Del Tour Dos mundos de Alejandro Fernández se impone la realidad: no me gusta la noche, ni los lugares concurridos, ni el griterío, ni las imágenes de conciertos importantes que ponen en la tele. Me ponen nerviosa los atascos de tráfico, lo imprevisible, lo inesperado, lo porvenir.
Soy un cromo, de esos que salen repes hasta la muerte y no sirven para nada, uno de esos que aparecen abandonados a su suerte junto a cualquier graffiti de una gran ciudad, lo sé, pero no puedo remediarlo. Quiero ser como el resto de la gente, me lo impongo a mí misma pero nunca me sale con naturalidad. Tengo que ir a ese concierto, y a estas horas solo me anima esta canción, que él canta como nadie
México lindo y querido
Creo que el ser siempre positiva me da mi propia solución, tengo que ir, y no creo que salga viva por mis propias limitaciones, que no voy a repetir ahora. Y al menos por el momento encuentro algo positivo, si muero no tendrán que llevarme muy lejos. Pero seamos claros, no me quiero morir. Ni de miedo, ni de ilusión ni de alegría entusiasta; cada día me parece mayor lujo estar aquí:
Cada día de vida es una oportunidad de comenzar de nuevo.
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