De un tiempo a esta parte cada página que consulto avisa de que la página web que visito hace uso de las cookies para facilitar la navegación. Tengo un empacho de cookies que ni os cuento. En general empieza a cansarme bastante este mundo internáutico cuyas terminologías no entiendo, creo que es un síntoma inequívoco de que en cierta medida me estoy cansando de todo lo que nos controla, no sé. El caso es que hoy es mi propio espacio, Días de lluvia, el que avisa de eso, de que hace su propio uso de cookies. ¿Dónde está la tecla que me permita quitarlo? De momento no lo entiendo y solo acuso el cansancio de que se nos controle tanto y nos lancemos de lleno hacia ello.
Creo que no hace falta que diga que soy de pueblo y que cada vez estoy más contenta de vivir rodeada de naturaleza, aquí donde casi todo es silencio. Rumor de ríos, irrupción de flores silvestres que crecen lentas lo mismo que el tiempo, trinar de pájaros por doquier, verdes campos; frondosos árboles, nubes que se dibujan y desdibujan todo el tiempo.
Dichosas cookies, dichosa forma de controlarnos todo el tiempo, que no sé de qué modo se detiene; luego me quejo.
Este sitio empcomo ayuda para prestar servicios. Al utilizar este sitio, estás aceptando el uso de cookies
Creo que no hace falta que diga que soy de pueblo y que cada vez estoy más contenta de vivir rodeada de naturaleza, aquí donde casi todo es silencio. Rumor de ríos, irrupción de flores silvestres que crecen lentas lo mismo que el tiempo, trinar de pájaros por doquier, verdes campos; frondosos árboles, nubes que se dibujan y desdibujan todo el tiempo.
Dichosas cookies, dichosa forma de controlarnos todo el tiempo, que no sé de qué modo se detiene; luego me quejo.
Este sitio empcomo ayuda para prestar servicios. Al utilizar este sitio, estás aceptando el uso de cookies
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu lees desde la invisibilidad y puedes aportar algo a este lugar, para ello existe