Me hago mayor, hasta el punto en que últimamente se me están cayendo muchos mitos. Estoy más escéptica que antes respecto a todo, sobre todo con respecto a las personas. Vuelve a apasionarme la gente de a pie, la normal, la que te cruzas todos los días, la que te habla directamente, la que puedes mirar a los ojos, aquella con la que compartes de tú a tú. Mucho más que los personajes de cualquier libro, incluso que los propios que siguen esperando su última de la última, última corrección de verdad, esa que ya era antes de que la retomaras otras tres veces más y ahora sea una poda podada de sí misma.
El año pasado me sucedió con los tomates, de tanto podarlos los desangré y se murieron, este año no los toqué y se multiplican y se enredan entre sí y están cargados de tomates en espera a madurar. Tuve que corregirme a mí misma como tantas veces, y cambiar ese: en mi huerta los tomates se dan mal, por ese otro, creí que en mi huerta no se daban los tomates pero era que de tanto cuidarlos los mataba.
Eso, que este año 2010 estoy matando poco a poco todo aquello que me iba sosteniendo. Estoy como suicida. Y no se si estoy madurando o dejándome morir para volver a renacer. Es una sensación extraña que no me ocupa, ando demasiado ocupada para detenerme a averiguar en este momento. Creo que el resultado será a mejor. Lo intuyo. Mejor que qué otra opción, eso ya no lo sé, lo mío no son nunca las respuestas.
Begoña, ¿me admitirás un consejo?.
ResponderEliminarYo también he sido como tú, un perfeccionista irredento. Hasta que me tropecé con la imperfecta realidád de un mundo imperfecto, que un tipo cargado de defectos como yó, intentaba perfeccionár.
Aprendí a sér más tolerante con mis defectos, y pór ende, hice lo mismo con todo lo que me rodea.
Y desde entonces, (no hace mucho), tengo un poco más de páz interiór. Y soy algo más felíz.
Un saludo.
Admito el consejo y créeme que estoy convencida de que nadie es perfecto ni va a serlo nunca.
ResponderEliminarY en realidad los viejos mitos mueren porque ya han sido sustituidos por otros. Al final es lo de siempre, soy incorregible.
Saludos