Resulta que no me equivoqué al saber quien eras y qué escondías,
pero de cualquier manera me equivoqué, porque terminé por negarte
cualquier posibilidad de comenzar de nuevo, y ser alguien distinto.
Al final de todo eso sigue siendo lo que pesa al fondo de mi conciencia.
La juventud es juventud porque tiene todo el derecho a equivocarse,
siempre que al final del recodo enderece el camino.
Eso es lo que aprendí justo por eso,
porque el tiempo siempre responde.
Solo cuando pasa el tiempo la perspectiva se ve con claridad…Es cuando aprendemos y vemos que ya es pasado…
ResponderEliminarUn cálido abrazo Begoña
Cierto, pero a veces nos quedamos anclados de cierta forma a ese instante en que con la mejor de las intenciones nos equivocamos.Un beso
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