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jueves, 20 de mayo de 2010

Te doy mis ojos




Esta película me provocó muchas sensaciones que no esperaba y que no sabría definir. No me resultó fácil de ver, pero me parece imprescindible en la vida de toda mujer porque aclara muchas cosas. Aunque la haya visto dos veces tengo la sensación de que son muchos los detalles que me seguirán pareciendo nuevos cuando la vuelva a ver. La actuación de los protagonistas me parece magistral y me enamoró esa Pilar a la que parece que han educado para ser obediente, sumisa, amable, cuidadosa, paciente y sobre todo obediente.

Por el contrario Antonio parece no haber sido educado, es exigente, frío, mandón, cruel, déspota y sobre todo incomprensivo, un ser sin una gota de empatía y además celoso.

Me encanta el modo en que se refleja la violencia machista - no me gusta este término tan de moda y tan usado pero voy a usarlo por dos razones, la primera que no se me ocurre otro y la segunda porque es como se define - que es el poder absoluto sobre una mujer y el empeño por dominar su mente a como de lugar. En el fondo es un cobarde y en cuanto se le planta cara se retrae, se disculpa, se desdice, se siente ofendido por ser incomprendido y hace mil parafernalias con tal de dejar claro que se le entendió mal. Y por supuesto a la mínima vuelve de nuevo a las andadas convirtiéndose un ser con quien a Pilar se le hace imposible vivir. A medida que avanza la película se ve a Pilar perdiendo la seguridad en sí misma hasta un punto en que ya no sabe quien es aunque parece desconocer que Antonio solito se encarga de minarle la moral segundo a segundo. Tiene que hacerlo para sentirse superior todo el tiempo, para dejar de sentir lo miserable que es y para tenerla atada a él de por vida aunque sea por puro temor, eso le da lo mismo, el caso es que esté sometida a su voluntad día tras día. Y como hombre llega a ser alguien realmente patético y cruel capaz de tomarse a mal lo que sea con tal de sembrar temor o infelicidad, de poco sirven los intentos de Pilar por reconducirle, o buscar una salida para esa prisión que termina siendo su propia casa.

Te doy mis ojos es una película que toda mujer que conviva en pareja debería ver. Toda mujer debe saber que es imposible hacerlo todo mal. Cualquier mujer que conviva diariamente en la situación en que está Pilar es que ha pasado hace mucho tiempo la hora de irse, y es algo que no se puede posponer. Da igual la hora que marquen todos los relojes, o la ropa que se lleve puesta, da lo mismo el número de hijos que se tengan; la situación económica, o el estado del empleo. Todo da igual, ya no queda nada por lo que valga la pena luchar y es hora de comenzar de cero. Es mejor volver a comenzar que comenzar a terminar, sobre todo porque esta última opción no tiene retroceso.

Nota: En realidad había puesto una foto de la película en cuestión y hubo problemitas que diría AF

2 comentarios:

  1. Desgraciadamente, es una situación que se perpetua, y no importa todo lo que hayamos evolucionado como sociedád en treinta años.
    La sigo viendo en mujeres jóvenes hoy en dia.

    Saludos.

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  2. Lo que está claro es que detrás de un maltratador se esconde siempre un cobarde. Un ser dispuesto a encarcelar a su víctima y que cuanto más se deje encarcelar más difícil lo tendrá. Detrás de un maltratador hay un hombre que debería estar solo.

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