ya, pero a nadie le arregla nada tu depresión. Es una etapa, al final todo cambia.
-No. Lo malo es que nada cambiará.
-Puede, pero no debemos ir perdiendo la esperanza. Ella es todo lo que nos sostiene...

De un tiempo a esta parte tiemblas cada vez que Margarita dice que se pasará por tu casa a verte. Te dices que no se debería quejar, porque a ella nada le va mal. Intentas animar todos sus días ofreciendo cada día una sonrisa recién comenzada, y al cabo puedes hacerlo porque tienes vida.

Cuentas marcha atrás todos los días que desde hoy pueda tardar en dejar atrás esta etapa de lamentarse por la situación del mundo. La esperas con ilusión porque al menos ella puede formular en voz alta todas las quejas que para otros son puro conformismo. Apuras los rayos de sol antes de que ella llegue cargada de nubes negras, con ellos, llenarás sus bolsillos antes de que se vaya, a escondidas de la misma primavera de tallos en flor.

sábado, 3 de mayo de 2014

Dichosas cookies

De un tiempo a esta parte cada página que consulto avisa de que la página web que visito hace uso de las cookies para facilitar la navegación. Tengo un empacho de cookies que ni os cuento. En general empieza a cansarme bastante este mundo internáutico cuyas terminologías no entiendo, creo que es un síntoma inequívoco de que en cierta medida me estoy cansando de todo lo que nos controla, no sé. El caso es que hoy es mi propio espacio, Días de lluvia, el que avisa de eso, de que hace su propio uso de cookies. ¿Dónde está la tecla que me permita quitarlo? De momento no lo entiendo y solo acuso el cansancio de que se nos controle tanto y nos lancemos de lleno hacia ello.

Creo que no hace falta que diga que soy de pueblo y que cada vez estoy más contenta de vivir rodeada de naturaleza, aquí donde casi todo es silencio. Rumor de ríos, irrupción de flores silvestres que crecen lentas lo mismo que el tiempo, trinar de pájaros por doquier, verdes campos; frondosos árboles, nubes que se dibujan y desdibujan todo el tiempo.

Dichosas cookies, dichosa forma de controlarnos todo el tiempo, que no sé de qué modo se detiene; luego me quejo.

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lunes, 28 de abril de 2014

Aprender es insistir




Eso resolví después de conseguir añadir letras a una fotografía tomada hace unos meses en uno de mis rincones preferidos del Cabo Peñas. Lo de añadir letras lo conseguí, pero ponerlas abajo a la derecha que era donde quería, no hubo forma.

Ese día el sol irradiaba con tal fuerza que dejó unos bordes como de pintura, adelantando un verano que parece teñirlo todo de alegría y que ya puede intuirse desde aquí.


viernes, 25 de abril de 2014

En el caso de mi muerte...

Me hubiese gustado que la paz
se hubiese hecho entre los países
y morir entre tus brazos,
no en este evitable ristre

Me gustaría que el sol
se filtrase por la ventana
mientras aferrado a tu mano
te digo que hasta mañana

Me gustaría decir
que en el caso de mi muerte
te lo dejo todo a ti,
y decírtelo de frente

Pero estoy en esta guerra
temblando de miedo y frío
con hambre en el estómago,
y mucha más de los míos

En el caso de mi muerte
no quisiera estar aquí
sino en mi pueblo bendito,
en mi casa y junto a ti

Todos en paz como hermanos
hermanos todos en paz,
en el caso de mi muerte
nada desearía más.


Pd: Surgió de aquí:

"En el caso de mi muerte..." Los testamentos de los soldados de la I Guerra Mundial



jueves, 24 de abril de 2014

Estoy barriendo el desierto

De entre todas las cosas que tuve que oír por parte de mis hijos -hay que tenerlos para saber que siempre serán nuestros mayores críticos porque son quienes más tiempo dedican a observarnos, aunque tal vez nunca lleguemos a agradecerlo-, anteayer escuché la que más me impactó, justo eso, que mientras recorro incansable mis archivos intentando terminar a mi gusto una novela, me dedico a barrer el desierto.

No me quejo, porque quejarse no conduce a nada, pero no dejaré de escribir básicamente por dos causas, la primera, porque mientras recorro incansable mis archivos creo que otra forma de vida es posible, una en la que los dirigentes puedan dirigir bien el mundo, esto es: hacer más agradable el mundo en el que todos vivimos, algo que solo es posible si todos tenemos los mismos derechos: al trabajo, a un salario digno y a la sanidad; en el mundo entero, claro. Y otra es que mientras escribo intento superarme todo el tiempo, en mi propio intento de poder hacer visible esa historia a la que dedico tantas horas que no me sobran. A la pregunta de si seré capaz de hacerlo, creo que no importa, que soy feliz mientras lo hago y que con eso cumplo conmigo y con los demás. Vuelvo plena de felicidad al mundo después de ello.

Ahora pasaré a enumerar algunas de las muchas veces que en verdad barro el desierto (Ya no es que barra en el desierto, lo cual sería barrer un trocito, no, es que barro el desierto entero, algo tan agotador como inútil; esa imagen me agota):

- Cuando intento ver algo bueno en televisión y solo emiten programas casposos en los que la gente chilla, patalea, miente, y además cobra una pasta gansa sin aportar nada que sirva a la sociedad. Lo único bueno es que puedes accionar un botón y mandarlos a la porra, vayan juntos o revueltos.

-Cuando voy a la compra y los precios de todo han vuelto a subir y mi sueldo vuelve a quedarse tan pequeño. Algo que quienes manejan las estadísticas generales saben que ocurrirá pero no pierden el sueño.

-Cuando recojo la casa en la que vivo una y otra vez sin resultado alguno porque quienes viven conmigo vuelven a dejarla como una leonera, como si mi tiempo y mi energía fuesen inagotables y no me restasen minutos de hacer lo que en verdad prefiero. Que por lo que parece es barrer el desierto.

-Cuando sé lo cerca que están las elecciones y escuchando a unos y a otros, todos me dan tanto miedo, porque en cuanto ganen por mayoría volverán a tener el poder de hacer con mi vida lo que les de la gana. Con subir los precios o bajarlos tienen el poder de hacernos felices o desgraciados; variando las leyes, ya ni te cuento.

Podría hacer una lista tan larga que no quedase pantalla para abarcarla, pero este lado del desierto me aburre, me voy al otro, aquel en el que se supone que he de vivir todo el tiempo ;-)



martes, 22 de abril de 2014

Verbo retuitear

Es gratificante que un libro que te gusta traspase las fronteras para llegar hasta nuevos lectores y conseguir emocionarlos en su propia lengua. Son muchos los libros, pero hoy se celebra este:

DERRIÈRE LES MASQUES, la edición francesa de BUSCA MI ROSTRO. Lanzamiento el 5 de mayo de 2014. Mon nouveau...

sábado, 19 de abril de 2014

En días como hoy:

Sabes que tu guerra está perdida, que jamás debiste apostar por ella.
Sabes que los sueños no están para cumplirse, sino para ocupar un espacio.
Sabes que la vida es un caminar hueco que precisa de un constante esfuerzo para seguir adelante.
Sabes que haces lo correcto y que es todo lo que harás durante tu vida, y que a veces odiarás hasta la muerte hacer todo lo que es correcto cuando los demás hacen lo que les viene en gana todo el tiempo.

En días como hoy te preguntarás qué cosa decidió que seas la clase de persona que eres, y no lo sabrás, ese algo, lo que sea, sabe por qué y deberás conformarte con que así sea.
En días como hoy solo algunas frases dan sentido a tu existencia, las buscas, las lees, las atesoras, las inventas...y solo la palabra impresa, como siempre, es tu compañera.
En días como hoy, se escucha el eco de un recordatorio importante: "Recuerda que por cada minuto de enfado perdemos sesenta segundos de felicidad".


viernes, 18 de abril de 2014

Ofrecer tus libros gratis, si lo quieres

Es algo que me llevo planteando desde hace tiempo, de momento no tengo libro que ofrecer, lo siento, porque si los miro con lupa - que es en lo que estoy- no los considero lo bastante buenos. La realidad me gusta como la ensalada, cruda.

No voy a extenderme en lo anterior porque lo que hoy quiero compartir a través de este lugar es la respuesta a algunas preguntas que hace tiempo me vine planteando y afianza algunas conclusiones a las que había llegado ya. Y nada que pueda aportar lo supera.

Ofrecer tus libros gratis si lo quieres es posible, hay una plataforma para ello que no obstante no impide su venta. Aunque lo importante sigue siendo que para ello hayas terminado el libro; es la parte que no cambia. Estar o no estar depende del trabajo acumulado y es la parte que nadie puede hacer por ti, si es que quieres que lleve tu nombre en la portada, claro.


miércoles, 16 de abril de 2014

Cambio de planes

A veces, de repente te propones buscar una meta diferente, sabes que no tendrás tiempo para escribir tanto como escribías, manejas los pros y los contras, vencen los pros y te apuntas al nuevo reto. Pasa el tiempo y no tiene nada que ver con la escritura pero te libera. Te llena, sirves para ello, te motiva y además suma. No tienes tiempo para escribir, pero de alguna forma esta nueva ocupación llena ese vacío que antes llenabas escribiendo y es menos agotador.

De vez en cuando abres viejos archivos y corriges, encuentras viejos personajes que te siguen transmitiendo lo mismo y siguen siendo igual de importantes para ti, sabes que están dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario a que estés preparada para enviarlos a un corrector que revise lo que no casa en el texto, y te dices que tal vez por sí mismos ni lo consideren necesario, que tal vez se han asomado a tu mente para ofrecerte ese refugio afectuoso para cuando quieras compartir junto a ellos un ratito en que soñar otras vidas que se pueden conducir a capricho, aunque tampoco se puedan, porque viven anclados a su propia conexión de realidad.

A veces cambian los planes del presente para cumplir esos planes del pasado que también fueron importantes y que llenan, que además son compatibles, restan tiempo pero condensan los verbos, porque a veces tener mucho tiempo para dar vueltas a las cosas las corrompe. Porque a veces releer o reescribir es más importante que escribir: cerrar ciclos, finiquitar escritos, borrar, lanzar a la papelera virtual copias jamás impresas. Hacer balance, aligerar equipaje, introducir nuevas guías, a veces ello es posible cuando dejas entrar en tu vida con una sonrisa un cambio de planes.

lunes, 7 de abril de 2014

El aire que respiras, de Care Santos

Este libro de 585 páginas me ha venido acompañando desde el 20 de Febrero hasta hace unos días, no he podido leerlo con la continuidad que se hubiese merecido pero se ha portado bien, ha sido una travesía amena y especial; también una clase literaria divertida. Lo que sucede entre sus páginas abarca todas las temáticas posibles e incluso las improbables, hay vivos y muertos, buenos y malos, antiguos y modernos, amén de toda clase de circunstancias.

A la propia autora le preguntaban un día en la presentación de qué iba el libro y no supo cómo responder, me sorprendió cuando lo dijo, pero me sucede lo mismo ahora, si alguien me pregunta de qué va el libro yo respondería que de la vida misma. Trata de todos los temas habidos y por haber en una Barcelona invadida por las tropas napoleónicas, un mundo que comienza a relatarse desde el pasado hasta la actualidad con la misma maestría con la que también fue narrada Habitaciones cerradas; si bien son dos libros que tratan temáticas diferentes hay en la línea de lectura un eje común, instruyen a la vez que divierten. De momento este libro que tengo al lado pertenece a la biblioteca, pero sé que un día me haré con mi propio ejemplar porque es un libro para tener y mimar.

Es una historia con muchísimos personajes y escenarios, debo admitir que en un momento de lectura cuando apareció una nueva monja creí no poder ya más, pero dicha monja era una de las protagonistas, que estaba dentro de ese convento por circunstancias que no voy a revelar. Y otro momento en que un coleccionista de libros viene aportando tantos datos que casi me asfixio, pero seguí adelante con la lectura porque estaba ante un muy buen libro que me contaba una historia que forma parte de la Barcelona del pasado, esa de la que no sabía nada y de la que a través de estas páginas ahora sé mucho más.

Es uno de los mejores libros que he leído, ni menos ni más, algo que como lectora me deja muy contenta, pero como eterna aspirante a escritora me aleja un poco más de ese remoto sueño. Algo que por todo cuanto he disfrutado le puedo perdonar a ella y a otros escritores de su talla. Sin resentimiento alguno puesto que es mucho más sencillo leer que crear y a veces más gratificante incluso.

Os dejo una fotografía del libro rescatada de otra reseña, así para completar:

http://www.revistakritica.com/2013/03/resena-el-aire-que-respiras-de-care.html#.U0JNRfl_s2g

viernes, 4 de abril de 2014

Hacer, deshacer, creer y no creer

Unos días me levanto
y tiro mi sueño a la papelera,
me parece tan inalcanzable
que lo aparco para que no duela.

Otros días me levanto
y lo comienzo desde cero
porque todo está en mi memoria
lo lustro, lo saboreo

Unas veces lo creo posible
otras imposible y majadero
pero sin darme cuenta
lo mimo, lo cuido, lo señoreo

Y pese a todo sonrío
porque sé que tengo un sueño
que hago y deshago a mi antojo,
hecho de calma y de viento









jueves, 3 de abril de 2014

Escribir como tabla de salvación

Hay cuentos que marcan tu infancia. Al menos cuando tu casa está repleta de los libros suficientes para que puedas llegar a aprender que muchas de las lecciones importantes de la vida se encuentran entre sus páginas. Luego creces y te enteras de que quienes supieron crear para ti ilusiones maravillosas no necesariamente tuvieron una vida perfecta.

Entonces sus cuentos y sus historias son mucho más valiosos para ti. Y les admiras más.

Es el caso de Andersen

miércoles, 2 de abril de 2014

El hombre que susurraba al oído de los caballos, de Nicholas Evans

Hace años, cuando solíamos grabar en vídeo las películas para verlas con calma, grabé la película que se hizo basada en este libro de Nicholas Evans, después me gustó tanto que quise compartirla con unas buenas amigas. Una de ellas me contó que la tarde en que planeó verla con su madre, ella le advirtió que si se quedaba dormida viéndola, la dejase dormir.
-¿Dormirse? Anda ya, ninguna de las dos pudimos quitar los ojos de la película. Nos encantó.

Como tantas veces, no recuerdo si leí antes el libro o vi la película, creo que lo primero. Años después me hice con el libro en una librería de viejo. Me encanta tenerlo en mis estanterías junto a todos los libros que adoro.

Esta entrada de otro blog me lo recordó.

 AQUÍ os la dejo.

lunes, 31 de marzo de 2014

Adolescencia Rota

Hace días me sorprendían las palabras de esta mujer, en un programa de televisión que estaba viendo. Más tarde supe que había escrito un libro contando su historia, tal vez como una forma de traspasar todo ese dolor. Indagando en internet, que todo lo sabe, supe que su libro está en Amazon. Se titula Adolescencia Rota.

Tal y como digo, indagando, supe que esta mujer tiene un blog, así como también tiene una historia, que es la que cuenta en ese libro que ha publicado. Es una historia triste, la de una madre que ve como su hijo se hace adicto a las drogas hasta el punto de ir perdiendo todo cuanto tiene.

El blog es este

Diez años sin ti...


(Esa de la foto es la niña que fui)


Es curiosa la forma de pasar el tiempo, que pese a todo no borra lo que fue importante, a veces si me preguntan cuanto hace que te fuiste, no tengo que pensarlo, porque sé exactamente cuánto hace; y sin embargo me sigue pareciendo que fue ayer.

-Ayer mismo les diría- aun sabiendo que el tiempo pasado me contradice.

Son diez años ya en que hubieras podido llevar a cabo tantas cosas apasionantes que no pudiste, la vida o lo que fuese no te dejó, ¿quién lo determinó?, tal vez eso no importe. Y lo que importa realmente, es que la sensación no es de diez años de ausencia, sino de constante compañía. La de quien sabe que más allá de las nubes y las estrellas hay un guardián imperecedero que sonríe a cada pensamiento que le envías.
Era frecuente que te tomaras a risa mis percepciones, mis sueños o mis manías. Por eso este lugar de la blogsfera ni te sorprendería. Tal vez dirías que al fin encontré ese lugar al que escribir sin cambiar ni un ápice mi vida y puede que incluso celebraras que hubiese encontrado ese hueco que tanto busqué, capaz de encajar de una forma tan perfecta en todo lo que yo creía.

Lo dicho, son diez años sin ti; pero curiosamente no has dejado de estar presente ni un solo día.

domingo, 30 de marzo de 2014

Lecturas estancadas

Libros buenos, que cuentan una buena historia, que abarcan grandes distancias del tiempo de forma creíble, pero que comienzan a dejar sin resolver algunas partes de la historia para conseguir que sigas leyendo sin tregua ni pausa. Pero sucede que tu tiempo no es lineal, anda a saltos entre los quehaceres cotidianos que nadie hará por ti, y comienzas a dejar de albergar interés por lo que sucederá en la historia. Un personaje demasiado aburrido hace que las páginas pasen más lentas y mohínas, quieres leer el libro porque el libro es bueno, pero ha postergado demasiado las resoluciones que al principio ansías.

Llegas casi a las 500 páginas y como deseas leerlo, comienzas por los capítulos finales, de uno en uno hacia atrás, algo nuevo en tu forma de leer, que demuestra que intentas sacudirte ese libro de encima para comenzar la lectura de otro. Una lástima la forma caprichosa en la que se suceden las cosas cuando hay tanto que te espera por hacer.

Resuelves que incluso lo cotidiano puede chafar una lectura apasionante. Son malos tiempos para la calma necesaria para seguir una lectura, inclusive, deseas con los ojos cerrados que todo vaya poco a poco cambiando a mejor. Cruzas los dedos.

viernes, 28 de marzo de 2014

Novedades recientes

Acabo de leerlo ahora mismo y no se qué pensar sobre ello. Afortunadamente no necesito decidir si es bueno o malo para que el mundo siga funcionando, por lo tanto diré lo que me viene a la mente; el libro Paula, de Isabel Allende, con el mandato de la primera: "No quiero quedar atrapada en mi cuerpo"... y todo lo que sucedió después.Y todas aquellas muertes que tal vez esta técnica, de haberse intentado antes, hubiese evitado. Esto teniendo en cuenta que esta técnica, al menos por ahora, solo salva a un siete por ciento.

Ayer conocía otra noticia igual de impactante, la de ese bebé al que han trasplantado siete órganos del cuerpo, salvando su vida con ello. Hace años pensar en un trasplante sería igual de impensable y es algo corriente hoy en día. 

Os dejo la noticia:

http://axxon.com.ar/noticias/2014/03/eeuu-victimas-de-armas-de-fuego-seran-suspendidos-entre-la-vida-y-la-muerte/

miércoles, 26 de marzo de 2014

Cambios en el día a día

Matilde entró en el supermercado con la lista de la compra en la mano, iba tirando de su carro cesta de la que también iba sujeta la mano de su hijo de cuatro años. Mientras ella buscaba solo lo imprescindible, él le iba diciendo lo que le apetecía, mientras ella comparaba productos y precios Mateo se iba enfadando.

-¿Puedo comprar chocolate mamá?
-No tengo dinero, déjalo.

El crío movió la cabeza hacia los lados y miró el papel de la chocolatina. Lejos de aquella escena Gloria estaba eligiendo una lechuga, verde y consistente para llevarse a casa. Mateo dejó la tableta de chocolate en el estante y siguió aferrado al asa de la cesta carro, pero aunque pareció intentarlo, no pudo acallar una airada queja.

-Me dijiste que hoy sí lo podría comprar.
-Ya, pero resulta que hoy tampoco podemos. Los precios han vuelto a subir otra vez y yo no tengo la culpa de eso.

Gloria miró el precio del chocolate que el niño había dejado y vio que costaba 80 céntimos, después se acercó a la madre y le dijo que tenía un hijo muy guapo, Matilde intentó ser amable, pero tenía preocupaciones demasiado acuciantes para lograr serlo. Entonces Gloria rebuscó en el bolsillo de su abrigo y casualmente encontró un euro.

-Mira lo que voy a regalarte por ser tan bueno- le dijo al niño.

Mateo miró a su madre antes de cogerlo y ella asintió de buena gana. Entonces extendió la palma de una mano en la que un instante después rebotó el euro.

-Muchas gracias, señora.

Gloria que nunca había tenido ni marido, ni hijos ni nietos saboreó aquel instante fugaz antes de encaminarse a la caja con su mercancía.

-¿Puedo comprar el chocolate ahora, por favor?
-Es tu dinero, te lo han regalado; decide tú.

Mateo corrió hacia el estante en que había abandonado en los últimos meses su mayor deseo, para regresar corriendo con su pequeño regalo. Era demasiado pequeño para comprender que en años anteriores la lista de la compra daba para llevar a casa ese mismo chocolate a diario. Algo que Gloria, aún no teniendo ni marido, ni hijos, ni nietos, viendo su tristeza supo intuir.




lunes, 24 de marzo de 2014

Tour Confidencias en España

Acabo de leer las ciudades que visitará durante el verano en  España y parece que por el momento no visitará Asturias, si bien la última vez, creo recordar, Oviedo tampoco figuraba en el primer cartel y fue añadido después. Fue el primer concierto al que asistí, con lo que conlleva de riesgo ver en vivo y en directo a alguien a quien admiras, porque a veces lo preconcebido corre el riesgo de poseer mejores cualidades que el original. Después de ver el concierto de Alejandro Fernández en Acapulco 2005, colgado en Youtube, estaba claro que no podía perderme la oportunidad de asistir a un concierto suyo al menos una vez en la vida. Lo guardo en mi mente como algo muy especial que la siguiente vez iba a repetir junto a montones de amigas a las que contagié mi admiración. Podéis sumaros.

Próxima visita a España

jueves, 20 de marzo de 2014

La lucha no ha terminado

Ayer se daba la noticia de que Mateo, ese niño que nació con un tipo de leucemia, encontraba una médula compatible con la suya. Cuando el padre del niño tuvo las cámaras delante dijo que era un día para celebrar a lo grande, pero que aún queda por delante un proceso complicado y que aunque Mateo ya consiguió su médula, hay otros muchos Mateos en la misma lucha de encontrar un donante, y que por lo tanto sigue siendo necesario seguir sumando donantes. Aunque se mostró feliz de que tanto Mateo como otros ocho pacientes hayan podido conseguir una médula compatible con la suya, aseveró que quedan infinidad de casos sin resolver que no podemos olvidar. 

Se habla mucho de las redes sociales, de sus usos y desusos, de todo lo que está bien y todo lo que está mal, pero es una alternativa capaz de recorrer el mundo en un segundo y capaz de viajar a la velocidad del rayo para llegar, aunque no haya grandes recursos, allá donde nada llega. Son capaces de movilizar el mundo dispuestas a encontrar esa voluntariedad humana que a veces se desvive por colaborar. Es un organismo serio y sin fronteras.

La página web de Mateo sigue abierta, para que todo aquel que quiera donar pueda hacerlo, porque otros Mateos siguen esperando su médula, de modo que si quieres, puedes; él te recibirá contento:







miércoles, 19 de marzo de 2014

Curso de informática avanzada

Hace semanas comencé un curso de informática avanzada, porque me dijeron que el de iniciación consistía en cosas demasiado básicas. Por suerte empezamos por Word, me encanta Word, alguien dijo que me serviría mucho para mis libros. Mis libros..., en este momento no apuesto gran cosa por ellos, los dejo descansar y descanso, mientras me ocupo en otros sueños más mundanos, me dedico a ampliar mis horizontes a un nivel más normal, digamos. Creo que mientras el país se mantenga como está me falta capacidad de creer en mí, o de ocuparme solo en escribir de esa forma obsesionada en que lo hacía. Tal vez he llegado hasta mejores escritores, o hasta a esos que tratan los temas que me interesan a mí y lo hacen mejor que yo, luego puedo dejar de escribir esas historias que antes o no encontraba o no me llenaban. Aunque sí, supongo que este curso me servirá para aprender muchas cosas aprovechables y además es gratuito, uno valora en estos tiempos la gratuidad. Además eso de ir a clase con alumnos y profesores a tiempo real da para aprender mucho de la vida y de sus gentes, eso tampoco lo vamos a negar.

Soy rara y lo sé, además siempre voy a destiempo, esta mañana que presagia lluvia no quisiera tener que ir a ese cursillo informático, ni leer ni escribir. Me gustaría seguir aprendiendo con esta mujer ese oficio milenario que es planchar. Nada mejor que planchar a la par que ella para retenerlo todo bien en la memoria. La parte mala son las tomas falsas que le hace ¿su hijo?, intuyo que sí, porque los hijos a veces sacan lo peor de nosotras mismas para vengarse de nuestros continuos mandatos.  No se si será cosa mía, pero diría que a esta mujer aplicada le encanta planchar, a ver si clase tras clase incluso me contagia.

Os dejo lo que podría considerarse un Curso de plancha aplicada

martes, 18 de marzo de 2014

La inocencia frágil de los gatos

Según me acercaba en el coche por mi carril pude verle, casi entero y aplastado, casi sin posibilidad de esquivarlo porque otro coche bajaba también por su carril. A penas unos segundos para calcular ese cuerpecito menudo a salvo de la rueda, para mirar sin fijar la vista, para esperar que no chocase con la parte baja del chasis, para aguantar la respiración y pasar.

Hay algo trágico en la inocencia de un gato, tenga la edad que tenga, en la inesperada presencia de su cuerpo delicado y menudo, roto contra el asfalto. Y no se me ocurre nada más triste que recorrer solo unos metros y tener que esquivar a otro, más acercado a la orilla pero con idéntico fin. Ha sido esta noche, una noche macabra para los gatos de mi vecindario y no se me ocurre un por qué. Tal vez porque los gatos curiosos de madrugada se deslumbran con los focos de los coches, no sé. 

Un gato blanquísimo y un gato siamés, uno mayor que el otro, triste forma de despertar del letargo de una noche sin sueños. No consigo recordar lo que soñé, pero en cambio no consigo sacudirme la pesadilla de esos segundos, esquivando cuerpecitos menudos durmiendo su sueño falso sobre el asfalto.

sábado, 15 de marzo de 2014

El tiempo siempre responde



Resulta que no me equivoqué al saber quien eras y qué escondías,
pero de cualquier manera me equivoqué, porque terminé por negarte
cualquier posibilidad de comenzar de nuevo, y ser alguien distinto.
Al final de todo eso sigue siendo lo que pesa al fondo de mi conciencia.

La juventud es juventud porque tiene todo el derecho a equivocarse,
siempre que al final del recodo enderece el camino.
Eso es lo que aprendí justo por eso,
porque el tiempo siempre responde.


miércoles, 12 de marzo de 2014

A la espera del rescate, junto al acantilado

Después de unos meses de temporales terribles en el mar, que no han permitido salir a faenar a los pescadores, llega el reparto de la caballa -que aquí llamamos xarda- y el pescador asturiano y el gallego se encuentran con que las leyes centrales le ceden los mayores privilegios a los pescadores vascos. Se prevén tiempos complicados para llevar el pan a casa a diario. Después de calmarse el mar, que lo puso bastante crudo, hay pescadores avisando de que el recorte en los cupos de pesca terminarán consiguiendo que cada pescador gallego o asturiano, a falta de otros recursos, tendrá que arriesgarse más. Esto incluye salir a faenar incluso en días en que sería aconsejable quedar amarrado en puerto.

Escuchar esto -que la prensa ya se ha encargado de denunciar-, en boca de un pescador joven, hace recordar algunos naufragios no lejanos en el tiempo. En concreto uno en que dos hermanos en un día revuelto tuvieron que hacerse a la mar, su pequeña barca naufragó, y durante un tiempo uno de ellos pudo llevar a otro al rastras entre los envites de las olas, donde a ratos lo encontraba y a ratos lo perdía, hasta que un enfurecido golpe de mar se lo llevó para siempre. Él pudo contarlo porque se salvó. 

En este momento en la Isla de la Erbosa, junto al Cabo de Peñas, uno de los lugares turísticos por excelencia, en que no es raro escuchar de un turista, al borde del acantilado, que aquello son todo piedras. Un barco hundido y encallado, con movimientos de peonza que dificulta las labores de rastreo, grita la dificultad de un oficio que no recibe toda la ayuda que debiera. Hace meses los pescadores hablaban de la necesidad de parar sus gastos mientras las condiciones climatologicas les impidan salir a faenar, como los gastos de los seguros de los barcos, sin ir más lejos, pero de momento parece que nadie les quiso escuchar.

En este momento el dueño del Santa Ana, hundido pocos metros después de salir de puerto, tiene toda su flota parada, a la espera del rescate de esos seis marineros que se encuentran desaparecidos en este momento. Dos ya fueron rescatados sin vida y otro, que dormía en su camarote y pudo romper el ojo de buey para salir nadando a la superficie, fue dado de alta después de superar la hipotermia. Las imágenes de los telediarios impactan, en un momento en que todo el país permanece a la espera de poder acceder a ese barco.

Incluso en un día de sol, asomarse al acantilado de Peñas y ver el trajinar de las barcas por la zona, sobrecoge. Es uno de los oficios más antiguos y duros, menos reconocidos y menos remunerados. Quizá va siendo hora que los hombres de los despachos se lo pongan un poco más fácil, ¿Tan complicado sería en verdad dejarles mayor cupo de xarda? ¿O buscar la manera de ayudarles más, para que puedan tomarse la vida con más relajo?

lunes, 10 de marzo de 2014

Una vista al pasado

En mi biblioteca favorita hay un rincón dedicado a nuestros antepasados, es decir, que reúne todo lo asturiano. Me gustaría hacerme con las suficientes horas para desentrañar oficios antiguos, paisajes irrecuperables ya, historias pasadas aún no superadas, como pueda serlo cualquier guerra. Lo digo porque en alguna hora muerta, entre intervalos de espera típicos en las madres, estuve investigando en ese rincón del que hablo.

Y me hallé incluso intentando encontrar a mi padre, a los cinco o seis años, entre las fotografías que aparecían en un libro del lugar en que estudió. Un libro entero dedicado a la historia de ese centro, hasta eso encontré entre las maravillas expuestas, retales de otro tiempo pasado que aunque lo parezca, no fue mejor. Lo gritan las casas medio derruidas, las ropas medio raídas, la cara de hambre en todas sus poses y los caminos de piedras sueltas con sus hoyos enormes de barro. Pero a mí me gusta saber cómo sucedió el pasado, no con datos, sino con fotografías. Así que de cuando en cuando soy la pesada de turno que acude con su bloc de notas y selecciona algunos libros para desentrañarlos. Por lo general entre las mesas de ese rincón hay algunos chicos o chicas chateando. El tecleo constante que se traen ellos es semejante a la investigación que me traigo yo, ellos interrogan al presente, yo interrogo al pasado.

Hay libros tremendos, que cuentan hechos tan tristes que aunque lo quisiera no podría traerme a casa para leer. Para hacerlo tendría que muscular ese músculo que evita que caigamos en depresión, a veces leyendo se me saltan las lágrimas y cierro el libro y lo devuelvo a su estante. Lo cito para otro día y para otra hora, queda pendiente, pues antes no imaginaba, pero en ese rincón de la biblioteca se haya todo el universo que desde hace tanto tiempo me llama, tal vez no para escribirlo pero sí para conocerlo, me faltan todas esas hojas en mi bagaje como persona. Tal vez porque entre esos libros encuentro todas las historias que en un día lejano me dejaron de contar mis abuelos.

jueves, 6 de marzo de 2014

Comprobar las fechas

Qué complicado detenerse en una fecha que englobe toda una novela, ya no se trata de corregir, sino de que la fecha y el lugar que has elegido concuerden. Y otra vez encuentras datos que no lo hacen posible, de modo que toca volver a cambiar. Y por esas casualidades ¿del destino?, abres una página en la red que te lleva a un suceso del todo horrible, que engloba esos días que inventas.

 De nuevo, nada figurado impacta del modo en que puede hacerlo la realidad.

Me gustaría dar datos, pero no puedo darlos, porque ahora la historia tiene fecha y tiene lugar. Un lugar insospechado donde poco de lo previamente escrito encaja, pero queda la firme tarea de hacerlo encajar.

La historia de mi pueblo es mi propia historia. Y la historia de esta Asturias mía y nuestra me parece fascinante aunque no la comprenda. Somos parte de ese tiempo quienes no lo vivimos, quienes heredamos todo lo bueno obtenido por la lucha de nuestros antepasados. En ocasiones la historia se encarga de mostrarnos hechos bien documentados que jamás podríamos tomar como ciertos, sino fuese justo por eso: porque sucedieron.

Si es complicado escribir sobre lo que se inventa, cuán complicado no será escribir sobre lo que alguna vez ocurrió. Pero al menos contamos con las huellas de otros maestros y maestras, que antes que nosotros lo consiguieron; ese es el reto,si bien desconocemos si servimos para la tarea que nos acabamos de imponer por orden de váyase a saber qué.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Hora de seguir y seguir y seguir...

Es necesario volver a comenzar de nuevo, sin perder la fe, aunque carezca de sentido o el camino a recorrer sea largo. Se comienza porque no se puede hacer otra cosa, porque no se sabe hacer otra cosa, porque en el fondo alguna vez -lo intuyes- lograrás terminar.

Y solo se termina lo que se comienza, se persigue y se sueña. Quizá los demás no le encuentren sentido, pero solo importa que lo tenga para ti. Si para ti tiene sentido, llega.

martes, 4 de marzo de 2014

Papelera de reciclaje

El ordenador patina al arrancar, es tan viejo ya que se agota de acumular archivos de todo tipo, a la espera de que puedas decidir qué es prescindible y te animes a borrar lo que sobra de una vez. Miras el global y cuentas, hasta seis archivos de lo mismo, todos distintos pero todos iguales en lo básico, que vienen a corroborar el tiempo que has pasado intentando hallar esa fórmula que no aje lo escrito.

Cuando una historia se presenta en tu mente por primera vez resplandece como el rayo que corta la noche de lado a lado. Es perfecta, te sacude, porque así de improviso toda idea parece buena, seguirla un día tras otro sin que pierda fuerza es otra cosa, mantener sus latidos en el papel para que cuando abras ese archivo siga fresca aunque hayan pasado los años, la prueba de fuego y quema.

Ayer fue necesario no tener piedad, y sin tenerla, hubo que decidir qué conservar y qué desechar; peor aún, hubo que revisar lo que parecía acabado y al leer de nuevo, el desastre, como el dinosaurio de Monterroso, seguía estando ahí. Pero es necesario atreverse a tirar lo que no sirve y dejarlo ir porque formaba parte de un aprendizaje al que es imprescindible no dar más vueltas. El tiempo pasa y se agota, hay que dejar ir lo viejo para poder recrearse en nuevas historias. La papelera de reciclaje está llena, es curioso, hay más archivos sobre fórmulas de escritura de otros, que resultados de escrituras propias. Hay un desequilibrio, sí, y es entonces cuando surge la pregunta: ¿Cuándo dejaste de seguir a tu intuición para seguir la de otros? Y otra pregunta más, ¿Cuándo supiste seguir tus historias por medio de un mapa de actuación?, la segunda respuesta es nunca.

No detenerse a tiempo es seguir escribiendo la misma historia una y otra vez, para no estar satisfecho nunca. De entre tantos archivos este único resultado. Para quince años no es mucho, pero al menos es algo, la firme convicción de que hay que marcarse un plazo, flexible, pero un plazo; que traiga y lleve las historias sin encallarlas. Comenzar y terminar temas pasados para pasar a ocuparse de los que en este momento pueblan tu imaginación y buscan su propio espacio.



jueves, 27 de febrero de 2014

Lo nuevo en entrevistas de trabajo

Acudes a una entrevista de trabajo con cierta esperanza de escuchar algo memorable, pese a que el trabajo en cuestión parezca deprimente. Siempre se te recibe con una amabilidad aprendida, con una sonrisa eficiente yo diría, mientras en el fondo solo se quiere saber el precio que estarías dispuesto a recibir. En ese momento no se te evalúa como persona, sino como número. En el fondo se quiere saber hasta donde se puede bajar la cifra sin que te des media vuelta, sonriendo también, y te vayas enfrascado en un no; que después de dicho no se pueda cambiar.

Durante esa entrevista hay un tiempo de esperanza en que crees que con suerte te hablarán de un salario digno. Después de ir sumándole más, dicha esperanza ya no alcanza ni para la primera sonrisa del saludo. Es la diferencia palpable entre el mitin de Ya salimos de la crisis y la cruda realidad que se pone ante tus ojos.

La entrevista de trabajo puede comenzar como se quiera, caminando sobre un lecho de gladiolos o sobre un empedrado imposible, da lo mismo, siempre termina con una frase locuaz del empresario o empresaria de turno:

- Ya. Pero hay gente que no puede elegir.

-Es cierto, ambos sabemos que hay gente que ya no puede elegir (dirías si esperaras cambiar en algo a ese empresario) y que estás esperando por ellos con toda la calma del mundo porque sabes que alguien llegará de un momento a otro dispuesto a aceptar lo que tengas a bien ofertar. 

Al salir de allí sabes que esa rueda seguirá girando, tú en busca de un salario adecuado al trabajo que se ofrece, ellos a la espera de la víctima que esperan atrapar en su telaraña de buenas maneras. Y el oportunista de turno hablando sobre el atril de todos los indicios de mejoras palpables que solo él ve, no ya porque las vea, sino porque le conviene ir contándolo así.



miércoles, 26 de febrero de 2014

Si tú me preguntaras

Qué es para mí lo más importante de la vida, te respondería sin dudarlo: los sueños que no se dejan morir.




sábado, 22 de febrero de 2014

Aviso: sobre tules de nubes no pongas ningún guijarro

En estos días preparo un relato corto para presentar a un concurso literario. La pregunta es ¿Creo que tengo alguna posibilidad de ganarlo?, el premio solo se lo lleva un ganador; eso limita mucho. En ediciones anteriores se presentaron 400 relatos. Me muero por participar, cómo no, pero los gastos en copias y envíos tal vez me terminen pareciendo del todo innecesarios dada la dificultad de reembolsarlos. La duda está, siempre se hace presente mientras el teclado avanza veloz. A fin de cuentas sigo escribiendo tenga objeto o no, porque parto de esa necesidad vital que no precisa motor, lo es en sí mismo.

Bien, hace tiempo que mi yo escritor (si lo hubiere) y mi yo lector no se distinguen mientras leo. Y lo que yo no pondría en un texto bajo ningún concepto me agrede de alguna forma. Lo explico a riesgo de parecer pedante, a veces lo soy; si tú eres escritor y durante 213 páginas me tienes maravillada con tu prosa elegante, inteligente, suave y delicada, y has conseguido con todo tu arte envolverme en tu libro como si ya no fuese un libro, sino una maravilla de la creación fabulada...¡cuidadito conmigo! No te atrevas sacarme de ese cielo estrellado en que me has metido con una palabra que lo contradiga, por ejemplo: puta.

Eso me sucedió en un libro que leí, y de pronto yo ya no estaba leyendo la historia, sino que "escuché" al autor o autora, que sin saber de dónde salió, se hizo presente ahí. Es una nimiedad, lo sé, pero la rotura de esa magia a veces se paga cara, quizás cerrando el libro y no volviendo a leer. Ahí ya no sé si es mi yo lector o escritor el que actúa. En este caso seguí leyendo porque el libro es muy bueno y el autor o autora alguien que con un virtuosismo atípico despliega ante tu mirada toda la maestría de nuestro lenguaje. En otros libros pudo ser un cagar o un mear donde no debieran tener cabida, puesto que si has conseguido elevar tu narrativa a un nivel excepcional -algo muy complicado de por sí- no puedes permitirte usar las palabras que usaría el mortal más vulgar. Es decir, no puedes llevarme caminando descalza sobre los cielos y dejar un guijarro afilado para destrozarme los pies. Intenta recordarlo la próxima vez. 

Lo dicho, en estos días escribo un relato corto que me entusiasma quizá hasta el punto de terminar convertido en un relato largo. Mientras tanto mi trabajo en la casa se vuelve un caos y soy la persona más inaguantable de la tierra. Lo menos que debería hacer es dejarlo en un relato corto y enviarlo a ese concurso a ver si gano algo, para al menos retribuir en cierta forma a quienes conviviendo conmigo, un día tras otro, me soportan. Pero en verdad, que a estas horas aunque intente verlo claro, no lo sé. Y tampoco sé si importa.


jueves, 20 de febrero de 2014

Desigualdad social


Hace unos días en el informativo de la Televisión del principado de Asturias, daban una noticia de la que no me recuperé a estas horas: a mismo cargo desempeñado y mismas horas de trabajo, la mujer necesita trabajar 84 días más para cobrar el mismo sueldo que el varón. 

Desde que lo escuché no he dejado de preguntarme ¿Y eso por qué? Si voy más lejos lo que me pregunto es, ¿por qué quienes lo regulan lo consienten?

Ayer, a eso de la media tarde me tocó hacer cola en la caja del supermercado, donde dos amigas conversaban sobre su trabajo. Una acababa de dejar el suyo, porque la habían contratado como ayudante de cocina en un restaurante, que además tiene apartamentos en una zona rural muy cercana a una zona de playa. Trabajaba sábados y domingos de chica para todo: mientras había apuro en la cocina, ayudaba a la cocinera; si el trabajo se formaba en el bar, de camarera; hacía camas, limpiaba apartamentos; y si entre el intervalo de las once de la mañana hasta las dos de la madrugada (15 horas después) en que solían cerrar, fallaba el plan principal, no pasaba nada. La dueña del restaurante tenía su casa allí, dentro del complejo hotelero y le tocaba ir a su casa a limpiar, sacudir, planchar...por 50 euros que cobraba al día, que multiplicado por 8 daban un total de 400 al mes. Sin seguros ni nada, porque allí los seguros eran un paripé.

Escuchándolas hablar, os lo digo de verdad, se me cayó el alma a los pies. La desigualdad social se abre paso un día tras otro ante nuestros ojos. Y una cosa es segura, a mayor crisis más rápido va.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Mientras unos divagan, otros trabajan

Acabo de llevarme una sorpresa inesperada. Hace meses le vi cambiar de identidad en el blog y pensé que algo había madurado, quizá una idea futura. La publicación de un libro, imaginé, y mientras yo solo divagaba, comenzaba y borraba historias, me atascaba y volvía a empezar, él pudo terminar un libro. Admiro esa frescura que tuve alguna vez de ponerme a escribir y no detenerme, no dudar, desde el principio hasta el final. Algo que ahora vuelvo a retomar, no pensar tanto en quienes leerán la historia sino escribirla tal y como se vaya presentando ante mis ojos. Y dejar que todo comience para que después alcance en libertad su propio final.

El título es inquietante, porque advierte que esconde alguna intriga interior, y la portada, en mi opinión, no podría ser más acertada. Combinar juventud, elegancia, sol y mar es un acierto seguro. Y lo dicho, mientras unos divagamos otros alcanzan a terminar un sueño, que no hace más que empezar. Me propuse no comprar más libros hasta que termine uno de los que tengo empezados, es una especie de castigo particular por tanto divagar. Pero entre nos, estoy deseando leerlo, y no sé lo que ocurrirá.


Os dejo un título Recuerda que yo no existo de Miguel Pascuau Liaño

...Y ahora decidme que no os intriga sumergiros en sus páginas para saber de qué va ;)

martes, 18 de febrero de 2014

Sobre escritura

Hace unos días leía este texto de Jordi Serra I Fabra. Llevo muchos años indagando sobre el proceso de la escritura y a veces cuando más leo, menos sé. Después de haber leído muchas entrevistas a escritores me quedo con algún detalle escaso de unos y otros. Y dos pilares fundamentales: el decálogo del escritor, de César Mallorquí y este texto de Jordi Serra I Fabra.

Encontré su twitter por casualidad, la "casualidad" que da seguir a otra escritora, en mi opinión los buenos te llevan a los buenos. Pero para eso necesitas que sean sinceros y Care lo es. Creo que ser escritor requiere de una soledad que a veces se hace tan espesa que es como ser pez, de cuando en cuando surge la necesidad de subir a la superficie y ensanchar bien los pulmones para oxigenarse. La diferencia entre ser un buen y un mal escritor, para mí, radica en esto: Un buen escritor no se conforma con que su oficio mejore su vida. El bueno de verdad hace todo lo posible por mejorar la vida de los demás. Si hay algo que crea que debe aportarte, lo aportará. El medio será lo de menos, lo encontrará.

Entre todos los métodos de escritura, lo tengo comprobado, a mí solo me funciona uno, el que menos vueltas da. El que enfrenta el papel en blanco y deja caer lo que sabe y lo que ignora de aquello que está escribiendo, sin mapas ni brújulas mentales. Intentar dirigirlo o remodelarlo lo lleva directo a la papelera de reciclaje, donde ya ni es; ni está. Si quiero que algo llegue de principio a fin debo tocarlo lo menos posible, porque llega envuelto en todos los ingredientes que sumados o restados a mi antojo solo conseguirá lo que no persigo, avinagrarlo todo :-s

Este es su método. Os recomiendo leerlo.




sábado, 15 de febrero de 2014

Así era hace un siglo la villa marinera

Siempre que en todo este blog me referí a la villa marinera, era esta. No se me ocurre un entorno mejor en que vivir. Máxime si para mí belleza equivale a riqueza. Creo que es imposible pasear por sus alrededores y que no te nazca desde adentro la ilusión de escribir. Plasmar todo lo que ves, imaginar lo que fue, e incluso soñar con lo que será. Lo digo en serio, si algún día tenéis la oportunidad no dejéis de visitar un lugar solitario en invierno y constante hormigueo durante el verano.

Cada vez que intento reflejar un olor, un color, un paisaje o un sentimiento, lo extraigo de la raíz de este pueblo. No se me ocurre nada tan bonito bajo el sol.

Hoy os regalo esta sensación, pertenece al ayer, el hoy está recogido en las imágenes de Google. Eso ya lo dejo a vuestra elección.

Mi pueblo

viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentin sin tu rosa

Cada San Valentin pasaba por la casa de Manuela y la encontraba demasiado atareada para celebrarlo. La esperaban tantas faenas, que cuando su marido llegaba de la huerta con una rosa roja de terciopelo para ofrecérsela con esa mirada, ya más de complicidad que de amor, o eso pensaba ella, le regañaba. Solía decirle que se dejara de tonterías y buscase algo productivo que hacer.

Hasta esa mañana de San Valentin de 2014 que despertó al sol de la mañana y quiso su rosa de cada año...y él ya no estaba para dársela. Entonces lloró rememorando cada rosa aterciopelada que recogió durante sus cuarenta y seis años de matrimonio. En la casa del valle, donde los cerezales custodiaban los cuatro puntos cardinales y la lluvia regaba los campos para volverlos más verdes en cada primavera. LLoró al pensar en el ramo de rosas rojas que a mediodía dejaría sobre la tumba de Francisco, con esa mirada triste, con que esperaría reposar a su lado, para pasar juntos la eternidad entera.

jueves, 13 de febrero de 2014

Un libro que quiero leer

A mí si me suena la palabra linfoma. El por qué es tan triste que no lo diré, escribí alguna vez una novela sobre todo ello. La única que terminé, lo cual quiere decir que no la volví a leer. O que al hacerlo no volví a cambiar ni una coma. Todo lo que está en ella, está. Fue un modo de coser una herida que lleva un gran costurón. De modo que no sé si en realidad la terminé o si nunca estará terminada. Intuyo que lo segundo.

A veces todo lo que llega a nosotros llega relacionado de una forma encadenada. Lo aseguraba Rosa Montero en su hermoso libro La ridícula idea de no volver a verte; y es cierto. Acabo de leer un tuit que me lleva a la pista de un libro que quiero leer un día, no sé en qué momento, pues cada libro tiene su momento. La lectura, como la escritura es algo que no se puede apurar.

Rafael Martínez Simancas es un antiguo colaborador de La radio de Julia. Y son incontables las veces que me hizo reír desde su programa de las tardes. Hace tanto tiempo que incluso me consideraba joven. Desde aquí quiero desearle una pronta recuperación a él; y a vosotros dejaros su entrevista, y su libro.

Cuando la sanidad intenta ser negocio

Quizá no siempre tengamos claro cómo funciona el mundo, pero sabemos distinguir cuando los dulces corderitos que iban a salvarnos se quitan las máscaras y dejan asomar al lobo que llevaban dentro. Lo vemos todos los días, y de tan visto, hemos desarrollado la faceta de descubrirlo primero. Tal vez los embrollos que les cubren hasta el cuello lo pongan de manifiesto, hasta dar la impresión de que cada vez son más los que se ponen a la cabeza de un ministerio y lo van tiñendo con colores que pasan del blanco al negro. Aunque pudiera ser que atravieso una etapa gris y todo a mi paso va perdiendo lustre; que sea solo una impresión llegada de adentro.

En cualquier caso, sigo agradeciendo encontrarme con diversos escritos que me aportan claridad. Porque lo claro, de toda la vida, lo prefiero a lo opaco. Así como la inteligencia la prefiero a lo lerdo. Que me expliquen lo que está próximo a pasar me prepara para tomar partido e intentar remediarlo. En la medida en que una sola persona lo pueda lograr. Y es que tal vez por una persona tras otra se forman los más invencibles ejércitos; esos en los que vale tanto el último como el primero.

Hace días leía esta entrada sobre lo que está pasando en nuestra sanidad. Desde entonces no puedo dejar de pensar en ello. Tal vez porque hace poco leía Mujer en guerra de Maruja Torres, que dice durante todo el libro que lo importante para un pobre es tener salud. Mucha salud. Porque teniendo salud puede trabajar le paguen mucho o poco; y puede ir sobreviviendo.

¿Qué está pasando en la sanidad? Léanlo  Y después extraigan su conclusión.


martes, 11 de febrero de 2014

Nuevas formas de recortar derechos

Cada día al levantarnos, este país se va pareciendo más a otros países que antes criticábamos. Esos en los que la vida unos vale más que la de otros y por supuesto los más desfavorecidos siempre salen perdiendo. Lugares en los que la igualdad es imposible de llevarse a cabo o incluso imaginarse. Cada día lo impensable nos acorrala más, lo no imaginado, lo no querido, lo que nos envuelve más y más en la madeja de la indefensión. Nos dejan sin formas de defendernos, de rebelarnos, de luchar contra todo lo que ni podremos asumir, llegado el caso.

Creo que como madre de familia, si sucede, me dejaré morir. Y creo que esa será la forma en que lucharé contra lo impuesto. O quizá me cambie de país, prepare las maletas y me vaya a otro lugar en que mi vida se valore, como antes se valoraba en España.

Antes, vimos a gente enfermarse, a veces a personas que tenían toda la vida por delante.  Fue duro, demasiado duro y demasiado injusto, pero al menos sabíamos que costara lo que costase su tratamiento se haría y se lucharía hasta el final tuviese la familia pocos o muchos ingresos. A veces se logró la curación, a veces se negó, siendo igual de anhelada en todos los casos. Pero fue algo exterior a la pericia médica lo que lo decidió, unos culparon a los dioses, otros al destino, otros a la fatalidad...cada cual lo fue superando como pudo y algunos tendremos heridas que ya nunca cerrarán, se abrirán de cuando en cuando ante cualquier suceso, recuerdo desatado de origen desconocido o lo que fuere. Hay heridas que nunca curarán porque el cáncer es lo bastante duro para el paciente y el propio entorno, se encuentre o no se encuentre curación, siempre lo preferible es que nunca llegue.

Vaya por delante mi indignación. Mi pensamiento de que si el dinero de todos se hubiese administrado por otras gentes distintas a quienes lo tuvieron, este nuevo recorte no sería necesario y no solo eso, sino que a nadie se le hubiese pasado jamás por la imaginación. La rabia me consume en este momento, para qué negarlo, es una noticia que me duele y me duele demasiado. Me duele por quienes no superaron la enfermedad, por quienes tuvieron que luchar contra ella logrando la victoria, por quienes en este momento están enfermos; por quienes se enfermarán o nos enfermaremos. NO HAY DERECHO A ESTO.

La mala noticia AQUÍ

sábado, 8 de febrero de 2014

Soñar, y lograr un sueño

Hace unos días que se produjo algo bueno en mi entorno cercano. Desde ese momento me mantengo en una continua conversación conmigo misma -que raro-, porque me ha dado pie para creer en esos sueños que se proyectan, sin esperanza, pero que en cuanto se ponen en marcha se cumplen solos. La pregunta conmigo misma es ¿ fue el destino? o ¿fue la valentía? lo que hizo que Ella (llamémosle Ella, ?qué importa su nombre?), cumpliese su sueño.

Un sueño que no solo la beneficiará a ella, sino a toda su familia. Qué bueno :)

jueves, 6 de febrero de 2014

Cantar y alegrar el ánimo

Se dice que la piratería en Internet ha cambiado las situación de los cantantes, que tienen que hacer más giras para poder seguir ingresando dinero y dedicándose a su trabajo. Tal vez por eso sorprenden ciertas cifras, aunque está claro que yo no tengo ni la menor idea del dinero que han dejado de ingresar. Hay quien sostiene que estar las veinticuatro horas disponibles a través de Internet, incluso a algunos les ha favorecido porque antes nadie les conocía y ahora les conocen. A la vista está, a mí el nombre de muchos me sonaba, pero de encontrarlos en alguna parte ni hablar, hasta que un día probé en el mundo que une enlaces en la red y en un segundo no solo te muestra cómo son, sino cómo cantan. Para muestra un botón: el de la foto, claro.

A este lado de la crisis, mucha, cuando siguen quebrando empresas y no se encuentra dónde trabajar, o donde se trabaja lo mismo por la mitad que antes, se mira las cifras que alguien da y pudiera pensarse que no se está en crisis. Aunque solo cada uno de ellos podría decirnos después de restar los gastos, quizá ignorando cuándo volverán a ingresar, después de esto, si las veinticuatro horas en línea compensa o arruina. O si son ciertas esas cifras que se dan...

Cada loco con su tema

La crisis es menos crisis cantando o escuchando música, eso lo tengo claro.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Sobre operaciones urgentes y retuiteos

A veces las instituciones ¿más inteligentes? tardan en darse cuenta de lo que ocurre. Puede que para entonces la ciudadanía haya perdido su casa, haya visto cerrar la empresa en la que llevaba trabajando toda su vida -cincuenta años incluso-, y bajando en esa escala que lleva directo a la nada, haya perdido incluso el derecho a comer una vez al día. Los datos hablan de uno cada tres niños, y aunque nadie lo diga, eso incluye a su familia.

Cuando a alguien se le detecta un cáncer, se le pone inmediatamente en tratamiento. Conozco a una mujer a la que le salió un bulto en un pecho y fue al médico. El médico le extendió un volante para que se lo extrajeran inmediatamente, en cuanto llegase en ambulancia al hospital. Y ella no estuvo de acuerdo, pasó a enumerarle al hombre las cosas que tenía pendientes para las siguientes horas: atender a sus cuarenta vacas, hacer la comida, la limpieza de la casa y la colada, porque después de muchos días lloviendo hacía buen día. Consideraba que lavar y secar la ropa sucia era más importante que un simple bulto de nada. Esto sucedió en la consulta de la Seguridad Social. (Esa que ahora quieren quitarnos).

Me contó que el médico llamó desde el teléfono a la ambulancia, firmó el ingreso y le dijo que no existían más opciones, que se olvidara del ganado, de su familia, e incluso de ella misma y que hiciese el favor de acompañarle. Salió de la consulta y esperó junto a ella a que llegase la ambulancia, entregó el volante con las indicaciones a los operarios de la ambulancia y trató de tranquilizarla diciendo que la intervención sería un momento de nada. Ella no tuvo más remedio que acatar las órdenes que le daban y en menos de una hora estaba en el quirófano donde le extrajeron el tumor. La convalecencia no fue sencilla, pero sobrevivió. El tipo de cáncer que tenía confirmó la seriedad última del doctor: o te subes de una vez a esa ambulancia o harás que te suba yo. Será más cómodo, desde luego, que lo hagas por ti misma. Quizá tú no quieras vivir, pero yo sí quiero que vivas y todo lo que tienes que hacer puede esperar. Esto no.

Y bien, una vez dicho todo esto, solo una pregunta: ¿Para cuándo la operación que pueda quitarnos el tumor que está padeciendo el país entero:


 Retwitteado por 
HOY SERÉ UN REPRESALIADO POLÍTICO. La Comisión Europea señala a España como país con más corrupción vía

lunes, 3 de febrero de 2014

La insistencia de un sueño

Creo que la solución me ha llegado tarde. Es una sensación. La de llevar tanto tiempo buscando un lugar en el que publicar, que ahora que existe, lo que no termina de funcionar es lo escrito: la sensación de que no alcanza el nivel que le exiges.

A fin de cuentas es eso lo que me sucede, una especie de ¿bloqueo? No, porque me surgen infinidad de historias al teclado, de personajes, de situaciones que terminan siguiendo el orden establecido. Es más bien una pregunta al fondo de todo ese sueño, ¿Qué necesidad? Quizá hasta ahora no entendía que si encuentro un buen libro que me apasione me llena más leer que escribir. Y ahora me están cayendo en las manos libros que no puedo soltar. Y no tengo tiempo para ambas cosas, leer y escribir, porque ambas precisan de todo el tiempo disponible, tanto si lees como si escribes no puedes hacer otra cosa. Y leo mucho y escribo mucho y la casa y la familia se resienten: no estoy. Y después el resto del tiempo se lo dedico a ellos, en una contrarreloj de locos tan apasionante que los días no pasan, vuelan, como las hojas movidas por los huracanes. No es un reproche, es un simple análisis de mi realidad.

En este momento estoy leyendo La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero, y con un libro así entre las manos ¿Quién puede volver a ese archivo apasionante a escribir?, de momento lo que es yo no puedo, y solo voy por la mitad del libro. Conmigo sucede así.

Ahora bien, el sueño recurrente ha encontrado el sitio. Lo del funcionamiento ni idea, lo mismo que cuando no tenía ni idea de cómo funciona un blog -quien entre a leerme se dará cuenta de que aún no lo entendí, de que voy a mi bola. Soy yo, conmigo todo es así. Estoy, luego existo-, y ahora me parece lo más sencillo del mundo. Administrarlo digo, el resto ya no depende de mí. Supongo que con eso de la autopublicación es lo mismo. Cada vez voy teniendo más claro que no tengo ganas de enviar mis escritos -si alguna vez terminase algo escrito- a una editorial tradicional. Por aquello de que autopublicar me daría la oportunidad de manejarlos de una forma directa, de comenzar desde abajo, de tener en todo momento la oportunidad de seguir adelante, tomarme un respiro o abandonar. La sensación de ser libre en todo momento. 

Desde luego que si se quiere, se puede, o si se tiene la valentía necesaria para ello. 

Ya existe el lugar

Ese es un gran consuelo, ahora solo me falta lo que antes sobraba, obra que en mi opinión alcance la calidad. No sé si en verdad avanzo o retrocedo. Y no es lo que importa ahora, al menos no de momento. 

domingo, 2 de febrero de 2014

Olas de nueve metros en el litoral

Esta madrugada la villa marinera se inundaba con agua de mar, caminabas por calles cercanas a tu antigua escuela y el agua te llegaba hasta los tobillos. Los marineros solo pensaban en ir a achicar el agua de su medio de vida: las barcas que se balanceaban en el puerto, pero no podían; las olas de nueve metros sobrepasaban el rompeolas. Y el riesgo de pasar andando, o en coche y terminar siendo arrastrado por ese golpe de mar, los terminó disuadiendo, incluso siendo conscientes de que si la barca se terminaba llenando de agua, se hundiría y su único medio de vida pasaría a engrosar el fondo del mar.

Hubo muchas historias entrecruzadas en ese momento en que las olas trepaban el muro de la iglesia también, llegando hasta sus cimientos de miles de años de antigüedad, todo es dramático mientras esperas que la sobrina del marinero se suba a tu coche para poder llevarla al fin a su casa y ponerla a salvo, de su intento desesperado de ir a achicar el agua ella sola, si nadie va.

En ese momento en que lo consigues, una estrella fugaz rompe la noche hacia donde estás, entonces les gritas a todos que pidan un deseo mientras pides el tuyo; la prisa hace que esta vez pidas un deseo imposible del todo, y no te importa. Esa noche el verdadero milagro es que las barcas saluden a la mañana íntegras, ¿Lo habrán conseguido?

Es todo lo que puedes preguntarte mientras despiertas de una noche larga, que será revivida durante mucho tiempo entre esa belleza, a veces dramática, que conforma lo que ahora eres; lo que serás.

jueves, 30 de enero de 2014

Datos escalofriantes

Según un estudio reciente de Save Children el 30 % de los niños españoles pasan hambre. 

En un momento en el que quieren centrar el debate en los niños no nacidos, parecen despreocuparse de los que necesitan comer para crecer sanos, para no enfermarse, para poder resistir el ajetreo de la vida diaria; que desde su situación debe ser lo bastante horrible para necesitar un buen caldo caliente antes de irse a la cama.

Porque a la luz de todo lo que sus padres afinan, estos niños no tendrán estufa que les quite el frío, ni calzado adecuado para protegerles la humedad de las calles lluviosas, ni paraguas para reponer aquel que destrozó el viento, ni vehículo en el que acudir a la escuela en una época en que hay que gastos que sus padres no pueden afrontar. 

¿Cuántos gastos innecesarios se quitan los padres antes de aceptar que sus hijos pasen hambre? A mí se me ocurre que todos. El gas, la electricidad, la compra mensual e incluso semanal. Son datos dramáticos. ¿Cuántos de estos niños son convencidos a la fuerza de que no podrán comer? Esta pregunta también acude a mi cabeza. Ante la insistencia inocente de un niño que no sabe o que no entiende, y de unos padres que acusan la impotencia de no poder atender a su demanda, hay recorridos macabros que alguna vez escuchamos relatar a gente mayor.

Y volviendo al presente: ¿Cuántos de estos niños se enfermarán gravemente a consecuencia de no tener una alimentación adecuada? ¿Cuantas secuelas padecerán?

Es inevitable pensar, que uno de cada tres niños que te encuentras por la calle, está viviendo esta situación. ¡¿Y nadie sale a la palestra para defender sus derechos?!

Uno se pregunta qué clase de sociedad es esta. O qué clase de dirigentes auguran tiempos felices a la vista de los datos fríos. O no se lo pregunta porque así, con estos datos en el desayuno, se ve. 

miércoles, 29 de enero de 2014

Todo tiene un límite

Si miramos a algún lugar de la tierra en este momento podríamos decir que el abuso y el poder tienen un límite: lo que los ciudadanos tengan a bien soportar.

Se puede apretar suavemente, se puede seguir apretando a fuerza de costumbre y nuevas ambiciones a la vista; pero si no deja de apretarse, en un segundo inesperado todo puede estallar. Y una vez que se estalla no habrá regreso.

viernes, 24 de enero de 2014

Rayos de sol en un cielo gris

Están siendo días complicados en los que se mezclan muchos sentimientos, pero sobre todos ellos prevalece la idea -quizá romántica- de que ser buena gente al final tendrá su recompensa. Es un convencimiento nacido desde la propia infancia y que por lo tanto siempre se resistirá a morir...pese a todos los momentos de desánimo. Vivir actualmente en un país que marcha en un rumbo que no me gusta marca el compás, pero también la esperanza de que un día marcará otros derroteros es la causa de que siga creyendo en la humanidad. Hay mucha gente que a diario me demuestra, desde las noticias, los periódicos, la radio, los blog, los libros que leo, las personas que me encuentro por la calle...que vida solo hay una y que al final lo único que importa es tener un corazón lleno de muchas cosas para compartir.

Al final es lo único que importa. Y aunque hay días grises, cuando menos se espera, un rayo de sol asoma por entre las tinieblas y nos ofrece toda su luz y todo su calor, como quizá solo sabe hacerlo el amor.

Me asomo para dejar aquí una canción con dos voces que últimamente me han acompañado mucho fuera de esta pantalla. Dos voces que a las que recurro siempre que las nubes tapan el cielo por completo, porque actúan como los rayos del mismo sol. 



Elegancia y voz.

Atravesar el mar en busca de su otra orilla




Asomarse a la superficie del mar y respirar
con cierta intranquilidad ante el desafío
constante de dejar una vida entera atrás
sin perder de vista todo el mañana

creer en el futuro incluso sin verlo
saber que lo que aguarda será mejor
que todo aquello que se deja porque
todo lo que se deja se desmorona,

por la ineptitud de quienes aferrados
a sus despachos de terciopelo
son ajenos al frío de las aceras
de quienes duermen sobre un cartón

expuestos a clamor de la calle en que
unos ofrecen de buen ánimo su limosna
y otros insultan, se mofan, incluso patean
a quienes no tienen fuerza ni para defenderse.

A veces bien mirado es lo que dejas atrás
un país al borde de su desconche
y descascarado donde no es posible clavar un clavo
sin que todo se venga abajo roído por la termita

Miras al horizonte que dejas atrás y ves también
tus amigos, tu familia, esos a los que no verás a diario
y esa herida duele al borde del quebranto,
saltan las lágrimas que engrosarán el mar

pero tienes que mirar hacia adelante a esos brazos
dispuestos a abrazarte hasta recomponerte
al encontrarte en ese para siempre conocido
que tanto necesitabas para ser de nuevo tú.

Ser tú de nuevo ante las inclemencias que toquen
en esta lotería que es vivir, y ahora más aún
en que mirando el horizonte por atravesar, da miedo,
un miedo que solo quita el recuerdo de esa mirada

que espera para seguir ya a tu lado el resto de la vida.
Bien pensado no está mal, es todo lo que precisas
y la vida se andará, paso a paso se pisará el camino,
los tuyos estarán siempre cerca, envueltos en tus latidos

como todo lo que lejos o cerca permanece por ser verdad
esa única e intransferible que se sostiene por su propio pie
que pertenece a su misma naturaleza, que es una con la vida,
y que irás leyendo sobre las olas del mar mientras esperas la orilla.