A las cosas hay que darles utilidad, de modo que a falta de marcapáginas y dado que este espacio es mío y puedo hacer de él lo que más o menos me venga apeteciendo, marco la página para seguir leyendo cuando quiera echarme unas risas. Ah, cómo me gusta el ingenio.
...y encontrarme de nuevo con mi propia risa.
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