Llega un nuevo cliente a su bar, Antonio se acerca sigilosamente a Sergio para contarle que ha pensado en su mujer últimamente, porque está a punto de abrir una casa rural, y Ana le parece la persona adecuada para llevarlo. Sergio, diplomático él, le dice que para eso tiene que hablar con Ana, porque es algo que sólo ella puede decidir.
Sergio llega a casa y le cuenta a su mujer lo que Antonio le dijo. Ana pone cara de bayeta escurrida y sonríe con una sonrisa agria al escuchar la última parte: "No quiere contratar gente de afuera". Con ello intentan decir que no quieren para ese trabajo a mujeres de otros países porque no se fían de ellas, y en cambio sí buscan gente que les conozca y que se fíe de ellos. Ana sabe que su marido confía en el mundo mucho más que ella, y que a su manera es un ser sensible al que no hay que causar disgustos innecesarios. Y que sin embargo es necesario hacerle comprender, es por eso que le responde: Mira, prefiero ser eficiente en la distribución del dinero, y seguir sin trabajar, que ganar más, y venir a casa con mis arranques de mal genio porque alguien me explota y me encuentro atada de pies y manos al firmar algo que nunca debí firmar. Si eres listo sabrás que Antonio no tiene tres cafeterías y un hotel en funcionamiento en los tiempos que corren por lo bien que les paga a sus empleados: les paga una mierda. Y yo por una mierda no estoy dispuesta a trabajar, lo tengo bien claro.
Sergio mira a su mujer y se resiente de su crudeza. Le dice que él solo le cuenta lo que Antonio le contó. Y que ya le advirtió de que la respuesta dependía de ella. Añade que un día de estos se pasará a verla.
Ana tiene a la joven perfecta para ese puesto de trabajo: Soledad. Tiene diecinueve años y está separada, es madre de un niño de cuatro, y su familia lo está pasando realmente mal. Su gran sueño es traerse a su hijo a vivir con ella, pero para eso necesita que su jefe le pague el sueldo que por ley le correspondería cobrar. Lleva trabajando cuatro años de camarera, y trabaja quince horas diarias por un sueldo de cuatro. Firmando nóminas falsas un mes tras otro, y aguantando todas las injusticias que tanto sus jefes como los clientes tienen a bien echarle encima. Es algo que Soledad se vio en la obligación de contarle a Ana, un día que la encontró llorando en el lavabo con el mismo dramatismo que si se hubiese muerto su pariente más cercano. Ana le dijo palabras bonitas acerca de la vida mientras la escuchaba llorar con desespero, se las dijo no por consolarla, sino porque creía en ella, y a esas palabras añadió todos los buenos deseos que Soledad misma con su mirar sereno le despertaba. Era trabajadora y limpia hasta el desmayo, sonriente y buena gente hasta la médula, tan hermosa por dentro como se resplandecía por fuera, y alguien con tan pésima suerte en el pasado que desgarraba el alma solo de pensarlo.
Cuando por fin Antonio llegó a casa de Ana para hablarle del trabajo, Ana le recomendó contratar a Soledad, y le explicó a qué Soledad se refería. Antonio supo de quien le hablaba y arrugó el entrecejo, estuvo de acuerdo en todas las cualidades de la joven, pero puso mucho énfasis en recalcar su gran defecto: era de afuera y él nunca se fiaba de la gente de afuera. Ana no pudo contenerse ante tanta educación postiza, ante tanta manipulación subrepticia, ni ante tanta avaricia solapada, fue por eso que le hizo saber que se encontraba ante un gran problema, porque lo mismo que él no se fiaba de los desconocidos, no había un sólo conocido que se fiara de él. De modo que estaba en lo mismo de siempre, buscar a sus empleados entre aquellos que estuviesen lo bastante apurados para no tener ni la mínima oportunidad de escoger. Antonio se fue espoleado, arrancó su gran mercedes de color negro y se perdió en la lejanía, Ana volvió a su casa concentrada como tantas veces en cómo podría cambiar el mundo. Le pareció tan sencillo cambiarlo, que no se lo creyó.
Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
jueves, 29 de diciembre de 2011
martes, 27 de diciembre de 2011
Retazos...
Cuando vuelvo a los lugares en los que viví siento que sigo siendo la misma. Que el tiempo no ha pasado. Que voy consiguiendo todo lo que he soñado. Y me gusta ver que esos lugares tampoco han cambiado demasiado y que me gusta que todo sea como es ( si apartamos por un momento a la muerte, que se llevó tanto en ese intervalo de tiempo), porque soy consciente de que mi vida tiene sentido. Y también yo.
Más consejos para la posible publicación
Sigo en mi recopilación de artículos acerca de la publicación. Personalmente es un mundo que cada vez se me antoja más imposible. Vamos, que cuanta más información reúno más incapaz de me veo de escribir algo publicable alguna vez, si bien confío en que a quienes os pasáis a leer alguna vez pueda serviros, es por eso que lo dejo aquí. Creo que es algo que vale la pena leer.
http://lamaniadeleer.com/2011/12/24/como-y-donde-presentar-un-original-para-su-edicion/
http://lamaniadeleer.com/2011/12/24/como-y-donde-presentar-un-original-para-su-edicion/
lunes, 26 de diciembre de 2011
Clase breve sobre escritura
A veces las clases más breves sobre escritura son las que más enseñan. Si algo puede gustarme de veras es la síntesis de algo que encuentro explicado con claridad.
http://dreamers.com/manuscritos/docs/manuales/manual039.htm
http://dreamers.com/manuscritos/docs/manuales/manual039.htm
Toma nota:
Si la escuela no educa a tu hijo en la creatividad y en el espíritu crítico, hazlo tú como padre o madre, pero procura estar preparado para cuando él sea crítico contigo y no te incomodes por ello.
viernes, 23 de diciembre de 2011
La vida responde
Desde que me dio por escribir la escritura me actúa como una especie de magia. Es como un buscar y encontrar. O un escribir lo que sin saberlo en ese instante, después me va a pasar en la vida real. Hay grandes historias guardadas en mi cabeza que no quiero poner en papel, justamente por eso, porque la escritura es una especie de magia que no puedo controlar, y a veces parte de lo que escribo de una u otra forma se hace realidad, y no siempre es bueno, porque tiendo al dramatismo de una forma total.
Pues bien, de esa forma casual en que la vida responde a mis escritos, me encontré a una de las personas para quienes había escrito la entrada anterior. Y no digo con esto que crea que le ha tocado la lotería y que le ha cambiado la vida, porque esta magia extraña no llega hasta ahí. Ojalá pudiese. Solo digo que la vida ha vuelto a responder a uno de mis escritos, y que he llegado hasta el por pura casualidad. Esa casualidad que hace que ame y tema al mismo tiempo a mi propia escritura, como un ser dual.
http://bitacoraruinafamiliar.blogspot.com/2011/11/tengo-trabajo.html
Pues bien, de esa forma casual en que la vida responde a mis escritos, me encontré a una de las personas para quienes había escrito la entrada anterior. Y no digo con esto que crea que le ha tocado la lotería y que le ha cambiado la vida, porque esta magia extraña no llega hasta ahí. Ojalá pudiese. Solo digo que la vida ha vuelto a responder a uno de mis escritos, y que he llegado hasta el por pura casualidad. Esa casualidad que hace que ame y tema al mismo tiempo a mi propia escritura, como un ser dual.
http://bitacoraruinafamiliar.blogspot.com/2011/11/tengo-trabajo.html
jueves, 22 de diciembre de 2011
Sorteo de navidad
El dinero no compra la felicidad, pero sirve para vivir dignamente. Para tener un techo bajo el que refugiarse de todas las inclemencias del tiempo en el frío invierno. Para prepararse una comida caliente que nutra el cuerpo. Para poder costearse los gastos de toda enfermedad que pueda presentarse. Para hacer frente con tranquilidad a todas las facturas que llegan inesperadamente. Para dar un hogar conveniente a todos los niños que vienen al mundo. Y a todos los ancianos que ayudaron a conformarlo tal cual está con el sudor de su frente.
El dinero no da la felicidad, pero ayuda a sentirse feliz. Que nadie lo dude. Siempre es más feliz quien lleva una vida digna, y no nos llevemos a engaño, tal y como está planteada la vida dentro del planeta tierra necesitamos un cupo -al menos mínimo- de vil metal y si no, vamos directos a la indigencia, con el beneplácito del poder, aunque el miedo nos dilate las pupilas y el estómago se contraiga de puro miedo. Pese a todo al papá poder no se le movería ni una pestaña, ni al alto clero, ni a rey alguno sobre la tierra.
Hoy es el día del sorteo de navidad, lo sé porque los telediarios matinales ya están a vueltas de castañuela con el sorteo dichoso. Pues bien, me gustaría que ese dinero se lo lleven quienes más lo necesiten para alcanzar a una vida digna. O aquellos que estén dispuestos a luchar hasta el final por la dignidad de los demás. O quienes repartan salud entre quienes están en peligro de perecer por hambre o enfermedades insignificantes. Por una vez, aunque sea por una sola vez, me gustaría que todo el dinero extraído del sorteo de navidad sirva para mover la gran balanza del mundo, y que quienes más tienen se queden en la pesa de abajo, sin oler un céntimo. Quizá de este modo las cosas comenzasen a cambiar, y a cambiar para mejor; al menos por una vez.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Aquello que jamás debiera prescribir
Hace unos días leía una noticia en un periódico regional: tres hermanas que acudieron a denunciar un delito ante la autoridad competente -en toda la noticia no se especificaba el delito-, terminaron denunciando a su padre por haber abusado sexualmente de ellas cuando eran menores de edad. En la noticia se cuenta que el denunciado ronda los 80, y sus tres hijas los 40 años de edad. Durante la investigación llevada a cabo por los agentes quedó demostrado que alguna de ellas sufre varias "secuelas" (sin especificar), hasta el punto de no haber podido llevar una vida normal.
Y bla, bla, bla...después de mucho artículo y muchas palabras, la denuncia de las tres mujeres, violadas por su propio padre cuando eran menores de edad, se encuentra con infinidad de trabas porque este delito tiene fecha de caducidad: ha de ser denunciado antes de 20 años. El caso terminó archivado, al menos por el momento en apoyo del artículo bla, bla, bla...En medio de la información un consejo de la Benemérita: "Todas las personas que sufran un abuso de cualquier tipo deben denunciarlo cuanto antes para poder obtener pruebas más precisas y que el delito no prescriba con el paso de los años".
Tuve que leer esta noticia varias veces porque no daba crédito a la palabra prescribir. Parece que según un abogado de la comarca "La única salida para que la denuncia siga adelante es que el delito tuviese una pena mayor ( que en principio según este artículo se estipula en una pena de prisión de 24 a 30 años por cada delito), lo que supone que aumenten los años en los que el caso podría seguir investigándose y el acusado pagaría por lo que ha hecho".
A veces no entiendo el mundo, lo digo muchas veces, pero al mundo sí que lo entiendo, lo que no entiendo son las leyes que han dictado los hombres. Hay leyes que debieran revisarse desde ya, y entendería el mundo a la perfección. Como que esta clase de delitos no prescriba nunca. Esa es mi modesta petición desde aquí.
Y bla, bla, bla...después de mucho artículo y muchas palabras, la denuncia de las tres mujeres, violadas por su propio padre cuando eran menores de edad, se encuentra con infinidad de trabas porque este delito tiene fecha de caducidad: ha de ser denunciado antes de 20 años. El caso terminó archivado, al menos por el momento en apoyo del artículo bla, bla, bla...En medio de la información un consejo de la Benemérita: "Todas las personas que sufran un abuso de cualquier tipo deben denunciarlo cuanto antes para poder obtener pruebas más precisas y que el delito no prescriba con el paso de los años".
Tuve que leer esta noticia varias veces porque no daba crédito a la palabra prescribir. Parece que según un abogado de la comarca "La única salida para que la denuncia siga adelante es que el delito tuviese una pena mayor ( que en principio según este artículo se estipula en una pena de prisión de 24 a 30 años por cada delito), lo que supone que aumenten los años en los que el caso podría seguir investigándose y el acusado pagaría por lo que ha hecho".
A veces no entiendo el mundo, lo digo muchas veces, pero al mundo sí que lo entiendo, lo que no entiendo son las leyes que han dictado los hombres. Hay leyes que debieran revisarse desde ya, y entendería el mundo a la perfección. Como que esta clase de delitos no prescriba nunca. Esa es mi modesta petición desde aquí.
martes, 20 de diciembre de 2011
La canción de siempre
Ayer escuchaba las palabras del nuevo presidente español. Me sonaron a antiguas. No tengo mucha paciencia con los políticos, de modo que quizá no le presté la debida atención. Y me sonó a que estaba dándome las excusas que le servirán para no dejarme el respiro económico que equivaldría a devolverme la fe en todo el conglomerado establecido en el parlamento. Parlamento viene de parlar, y estos nos tienen acostumbrados a que en cuanto se encuentran a gusto en su nuevo papel, parlan más bien poco, porque en el fondo les gusta imponer. Comienzan con las excusas, y en cuanto creen tenernos convencidos de su argumento nos tienen pillados.
Por lo poco que escuché, creo que si bajan los sueldos no serán los suyos. Si hay que recortar puestos de trabajo, no serán los suyos. Si hay que hacer algunos cambios, no les afectarán de forma directa. Como siempre, se dedicarán a limpiar de puertas para afuera. Y seguirán buscando la solución en los lugares acostumbrados, y volverán a pulir lo pulido, abrillantar lo abrillantado, rayar lo rayado, quemar lo quemado, y el trabajo que tienen pendiente, de no espabilarse ahora, se quedará sin hacer hasta la legislación siguiente, que váyase a saber. Cierto que no entiendo de política y si algo tengo claro es que nunca entenderé.
Por lo poco que escuché, creo que si bajan los sueldos no serán los suyos. Si hay que recortar puestos de trabajo, no serán los suyos. Si hay que hacer algunos cambios, no les afectarán de forma directa. Como siempre, se dedicarán a limpiar de puertas para afuera. Y seguirán buscando la solución en los lugares acostumbrados, y volverán a pulir lo pulido, abrillantar lo abrillantado, rayar lo rayado, quemar lo quemado, y el trabajo que tienen pendiente, de no espabilarse ahora, se quedará sin hacer hasta la legislación siguiente, que váyase a saber. Cierto que no entiendo de política y si algo tengo claro es que nunca entenderé.
lunes, 19 de diciembre de 2011
La voz de la sabiduría
Este libro de Priscilla Cogan, cuenta la historia de Winona, una anciana india que ha decidido morir. Su hija Lucy acude alarmada a la consulta de una psicóloga para que le saque de la cabeza la idea de morir. Una tarea nada sencilla porque Winona ha convocado a los espíritus y les ha pedido que vengan a buscarla cuando quieran -porque ya está preparada para iniciar el viaje- y ellos le han prometido que así lo harán. Ellos jamás faltan a sus promesas y es un proceso que no tiene marcha atrás.
Es todo lo que Winona le repite una y otra vez a la psicóloga en sus horas de consulta. Pero Meggie como buena profesional, intenta por todos los medios a su alcance desterrar esa idea de su cabeza. La anciana no quiere que la salven de la muerte, está decidida a irse, pero quiere que su hija sufra lo menos posible, y que la psicóloga lo acepte.
Es Maggie quien relata la historia de principio a fin, entrelazando tantos detalles con una voz tan sutil y unos ambientes tan reales que te hace quedarte entre sus páginas de principio a fin pidiendo que no se acabe. Es un libro que leí hace mucho tiempo, por eso podría resumirlo de principio a fin en tan solo unas líneas. Y sin embargo todo lo importante quedaría sin contar, porque es imposible contarlo. Es un libro especial.
Uno de tantos, que uno encuentra por casualidad en una librería de viejo, marcado con 2 míseros euros; y que se trae a casa para releerlo un día. Tal que así ha sido posible que ahora mismo lo tenga delante de mí, por esas casualidades maravillosas que tiene la vida. Para resumir diré algo, La voz de la sabiduría es justamente eso: La voz de la sabiduría. Al menos para mí, que a partir de su lectura me cambió la vida.
Es todo lo que Winona le repite una y otra vez a la psicóloga en sus horas de consulta. Pero Meggie como buena profesional, intenta por todos los medios a su alcance desterrar esa idea de su cabeza. La anciana no quiere que la salven de la muerte, está decidida a irse, pero quiere que su hija sufra lo menos posible, y que la psicóloga lo acepte.
Es Maggie quien relata la historia de principio a fin, entrelazando tantos detalles con una voz tan sutil y unos ambientes tan reales que te hace quedarte entre sus páginas de principio a fin pidiendo que no se acabe. Es un libro que leí hace mucho tiempo, por eso podría resumirlo de principio a fin en tan solo unas líneas. Y sin embargo todo lo importante quedaría sin contar, porque es imposible contarlo. Es un libro especial.
Uno de tantos, que uno encuentra por casualidad en una librería de viejo, marcado con 2 míseros euros; y que se trae a casa para releerlo un día. Tal que así ha sido posible que ahora mismo lo tenga delante de mí, por esas casualidades maravillosas que tiene la vida. Para resumir diré algo, La voz de la sabiduría es justamente eso: La voz de la sabiduría. Al menos para mí, que a partir de su lectura me cambió la vida.
sábado, 17 de diciembre de 2011
Papá en fase de prueba
Después de leer esta entrada me dije que estamos en una época envidiable. Hace algunos años, quizá no muchos, a ningún padre se le ocurriría plantearse la cuestión que se plantea JAB. Y si se la hubiese planteado se encontraría con agoreros por todas partes, y quizá hubiese vuelto a reincorporarse al trabajo bastante frustrado. En otras épocas demasiadas personas renunciaron a sus grandes sueños por estrellarse contra las trabas de los demás. Porque no hay nada tan difícil de explicar a quienes nada entienden, que los grandes sueños son siempre los más pequeños; y aquellos que nos aportan la mayor felicidad.
Desde tiempos inmemoriales las mujeres hemos tenido el privilegio de cuidar de nuestros niños con todos nuestros miedos, que una vez se han ido superando un día tras otro, nos dejaron en la memoria nuestros mejores recuerdos, de esos días que ya nunca volverán.
JAB, te felicito, es una decisión de la que jamás te arrepentirás. Y que muchos padres debieran tomar como ejemplo, porque los niños sienten todo el amor que les brinda desde los primeros días. Y desde que llegan al mundo necesitan equilibrar las dos pesas de la balanza en aporte de mimos: papá y mamá.
http://thekankel.blogspot.com/2011/12/nota-importante.html
Desde tiempos inmemoriales las mujeres hemos tenido el privilegio de cuidar de nuestros niños con todos nuestros miedos, que una vez se han ido superando un día tras otro, nos dejaron en la memoria nuestros mejores recuerdos, de esos días que ya nunca volverán.
JAB, te felicito, es una decisión de la que jamás te arrepentirás. Y que muchos padres debieran tomar como ejemplo, porque los niños sienten todo el amor que les brinda desde los primeros días. Y desde que llegan al mundo necesitan equilibrar las dos pesas de la balanza en aporte de mimos: papá y mamá.
http://thekankel.blogspot.com/2011/12/nota-importante.html
jueves, 15 de diciembre de 2011
Los personajes de ficción no existen
Esto no lo digo yo, lo dice Blumm. Y después de leer la entrada me digo que los personajes de ficción se parecen siempre demasiado a la gente real. Más aún, los personajes de un libro que no se articulan en su trama delante de mí como si fuesen seres reales, me hacen cerrar el libro y no seguir investigando nada más. Hace años me interesaba saber cómo terminaba la cosa y leía el capítulo final, pero a día de hoy no leo ni el último párrafo si no han sabido hacerse personas de carne y hueso frente a mí. Lo siento, pero me aburre mortalmente seguir a seres acartonados, que se quedan planchados de vez en vez. Las prácticas de reanimación necesarias para insuflarles vida me agotan de tal manera, que me veo obligada a dejar el libro que no se sostiene por sí mismo: consejo de mi doctor.
Sin embargo hay personajes que siento tan vivos que me hacen quedarme entre sus páginas para siempre. De hecho a estas horas estoy atrapada en tantos libros, que ni me consigo encontrar.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Sobre el lector electrónico
Hasta hace unos días no eché de menos ese aparatejo del que poco sé. Y sinceramente no le veía la necesidad, pero he ahí que según avanzamos en la vida -y justo por eso es bueno cumplir días y años- le entendí la utilidad. Fue después de lo tortuoso que me está resultando leer cierto libro que me descargué de la red, y que quiero leer como se merece, con calma y todos los sentidos puestos en él. De momento lo tengo en el ordenador que aquí nos disputamos todos cada cinco minutos, y todos con igual urgencia. Es por eso que no consigo tener la tranquilidad de leerlo con calma. Podría imprimirlo y llevarlo y traerlo sin mucho caos, pero tengo cajas de escritos impresos que reclaman su atención en cuanto me oyen pensar en imprimir otros textos. Son como fantasmas arrinconados que esperan una palmada en la espalda para vestirse la ilusión que antaño tuvieron ante mis ojos, y que ante lo complicado que veo sacarlos a la luz con cierto nivel, van perdiendo inmediatez y se desangran en tinta.
Es aquí donde logré encontrar la pieza que faltaba: un lector electrónico, pensé. Para leer debidamente los libros de otros, y dar un último vistazo seguido de muchos más a todo aquello que me sigue esperando en una caja de cartón de tamaño cuerpo entero. Casi como un ataúd de muertos de aburrimiento que esperan un juicio final falto por completo de juicio. Leer y repasar donde quiera que sea, en cualquier lugar. En tiempos muertos de espera, en letargos de aburrimiento, en los lugares que sea.
martes, 13 de diciembre de 2011
La vida no es un concurso
Rosa estrenó los diez años con una extraña petición: quería dar un paseo a caballo. En su casa todos se miraron como si no se lo terminaran de creer, jamás en sus diez años de vida había dicho algo parecido. Luego hicieron memoria y recordaron las veces que había ido a caballo con su abuelo a buscar hierba para las vacas, allá en el pueblo. Hacía tanto tiempo de eso que el caballo ya ni estaba en casa de la abuela, lo habían vendido cuando murió el abuelo.
Rosa tuvo su regalo de cumpleaños, fue a un lugar donde rezaba: paseos a caballo, y paseó a caballo durante una hora. Volvió con las mejillas arreboladas y los ojos brillantes, y también con una invitación para repetir ese día completamente gratis, tal fue el entusiasmo de su profesor de equitación, que meses más tarde la envió a una escuela de salto.
Fue así como Rosa en unos meses más, ganó su primera escarapela en un concurso de salto. Sus padres hacían números y no les salían, pero Rosa tenía tal aptitud para saltar a caballo que la fueron apoyando mientras les fue posible. En tan solo un año había adelantado a niños que llevaban montando nueve años, que habían nacido entre caballos, y cuyos padres se dedicaban al salto. El orgullo de Rosa tan solo era proporcional a la calamidad de sus padres, que de buenas a primeras se vieron envueltos en un mundo demasiado caro para sus secos bolsillos. Junto a Rosa había varios alumnos a quienes les pasaba lo mismo, les sobraba aptitud para ganar, pero les faltaba posibles. Y la crisis les venció, y fueron desapareciendo poco a poco de las cuadras. En ellas solo quedaron los niños con caballos estabulados. Solo ellos siguieron entrenando a diario y participando en concursos, que por primera vez sí ganaron.
Rosa terminó teniendo suerte, porque sus padres después de varios años pensando en los pros y los contras, le compraron un caballo. No un caballo de salto, o un caballo para concursar, porque jamás tendrían dinero con que sortear tantos costes, sino para pasear. Y cedieron a su única petición, la elección de su caballo. Está muy feliz con él, pero cuando asiste a un concurso como espectadora se le cae el alma a los pies, y comenta que ella lo haría mejor. Todos saben que es verdad, pero la verdad no siempre lleva las de ganar: la vida no es un concurso.
domingo, 11 de diciembre de 2011
Ángeles de cartón
Bien, esta iniciativa de MiánRos es algo que me puede, leer gratis un libro. Decir que MiánRos además de escritor es pintor, lo supe desde el blog de Blanca Miosi, que nos presentó las portadas de varios libros suyos que le encargó a él, y que son según ella, parte de su éxito en Amazon: la gente ve la portada del libro y le apetece acceder a su interior. Yo también lo creo, una buena portada es una prometedora puerta de entrada a un mundo desconocido, y si luego interior y exterior se complementan la sensación de triunfo es mayor.
Soy una internáutica patosa, eso no es novedad porque ya lo dije muchas veces, pero intentaré leerlo. Hay en este momento varios libros disputándose mi interés, ahí va otro más, veremos quien gana. Os dejo el enlace de Ángeles de cartón, que es un regalo de una mañana de domingo cualquiera, que quizá pueda convertirse en especial.
sábado, 10 de diciembre de 2011
Consejos para siempre
Es muy difícil aconsejar, pero lo es más difícil si se trata de los hijos, porque a veces no dejarles hacer lo que quieren es estropearles la vida, y a veces dejarles hacer lo que quieren es estropearles la vida aún más. Al final uno ya no sabe si aconsejarlos o dejarles a su libre albedrío, es por eso que me apunto todos los consejos y los leo, como quien lee algo vital.
viernes, 9 de diciembre de 2011
La isla de Nam
Hace tiempo que se viene recomendando la lectura de este libro de Pilar Alberdi, cuando esto sucede por algo será. Desde hace tiempo sigo varios blog de Pilar, que tiene unos cuantos, y es siempre interesante leerla, además de escritora es psicóloga, lo cual aparte de muchas otras cualidades le otorga profundidad.
Hay tantos libros que quiero leer, y que estoy leyendo continuamente, que al final dejo unos por otros formando un caos. Los bibliotecarios me ven ir y venir de la biblioteca con cierto rictus de fastidio, algunos deben de pensar que yo solita estoy subiendo los índices de lectura en mi comunidad con ese infatigable ir y venir en busca de algo de lo que oí hablar y quiero comprobar por mí misma: este libro o este autor. Lo cierto es que no me aburro, a mis días les faltan horas.
Como ya dije, leí reseñas apasionantes sobre la Isla de Nam, y es un libro que tengo pendiente de leer, de modo que aún no puedo opinar. Pero esta reseña me ha cautivado, la dejo aquí:
jueves, 8 de diciembre de 2011
La verdadera amistad
Es aquella que soporta los baches
de cualquier camino,
las inclemencias
de cualquier tiempo,
es aquella que sale a recibirte
cuando todo ha ido mal,
aquella que no reprocha
como sabe hacerlo un mal amor,
aquella que no pide nada,
que todo lo da,
aquella que disfruta tu presencia
como no ha sabido hacerlo nadie más.
Todo cuanto es verdadero
es verdadera amistad,
cierra viejas cicatrices
e invita a soñar.
martes, 6 de diciembre de 2011
Hay un lugar
Donde todos los sueños se desmoronan.
Donde todos los besos saben a sal.
Donde todos los sueños se pisotean.
Donde en vez de ir adelante se marcha hacia atrás.
Donde no cabe la lucha.
Donde solo hay puerta de salida
Y nunca jamás.
Donde todos los días salen torcidos.
Donde lo peor de todo es que no hay libertad.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Sin trabajo a la vista
Hace años cuando estaba de compras con sus hijos, Elena les pidió que llevasen unos productos para un gran cajón metálico que había situado junto a las cajas. Los niños quisieron saber porqué en vez de meter esos productos en su carro deberían abandonarlos en aquel cajón. Ella les explicó paciente que en aquel cajón se recogían alimentos para personas que no tenían nada que comer en sus casas. Y fue bombardeada con preguntas y más preguntas como si papá Noel o los Reyes Magos de oriente no podían llevarles en navidad toda la comida que necesitasen para pasar el año. Elena salió de aquel atolladero tal como pudo, explicándoles que ni el trineo ni los camellos podrían hacerlo por esto y por aquello, y cuando creyó estar a cubierto, le preguntaron por Dios, ¿acaso de eso no se encargaba Dios?
No tuvo nada fácil librarse de aquel trauma que de pronto se abrió en la cabeza de sus hijos. Ni tuvo muy sencillo que dejasen de poner artículos y más artículos en el cajón metálico. Para lograrlo se tuvo que enfadar, dando un pequeño espectáculo en medio de la gente, al gritarles en voz alta si acaso eran ellos quienes querrían quedarse sin comida a final de mes. Esa pregunta provocó que quisieran devolver todos los productos al carro de nuevo, y estalló en una pequeña crisis en el momento en que Elena no les dejó, la crisis de aquella tarde se prolongó a lo largo de varias semanas. Había abierto una brecha importante, la de tomar conciencia de que tal vez algún día fuesen ellos quienes no tuviesen en casa nada que comer. Quienes tuviesen que depender de pronto de la solidaridad humana.
Pues bien, en estos tiempos de crisis, el temor de Daniela y Alberto se hizo real, ahora son ellos quienes tienen que comer gracias a lo que otros dejan en el cajón metálico, como antaño hicieron ellos. Ahora están en el lado de la balanza más desfavorable, y nadie diría que la pérdida de un trabajo, y la imposibilidad de sustituirlo por otro, hubiese desencadenado con tal rapidez la pobreza extrema en que se hallaban sumidos. Ellos como tantos más.
domingo, 4 de diciembre de 2011
Sin ánimo de criticar
Existe ese peligroso momento en que uno deja de ser lo que es, para adaptarse a las condiciones "que pide el mercado". Ese peligroso momento en que uno deja de ser alguien diferente para ser como los demás. Ese peligroso momento en que uno se contradice con toda su carrera, del tipo que sea. Y en que traspasa las fronteras en que tal vez sin saberlo, se pierde la admiración de quienes le admiraban porque veían en él alguien diferente. Y no alguien del montón.
Es como morirse sin haber muerto. Y es una pena. Porque ser como los demás es muy sencillo, sólo hay que imitarles. Ser como uno es, es una condición que nace de adentro, y aquello que está forzado se ve. A veces querer llegar más lejos es perderse parte del recorrido. Perder la esencia de lo que uno fue.
Aquí Carlota me diría con suspicacia que quizá lo que admiraba en él formaba parte de otra imitación que dada su juventud favoreció el despiste. Todo esto sin ánimo de criticar.
sábado, 3 de diciembre de 2011
Vivir adrede
En este libro de Mario Benedetti, que es el primero que leo de este autor, me encuentro algo que estuve buscando durante media vida. Algo común con mi forma de escribir y de entender la vida, y un bálsamo a esta locura que es para mí escribir, un algo contra lo que me rebelo en cierta medida, y donde siempre pierdo. Leo también la urgencia de su escritura, y su sencillez de miras, junto a la valentía de no esconderse tras parapetos para nombrar cada cosa tal cual es a su parecer.
Encuentro una voz, más que un escrito, y desde hace tiempo yo sé que en los libros que leo busco justo eso: una voz. Y ya no me sirve una voz cualquiera, sino que mis oídos buscan algo muy particular, que ni aún sabiéndolo explicar, sé exactamente lo que es. Y solo puedo disfrutar cuando lo encuentro.
Este libro tiene el formato que podría tener este mismo blog, un título y una parrafada no muy extensa sobre pensamientos, sentimientos, imágenes, convicciones y concreciones desde el punto de vista de su autor. Un punto de vista que a mí me reconcilia con el mundo, tantas veces puesto del revés a lo largo de la historia.
Vivir adrede traspasa de lado a lado la vida tal cual es, y la nombra justo así, con el arrojo de quien sabe cómo es, y que tras escribirla la regala al mundo, para que todos la podamos leer; o sentir que la susurra en nuestro oído.
viernes, 2 de diciembre de 2011
Retazos...
El éxito es un cóctel cuya composición exacta nunca tendremos. Lo mismo que la experiencia personal, que uno puede aplicar a su vida literaria como exorcismo, para extraer algunas enseñanzas más en beneficio propio que de un todo común.
En ocasiones el escritor pone una mecha que el público enciende y de pronto explosiona. La reverberación de este hecho también escapa a todo control. Esa es la magia de la escritura.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Dejo una certeza:
El amor verdadero ni se quema ni desaparece, tan sólo crece. Y si no es capaz de crecer no es amor.
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