Escuchando en el silencio prevalece tu verdad,
amar las palabras es también compartirlas.
Para que otros las hagan suyas,
para que otros se arropen con ellas
para que nunca estén solos,
para que busquen sus propias palabras
para que aprendan a interrogarlas
para que las regalen a su vez,
para dialogar consigo mismos
y preguntarse qué es lo que vale la pena
pues el silencio siempre dice la verdad
acerca de uno mismo.
La verdad es que siempre estamos solos
vayamos donde vayamos,
y que nunca lo estamos.
Que el camino es largo
y el caminar perezoso,
siempre hacia delante
y que no hay mayor meta
que conquistar cada día
sabiéndose conquistado.
Mirar cada día
sabiéndose mirado,
y que teniéndolo todo
aún se tenga el ánimo de luchar
por todo recompensarlo.
Caminar sin ánimo de irse
a ningún lado
hace que sea tan difícil entenderlo
incluso por ti mismo,
escribir cuando no quedan palabras
que no hayas usado
es como volver a nacer
llenarte de aire los pulmones
y luego expulsarlo
como detener los segundos
en la palma de la mano,
mientras en todos los relojes
se siguen sumando.
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