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domingo, 24 de febrero de 2013

Palabras para recordar

A diario se nos olvidan muchas cosas, pero hay lecciones que nunca debemos olvidar. Es lo que diría acerca de esta entrada y el texto que contiene. Es una de las pequeñas joyas que encontré casi al contratar Internet, esa red que a diario tan malas noticias genera. Las personas mayores nos escuchan hablar, a los ya no tan jóvenes, del mundo fascinante que es, y arrugan el ceño, creen que terminaremos siendo abducidos o poco menos por algo maligno. Pero eso sólo sucede porque nunca se acercaron a ver lo que es, las malas noticias escuchadas en los telediarios o leídas en la prensa sobre el mundo de Internet les mantienen lejos. Porque las malas noticias se difunden más rápido y llegan mucho más lejos que las buenas; eso en el mundo en general.

Aquí os dejo el texto que jamás debemos olvidar. Ya, ya sé que diréis que ya lo conocíais, pero no importa, leerlo de nuevo ayuda a respirar.


viernes, 22 de febrero de 2013

Conseguir el equilibrio

Lees y te lo sabes todo de memoria, encuentras mil erratas que antes no veías, contradicciones que ya no pueden estar ahí, frases que no se entienden y deben ser formuladas de nuevo.

Es un lugar donde se junta lo viejo y lo nuevo. Donde todo es concentración antes de elaborar. Donde ya no cabe la realidad, esta vez te lo has propuesto con los cinco sentidos y no puedes abandonar. No puedes volver a dejarlo para luego, porque si lo dejas, luego no será.

Hay que atreverse a re-dirigirlo sin que pierda la esencia de lo que es, si alguna vez halló un sentido, debes entender que podar el ramaje puede hacerlo marchitar. También debes saber que tu visión de ahora, a la fuerza se hizo más completa, antes solo podías ver la vida desde la perspectiva de alguien que no había visto suficiente mundo, para habitar un universo tan complejo como ese en el que ahora te adentras de verdad.

Una vez Laura Quijano lo dijo: Debes tener especial cuidado en corregir solo una novela de cada vez. Es cierto, porque cada una compone su propio engranaje interior, y aunque cueste decidirse, solo una ha de ser abordada para mejorarla, sin abandonarla, desde el principio hasta el final.

La realidad te dice que tal como están las cosas es el momento perfecto para volar a los límites de la irrealidad, para dejar el presente por unas horas y adentrarte en ese espacio que se te antoja ideal. Con los cinco sentidos y la justa determinación a diseccionarlo de nuevo para intentar pulir de veras el resultado final. Los días de lluvia intensos aportan la atmósfera perfecta y también los días de sol le añaden calidez. Sabes que esta vez ha de ser porque no abandonarás.Todos estos años en stanby no has dejado de recriminarte de forma incesante; es eso lo que grita que sí, que estás dispuesta a abordarla de principio a fin. Porque como dice el proverbio: El camino más largo comienza con un paso. 

Eso es poniendo un pie ante otro todo el tiempo hasta alcanzar el final.

jueves, 21 de febrero de 2013

Un viso de actualidad


Los profesores de un colegio que no sabría ubicar --porque a veces la gente que te rodea habla cuando más debería callar-- se dieron cuenta de que algunos niños de su clase estaban distraídos y lentos. Fue entonces cuando a fuerza de ir indagando se dieron cuenta del motivo: había no pocos niños que iban a clase sin desayunar, y que además durante el día no se alimentaban lo suficiente. Sus familias, en paro la mayoría, no podían asumir el coste de alimentarlos de una forma adecuada. El día era ayer mismo y la ubicación era este país.

Los profesores después de hablar largo y tendido con todos los niños, llegaron a una conclusión, solo en ese colegio ya son 400 los que pasan hambre. Ellos mismos decidieron hacerse cargo de ofrecer alimento a esos niños, con primeros síntomas de desnutrición. La escena de fondo en el telediario que daba la noticia era el reparto de leche, fruta y galletas entre esos niños, felices al recibir su ración.

En el día a día se siguen mezclando tristeza y alegría, realidad y fantasía; así como en este blog. Desde aquí mi agradecimiento a quienes están dispuestos a remendar los rotos de otros. Y a quienes en vez de mirar para otro lado, ofrecen la solución.

martes, 19 de febrero de 2013

Entre todas las opciones, quiero creer

Creo pese a todo 
que la luz llegará 
donde ahora hay sombra

Que se encontrarán
nuevos caminos
por los que circular

a ritmo lento
como el mar
barre las olas

y agita el tiempo
que sucede entre
hoy y ayer.

Creo pese a todo
que lo mejor
ha de estar por suceder

lo que no sé
es si será
en este planeta

o será en otro,
aún pese a todo 
quiero creer.




Historias al límite cada día

Ayer, una mujer de 47 años entraba en una sucursal bancaria, se rociaba de gasolina, y se prendía fuego ante la mirada atónita de quienes estaban allí. Mientras la ambulancia se la llevaba hacia el hospital, una amiga estremecida relataba a cámara, que lo llevaba avisando en los últimos días, que a ella mismo le había dicho:

- Solo me quedan cinco euros, con ellos, voy a comprar gasolina y prenderme fuego. Ya me quitaron todo, así que pueden quitarme también lo que me queda, la vida.

Se sabe que tiene tres hijos, que le habían embargado tres pisos y que está ingresada en un hospital con el 48% de su cuerpo quemado.

Se sabe que a diario son muchas propiedades las que cambian de mano, que por lo tanto mientras unos viven en la más absoluta desesperación, otros aumentan sus propiedades. Que quizá sea esa la verdadera razón por la que a diario se siguen sumando casos de gente que lo ha perdido todo: Incluso la esperanza en un mañana mejor.

Hay escribidores de historias, paralizados. Les paralizan las historias que les salen al paso, de un momento a otro, de ahora para después. Les dejan esculpidos en mármol aquellas historias que la historia misma nunca debió escribir. Les duelen los ojos, los dedos, el alma se  les va cayendo a cachos; quizá se ahogan en la parte de esa historia que nadie querrá escribir: La que va de ese principio en que una mujer es dueña de tres viviendas, a ese final en que rociada con gasolina se prende fuego, en una sucursal bancaria. 



lunes, 18 de febrero de 2013

Ángeles de cartón

Este libro de Mián Ros, tal como prometí, es lo primero que leo en lector electrónico. Y decir que cuando algo es bueno y lo disfrutas no importa en qué soporte esté, letras son letras de todos modos. Es una de esas historias en las que yo intuía otra historia que no encontré, pero que pese a ello no me decepcionó, lo cual viene siendo raro en mí, que cuando no encuentro la historia que quiero me pongo muy pesadita y lo termino dejando. Me gustó más la historia que me contaba y la forma en que estaba escrita que aquello que yo pretendía leer, por eso precisamente me quedé desde el principio hasta el final y casi que paladeé la historia con fruición. Se la recomendaría a todo el mundo, porque no es previsible en ningún momento y porque me gusta ese suave paseo en que se sumerge desde el primer instante hasta el último.

Creo que cuando algo consigue envolverte entre sus páginas todo el tiempo, es porque es bueno, de lo contrario te inventarás mil excusas para abandonar o posponer esa lectura, que al fin y a la postre no está hecha para ti. Por eso deduzco que Ángeles de cartón, de Mián Ros está a la altura de muchos libros de buenos escritores que leí, y que disfruté desde el principio hasta el mismo fin en igual medida.

A título personal, su escritura me aportó bastante claridad de qué es lo que se le pide a un libro electrónico, y en  cuanto a formato y demás me servirá de referencia para ordenar con cierta mesura todo aquello que tengo que ordenar. Leerlo fue además de un placer una clase de escritura gratuita, porque lo descargué desde su blog hace como un año y aunque he tardado en entender mi ebook, no pude incorporarme mejor a su modo de lectura.

Más sobre el libro, en el blog de su autor


viernes, 15 de febrero de 2013

Buscando el verdadero motivo


Mi obra se ha estancado y pese a la quietud en que se encuentra, sigo buscando motivos. 


1- Internet me ha puesto muy fácil seguir blogs de otros escritores y me doy cuenta de mis minusvalías en cuestión de escritura.

2- Encuentro demasiados textos para leer y me gusta demasiado hacerlo, por lo tanto me absorbe demasiado tiempo.

3- Encuentro otras obras que versan sobre la misma temática y el mismo punto de vista, por lo tanto debo renovar la mía para no repetir de nuevo lo mismo que ya fue dicho.

4- No creo tanto en mis posibilidades reales dentro de este mundo y quizá por eso sigo sin arriesgar, por miedo a decepcionarme a mí misma.

5- Los retoños de mi casa crecen demasiado rápido y quiero disfrutarlos, antes de que empiecen a dejarme en el olvido. Además mi mitad entera aún está a mi lado y quiero disfrutar de este momento que es ahora, mientras estamos vivos. 

6- Corregir, preparar y pulir me gusta demasiado para poner un final, no intentarlo mejorar, o no seguir enfrascada en las historias que de momento no quisiera abandonar.

7- Intuyo que este es un oficio difícil y que aún estoy en el principio.

8- No tengo prisa por llegar hasta el final, lo que me apasiona es el recorrido.

9- No voy a ninguna parte, por lo tanto puedo tomarme el tiempo que quiera durante el camino.

10- No sirvo para esto, lo intuyo, lo sé, pero mientras tanto finjo que ni lo intuyo ni lo sabré.


Sé que la respuesta cierta se encuentra entre todas estas, pero de momento, soy y estoy, quizá es eso lo que en verdad deba ocuparme. Al menos por ahora.

jueves, 14 de febrero de 2013

Alto y claro



Deberían parar los desahucios hasta que tengamos una ley justa.

Miguel Ángel Revilla (ex presidente de Cantabria)





miércoles, 13 de febrero de 2013

Ajustando presupuesto para libros

Si algo tengo claro es que ya no es tan sencillo seguir un capricho. Quizá nunca lo fue, pero si algo está claro -lo escucho por todas partes- es que hay que pensarse mucho más que antaño lo que se compra, sobre todo si es necesario o no. Son los tiempos que corren. Nos guste o no.

Algo que sé es que compraría este libro a la primera por lo que leí de él, a la segunda pensaría si de verdad mi familia lo necesita o necesita otras cosas primero. Frente a ese dilema me quedaré. 

En unos días sale a la venta El aire que respiras, de Care Santos. Si alguien pensara en hacerme un regalo adecuado sería este. O Caminando sobre las aguas, de Ignacio del Valle que sale a la venta casi el mismo día. El dilema y las preguntas son idénticas en todo caso, ¿mi familia los necesita? A veces las respuestas que damos no son del todo objetivas.

El primer capítulo de El aire que respiras puede leerse entrando en el blog de la autora. Y si tengo que decir la verdad, la digo; suena prometedor.

martes, 12 de febrero de 2013

Es un hecho



El camino que se elige a sí mismo solo conoce un camino: Siempre adelante

lunes, 11 de febrero de 2013

Nuevos tiempos y nuevas formas de leer

Me llevaba muy mal con mi lector electrónico. Tenía pendiente la lectura de Ángeles de cartón, de Mián Ros, hace exactamente un año ya estaba en ello, pero al final desistí, porque aunque estaba siendo una lectura grata, me llevaba fatal con mi lector electrónico. Si lo apagaba me perdía la página en que iba leyendo, me mostraba una letra enorme o diminuta, me aportaba demasiada o muy poca luz, cuando iba a media lectura cambiaba solo de página, esto era lo que más me irritaba. Fallos que por supuesto atribuía de lleno a mi lector electrónico, pero de los que hoy admito que la culpable era yo. Tiene demasiadas funciones que hoy por hoy no necesito, me sobra con las básicas, encendido y apagado, arriba y abajo, izquierda y derecha. Desde que lo sé, consigo leer y disfrutar la lectura a mi ritmo, que es lento.

Estoy disfrutando Ángeles de cartón porque en este momento es lo que me preocupa, la gente que por circunstancias diferentes duerme sobre un cartón, bajo el frío de la calle, y la mirada impasible de los transeúntes enfrascados de lleno en sus propias vidas. Ya dije alguna vez que son los libros quienes escogen al lector, de modo que estoy leyendo en este momento esa lectura que me atrapó sin concesión. Acabo de conocer a Menta, una chica joven que tiene problemas, otro personaje de tantos que tiene propia voz. Me gusta esa escritura, porque camina entre la magia y la hondura, porque reverbera al fondo de la conciencia y dibuja los lugares con precisión de pintor. 

Pues bien, se abren nuevos caminos para escritores con algo que decir. Y eso me congratula porque significa que hay un sitio para que quien se atreva y solo si se atreve. Es curioso, antes tenía novelas sin sitio al que enviarlas, hoy tengo el sitio, pero me falta la decisión de luchar por ellas. Quizá cuando sea el momento arranque sin más, del modo en que una bola de nieve comienza a rodar por una ladera, hacia la nada o el todo; sin saber dónde va.

Os dejo una entrada


sábado, 9 de febrero de 2013

Crear espacio, donar

Hay una tienda en la entro muy de cuando en cuando porque salgo con dos o tres libros a un euro, o cincuenta céntimos, que después se acumulan entre todo lo que espera a ser leído -siempre demasiado en todo caso- a la que puedes donar todo lo que quieras. En la que entran a comprar a diario gentes de la ciudad, que cuando paseas nunca ves, y te resulta raro. Es al verles cuando eres consciente de que te quejas por un mínimo pedazo de una uña, esa que ha crecido demasiado y debes cortar, que no precisas al fin y al cabo.

A ella puedes llevar el calzado que está nuevo y sabes que nunca pondrás, la ropa que lo mismo, los libros que no conseguirás leer al fin y al cabo, porque llevas diez años sin conseguirlo y sabes que nunca lo conseguirás; y resumiendo todo lo que quieras. Restos de vajillas huérfanas de lo demás, ollas que nunca usas, enseres de todo tipo, que una vez has donado, se venderán a un precio mínimo. Todo lo que no valoras en cierta forma, porque nunca sale del armario de la última habitación, y que cuando ordenas ya ni recuerdas que había.

Estos días me saqué de la biblioteca un libro de Feng Shui por curiosidad y supe ciertas cosas que ni imaginaba. Vivo en un lugar con pésimo Feng Shui, por lo que parece e hice algunos cambios solo por probar; por ver si resultan. Leí también algunos consejos que creí sensatos, os diré a groso modo aquellos que recuerdo: 

Debes desprenderte de aquello que no utilizas, porque aferrarte en demasía a lo viejo, no deja entrar lo nuevo. Es decir, solo si te vas desprendiendo de ropa que no utilizas dejas entrar ropa nueva en tu armario. Es como una ley de atracción en la que solo cuando hay espacio para ello, llega lo nuevo. Tiene sentido. Almacenar montañas de cosas hace que se estanque la energía en todos los aspectos. Incluso la energía vital cuando no consigues deshacerte de recuerdos. Creo que el Feng Shui nació para cumplir una misión que fue necesaria en su tiempo y que obedece en cierta forma a un precepto ( que así entiendo): Todo lo que tú ya no necesitas alguien lo necesitará, dónalo sin miramientos.

A veces curioseo entre la gente que entra a comprar en esa tienda y me alegro de que exista un lugar así, quizá solo porque las estanterías de libros la rodean por todas partes y encuentro joyas anheladas, lo reconozco, pero también porque veo a otras gentes felices con el calzado que acaban de adquirir, o sus elegantes vajillas hechas de muchos retazos, o su sofá, pasado por muchas manos. A veces no nos damos cuenta del afán posesivo que nos posee -porque a fin de cuentas nos termina poseyendo- hasta llegar a enfermarnos. Ni nos damos cuenta de todo lo que de veras se necesita a nuestro alrededor. No sabemos hasta que punto debemos dejar fluir todo lo estancado en esos rincones que ya no usamos, ni la falta que hace que estemos dispuestos a donar lo viejo, no para que entre lo nuevo, que a fin de cuentas no es necesario, sino para darle un uso sensato en otros hogares, vacíos de todo; para que puedan cumplir con su función.

Este 2013 que a penas ha empezado me dedicaré a ello en serio, donaré aquello que no preciso porque acaparar es otra cara del egoísmo. Y dejar espacio otra forma de ser justos con el entorno. Y un modo de colaboración al alcance de quienes no pudieran colaborar demasiado, por aquello de que cuando tú te quejas, hay otros que guardan silencio porque han perdido hasta la voz, de acumular sufrimiento.



viernes, 8 de febrero de 2013

Desapegarse es ganar libertad

La casa está llena de objetos. Los armarios llenos a rebosar. Los cajones no son lo bastante profundos para guardar con mesura cuanto contienen dentro. Hay una falta de espacio casi opresiva y se hace necesario seleccionar. Casi diseccionar qué parte puede seguir ocupando su lugar y qué otra parte tiene que pasar a mejor vida.

Lo mismo pasa con los correos electrónicos, unos deben irse y otros quedar. Lo mismo con las personas que en el presente rodean tu vida. Se hace necesario poner orden aunque no sepas cómo empezar.

Ahí van las claves

jueves, 7 de febrero de 2013

Algo está claro

Cuando la oscuridad es total, tienes conciencia de algo importante, que cualquier luz, por débil que sea, es capaz de arrojar algo de claridad.

Las cifras hablan

El otro día Rajoy recibía una palmadita en la espalda de Angela Merkel por lo bien que estaba aplicando los recortes, y le animaba a ser incluso más duro para conseguir los objetivos. A mí no hubo cámara que me grabara, por lo tanto no pude emitir mi opinión, y es que a veces, desde los altos estrados deben andarse con cuidado, porque los recortes aplicados no son papeles huecos y tienen su reflejo en la población.

Ayer Cruz roja española aportaba datos: se ha pasado de 909.800 personas que necesitaban ayuda en el año 2008 a 2.390.819 en la actualidad. De ellas el 33 por ciento (más de 600.000) No reciben ningún tipo de ayuda.

Las cifras hablan cuando no son silenciadas. Y en esas reuniones exteriores deberían ponerse sobre el estrado, quizá de ese modo las palmaditas en la espalda se trocasen por una palmada más contundente en los morros. Dije quizá. Es un decir. Qué se yo.

Por suerte Hollande, presidente de Francia, dijo algo que tiene sentido: Hay que recortar, pero no debilitar las economías. Dejen al menos que exponga que en mi opinión Rajoy está debilitando la economía; al menos puedo decirlo de la mía, lo cual no sé si me otorga objetividad, dicho sea con humildad.

La Cruz roja ofrece datos, no se dedica a hablar como le viene en gana. Y esos datos son un reflejo que por supuesto, aunque no se diga, solo reflejan la situación de una parte de la población: la que está siendo recortada en derechos primarios, el derecho a comer por ejemplo, un día tras otro; mientras a Rajoy se le ofrecen amistosas palmadas en la espalda. Me pregunto si lleva datos como este por delante a sus reuniones y si me permiten, diría que no. 

Iba a dejaros un enlace al periódico donde leí los datos arrojados por Cruz roja, pero no sé si puede hacerse. De todos modos os invito a leer esas cifras porque son deprimentes. O bueno, me deprimen, dicho con honestidad.




miércoles, 6 de febrero de 2013

Copio y pego mi opinión sobre cómo está el país

 ...Aquí parte del problema se deriva de la mala gestión por parte de unos cuantos. Y la cantidad de miles de millones de euros que a día de hoy no sirven a nadie: aeropuertos sin pasajeros, estadios de fútbol abandonados al olvido, edificios carísimos que no sirven para nada, cabezas de tren sin vías por las que circular, obras a medio acabar en las que se invirtieron miles de millones de euros para las que no hay presupuesto de finalización. En definitiva grandiosidades varias que en vez de procurar beneficio solo produjeron gastos astronómicos y trabajo momentáneo. 

La ganadería malvive, la minería amenaza con morir, el pequeño empresario se ve abocado a cerrar, la juventud busca su futuro emigrando, quien antes iba tirando con su sueldo se ve hasta arriba de problemas para llegar a fin de mes. Y la situación se mantiene en el tiempo mientras se anuncian nuevas subidas de impuestos que encarecen más la vida y conllevan nueva pérdida de empleo.

No soy nada optimista, porque los desastres aumentan a mi alrededor y en mi opinión hay una parte del rebaño que muere de inanición mientras el otro está siendo engordado.

...Aunque el pueblo llano de una u otra forma buscará la solución a una forma de vida inaguantable en el tiempo.


Os dejo una entrada.

martes, 5 de febrero de 2013

Para descansar, un cuento

Lleva varios meses inmerso en la escritura de su segunda novela. Con la primera ganó el segundo premio de un concurso literario. Está agotado y algo atascado, por eso decidió tomarse unos días de tranquilidad y durante esos días escribió un cuento que quiso mostrarnos.

Acabo de leerlo y diré lo que me contó un escritor: un autor nunca tiene perspectiva sobre su obra. Recordaré la corrección de dos cuentos que me envió mi correctora particular, un amor de mujer; donde me di cuenta de varias palabras que me comí: de, entonces, cuando y un largo etcétera. Las que se repetían desde la línea anterior, quizá otra vez, cuando, entonces, de, que había que corregir. Y las que formaban parte de otra frase que se habían quedado allí después de corregidas y en las que no reparé. La respuesta la hallé en algún escrito que encontré en alguna parte, quizá en la red: un escritor nunca lee con la suficiente atención su historia, porque la renueva una y otra vez hasta hacerla tal como la quiere, esa es su explicación, y a veces de tanto corregir mejora las frases o los conceptos, pero le falta la mirada fresca de la primera vez. Solo alguien desde afuera de esa historia puede cazarlo a la primera, por eso lo ve. Se dice que antes de enviar un escrito a algún lugar deberían leerlo al menos cuatro personas, por eso de que cuatro ojos ven más que dos. Pero qué me dicen del placer de hacer un pan en el horno y llevarlo a la mesa calentito y darte cuenta de que quizá le falta sal, o menos cocción, y tomar notas para corregirlo en la próxima amasada e intentarlo otra vez hasta alcanzar la perfección. De momento un principiante disfruta de eso. Y en mi opinión está muy bien.

Ahora vamos al cuento. Me gustó. No se pierde en descripciones abstractas. Es interesante y captó todo el tiempo mi atención. Disfruté leyendo y al final me sorprendió. Creo que podría leer muchos escritos de estos sin cansarme e ir aprendiendo de paso.

Os dejo el cuento

lunes, 4 de febrero de 2013

Cifras silenciadas

Despedir sale tan barato
que su jefe fue despidiendo
uno por uno a los empleados

Y fue contratando aprendices
que trabajan más horas
por menos salario

Jóvenes presionados
a producir más que ayer
bajo el lema Más rápido

Varios fueron los accidentados
menos los fallecidos;
crecen los que esperan ser contratados

Es un negocio turbio
que prospera en las horas negras
entre la corrupción y el desamparo.



domingo, 3 de febrero de 2013

Gafas de sol para esconder desvelos

Gafas de sol enormes en un día lluvioso. Ver a gente amiga y fingir que no, por no tener que detenerse a saludar cuando el alma se va regando a trozos mientras camina. Ese Final feliz entrecomillado que yo preveía para mi amiga es solo un principio angustioso del que no sabe salir, porque no sabe dejar de amar a quien le hizo el último verano tan insoportable que ni sé cómo lo aguantó. Porque aún se niega a entender que esos veinte años de convivencia fueron, acaso desde el mismo principio, su error mayor.

La veo caminar con sus grandes gafas de sol un día lluvioso y aunque me gustaría detener con un beso en cada mejilla su enorme pesar, finjo como ella hizo, que no la veo y la dejo seguir, cargando con su desaliento, una vez más. Y me repito lo complicado que siempre resulta, aunque se quiera dejar de amar a quien no vale ni el recuerdo más remoto.

Ella arrastra su enorme pena mientras él vive feliz una nueva vida. Él recoge a buen seguro besos y abrazos. Ella por su parte los evita. La balanza aplasta de lleno a quien no quiere, no sabe y no puede abandonar.
Triste final.

jueves, 31 de enero de 2013

La sospecha de Remigia

A Remigia la tildan de loca, esta mañana ha estado viendo el primer telediario y ha vuelto a tener la misma sensación: que todo es un complot para despojar a unos de lo que han conseguido a lo largo de años de duro trabajo, en beneficio de otros, que han saqueado a diestro y siniestro por todos lados; y que escondido en su cajón echarán mano, más tarde que temprano, de todo ese dinero con que comprarán lo que a ella misma, recientemente le han embargado.

A ella como a tantos.

miércoles, 30 de enero de 2013

Sobre lectura

Comencé el año leyendo De mis pasos en la tierra, de Francisco Ayala, que es una lectura que estoy disfrutando muchísimo. La estructura de los capítulos bien podría ser la de un blog cualquiera, un título y unas pocas páginas sobre esos recuerdos. Su escritura es sencilla y la vez elaborada, su visión del mundo inteligente y al leerle uno se encuentra ante una persona culta, porque de todas sus reflexiones se extrae que es alguien que ha vivido y ha filtrado muy bien todas sus vivencias. Lo recomiendo porque es un libro con el que se disfruta y se aprende a partes equitativas.

Sin embargo diré que como lectora leo con igual pasión a un escritor mayor e inteligente, que a una chica muy joven que habla de la tristeza del primer amor-desamor, que muchas veces llegan de la mano. Disfruto igual de la lectura de un clásico que de una entrada de blog tan impulsiva que después desaparece de un borrón; porque en la escritura subyace la vida. Siempre la vida y las impresiones acerca de ella.

Es por eso que celebro lo mismo un libro de alguien con renombre encontrado en una biblioteca que una entrada de blog de alguien de quien solo sé lo que escribe cuando decide darle al botón publicar de su blog. Nunca y casi en ninguna circunstancia le hago un feo a la palabra escrita cuando es educada o consecuente, porque todo escrito nace del corazón, más deslumbrante cuanto mejor sea.

Renovarse o morir

Últimamente estaba buscando la forma de no necesitar tanto aparecerme por este lugar para poder dedicarme de lleno a preparar un escrito que de verdad necesitara publicar dada su perfección a mi ver. Estoy en ello porque creo que lo que me hacía falta era estar dispuesta no a corregirlo, sino a completarlo y darle a guardar los cambios. Algo en lo que siempre me detenía.

Pues bien, estoy en ello, y ese quedarme con los cambios me obliga a seguir más allá y ese explorar arenas movedizas hace que esté creando una historia mejor. Una que se asemeja más a la que encuentro en los libros que leo o se aleja más de los que escribo; por lo tanto mejor.

Pues bien, soy sincera si digo que buscaba la forma de despegarme un poco de este blog para apostar no por lo que quiero escribir aquí, sino lo que intento publicar en una plataforma que me obligue a avanzar en otra dirección, menos complaciente que esta digamos. Y esta mañana me tentó el demonio y me puse a mirar plantillas y sin querer le di a guardar, con lo cual me es imposible recuperar la que tenía. La parte que no me gusta del resultado de momento no la sé cambiar -ole yo, siempre metiéndome en líos-, de modo que tendré que ir probando poco a poco a ver si un día lo consigo, mientras tanto es lo que hay. Quizá esto me anime a finalizar esos escritos que no me atrevía demasiado a abordar por no llegar a este punto, uno desde el que no consiga retornar.


lunes, 28 de enero de 2013

Un nacimiento

Creo que algo bueno podría partir de aquí, un padre que escribe una historia y una hija que la dibuja. Una gran diferencia de edad desde donde mirar la vida y verla distinta. Desde donde crear y retratar una realidad, cada quien con sus preferencias, con su experiencia, con el sabor de lo vivido. Creo que toda escritura parte de nuestras preocupaciones, que actúan como una rueda que da vueltas hasta que encuentra su fin. Hasta que nace una frase que pueda calmarlas o dejarlas a parte al menos por el momento, poner en palabras lo que se piensa hace que alguna vez para nosotros tenga un sentido, y nos da un nuevo margen para comenzar desde ahí.

Para mí atreverse de un modo definitivo a dejar que tu historia recorra el mundo ya es una muestra de mucho valor, porque soy una miedosa compulsiva aunque no lo parezca. Y aún me sigue dando un poco de miedo eso de poner algo mío en una editorial porque a partir de ahí te cambia la vida, tu sueño verdadero echa a andar y ya deja de ser algo tuyo para pasar a ser de los demás. Supongo que hay algo de egoísmo en aferrarte a él y no dejarlo marchar, o temor de que otros te lo pisoteen, o quedarte sin tu mayor impulso vital al ver que eso que para ti era tanto no encuentra hueco y lo mismo que lo inflaste se desinfla y queda muerto. Aunque en definitiva me pasó lo mismo con este blog, nació de la nada, para muchos es nada y para mí lo sigue siendo todo, porque todo lo que quiero es escribir, sin saber por qué, solo sé que debo hacerlo y que al hacerlo me doy sentido a mí misma; siempre tan sin sentido.

A lo que iba, unos sueñan y otros cumplen los sueños. Espero que esto sea solo el principio y que a partir de esta colaboración -como madre no se me ocurre otra mejor- nazcan nuevas historias, escritas entre los dos tal vez, dibujadas entre los dos también. Porque si publicar un libro es un sueño, hacerlo en colaboración de un padre, o de un hijo, es ya un sueño de entre los sueños; unir la experiencia en la vida y la innovación. Es trazar una línea fehaciente entre el ayer y el hoy. Es dar paso a una nueva forma de mirarlo todo, porque los niños de hoy ya no ven las cosas como las vimos ayer, la vida ha evolucionado y necesitamos que le den expresión, que conformen sus propios mundos en nuestra colaboración. De momento es la historia de Mián Ros, dibujada por Eva. Quizá dentro de un tiempo nazca la historia de Eva, dibujada por Mián Ros. Como digo es algo que particularmente y sin que me venga a cuento, me emociona, porque creo en las nuevas generaciones a las que estamos dejando un mundo de pena. Ellos tienen que tener el talento de crear el mundo a su medida, y también el valor.

domingo, 27 de enero de 2013

Sobre balanzas y rehacer escritos

Estoy bloqueada, mis errores me bloquean y no salgo de ellos, siempre quiero volver a ese justo momento en que metí la pata por no saber callarme. En que convencida aconsejé sobre la vida de los demás. Error. Gran error. Nunca des un consejo a quien te lo pida. Hay una balanza dispuesta a sopesar cada lado, pero en definitiva tú no puedes saber qué lado pesa más, sí el que abulta más, pero no es lo mismo.

Hay una materia prima puesta en la balanza, se está intentando sopesar cuando alguien te pide opinar. No opines. Es mejor que lo dejes estar, porque al final, solo al final de un largo proceso se verá con claridad. Y puede que lo que veas no te guste. Solo puede, pero da igual, esa balanza será un peso tan grande que a diario no te dejará avanzar, has entrado en un largo dilema contigo mismo.

A esa hora sigues encerrado en esa cuestión, los demás han avanzado y ya no están en ese momento odioso, pero tú sigues ahí, estancado en ese momento en que no debiste opinar y en que tu opinión dispara contra ti mismo.

Estoy bloqueada. Me volví veleta porque nada de lo que escribo halla un final. Nada de lo que corrijo se asienta en su versión final. Concluir una novela o un relato corto se torna demencial a medio camino. La razón es que la balanza sigue en el medio, medio bien y medio mal, alegría y pesar; acierto y error pesan lo mismo. O quizá no, es más, seguro que no, la persona aconsejada te dice que dejes de pensar en eso, que estaba claro que tenías razón de sobra y te lo dice con un convencimiento claro. Pero ahí estás tú con esa manía de hacer y rehacer historias estancada en esa, que se hace y se deshace en tu cabeza una y otra vez. Estás enferma. Debes curarte sin saber cómo. Mientras tanto estás gestando tantas historias en tu cabeza que un día estallará y llenará de manchas todo el universo.

Ella consiguió lo que tú no fuiste capaz ni por asomo. Y lo cuenta en una entrada tan breve y tan concisa que hace que parezca sencillo, pero no lo es, es una tarea titánica, esa de volver sobre marañas de escritos otra vez para hacer y rehacer... Pienso que quizá también algún día lo conseguiré.

Os dejo su entrada `y mi admiración.

sábado, 26 de enero de 2013

Solo estaba preñada

En estos días saltó la noticia, la osa Tola había parido un osezno que sus cuidadores encontraron aplastado. La cosa no sería tan deprimente si Paca y Tola no hubiesen sido encerradas en un espacio de belleza incomparable, para precisamente, parir. El oso pardo está en serio peligro de extinción, por eso se trasladó a un oso llamado Furaco desde el parque natural de Cabárceno con el propósito de fecundarlas y lograr nuevas crías.

Durante todas las estaciones del año el lugar donde se encuentran ahora los tres osos recibe cientos de visitantes, dando vida a una zona que sin ese turismo quizá no habría. El lugar es un paraje natural que a simple vista impresiona y este mismo verano estuvimos allí. El día era de sol aplastante y a los osos les habían puesto una piscina, el rumor circundante versaba sobre si alguna de las osas preñaría. Por lo tanto la noticia de un nuevo osezno sería algo muy bien recibido y otra excusa para no perder de vista ese lugar durante mucho tiempo.

Y bien, resulta que según sus cuidadores Tola andaba muy lenta, se comportaba de una forma extraña y  pusieron una etiqueta a esos síntomas diciendo que la osa estaba senil, a ello contribuyó su edad, según ellos muy avanzada. Pero resulta que no estaba senil, sino preñada y ante el infortunio de ese osezno tan esperado y hallado muerto, la tienen en observación porque estas osas suelen parir entre un oso y tres.

Os dejo un breve resumen de su historia

viernes, 25 de enero de 2013

Cometió un solo error

Ser demasiado joven para entender que una chica solo se queda junto a quien la hace sentir todo el tiempo única. 

Ahora canta todo el tiempo esta canción

jueves, 24 de enero de 2013

Película Persuasión

No leí a Jane Austen, lo sé, soy un caso perdido pero aún no conseguí que me atrapara porque no le dediqué demasiado tiempo. A veces nuestra cabeza no anda donde debe estar y terminamos abandonando la lectura, con ella me sucedió así. No recuerdo que libro fue y el tiempo que hace de ello, pero de momento no repetí.

Y sin embargo, un día revolviendo en la estantería de películas dentro de una biblioteca di con el DVD de uno de sus libros Persuasión, y decidí conocer la historia de una vez, aunque no fuese capaz de leerla. De modo que la traje a casa y le dediqué una tarde. Pues bien, voy a deciros lo que vi. Vi el pueblo en que me muevo, en que los chismes van y vienen, generando tantos malentendidos que líbrenos el señor. Me di cuenta que también yo en algún tiempo fui muy dada a persuadir y que de nada me arrepiento tanto. Cuando no se trata de nuestras vidas es mejor dar tiempo al tiempo, porque solo él tiene la solución verdadera a cualquier disyuntiva que se plantee. Una lección que me costó tiempo aprender y que aprendí porque gato escaldado del agua fría huye.

La película me encantó y retrata perfectamente el mundo en que me muevo, por aquí es más lo que la gente se inventa que lo que pasa en realidad y es muy dada a recortar en lo posible la libertad de los demás. No quiero generalizar, porque no todo el mundo es así, pero existe ese sentido del honor absurdo que ata de pies y manos a una mujer, mientras le ofrece todo tipo de derechos al hombre. Retratando un tipo de vida que lo quieran o no lo quieran, ya se ha quedado atrás.

Persuasión está protagonizada por Sally Hawkings y Rupert Penry-Jones, y es una película que habla de una segunda oportunidad que no siempre la vida da. De ahí que persuadir sea siempre un arma de doble filo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Alto y claro

No se puede permitir que un país se pase por el forro los derechos de sus ciudadanos, ni en tiempos de crisis ni en tiempos de prosperidad.

Os recomiendo leer esta entrada.

Entre montones de líneas



 Me llevó tiempo entenderlo, soy lenta como la estación nevada que tarda en deshelarse y llenar el río. Sé lo que quiero pero no sé si vale la pena intentarlo y aun así sé que lo haré, aunque tema saber el resultado, aunque tema a los virus y a la gente de malas intenciones conectada a la red. Es por eso que en todos estos meses, algo me chocaba dentro al intentar corregir viejos escritos, fue ayer cuando al fin lo entendí, sigo creyendo en ellos porque son tan ciertos como pueda serlo yo misma, pero ellos se han estancado en sus sueños livianos y yo no. Es esa al fin la diferencia que no sabía ubicar.

Es lo malo de envejecer, que de pronto aquellas convicciones que tenías ya no están. El mundo desde el cual escribías se desvaneció, algunos pilares fundamentales de tu escritura se derrumbaron bajo su propio halo de ingenuidad. Eso hace que hagas y rehagas escritos una y otra vez, y que sea un error, aquella que escribía ya no está.

Ya no crees en la justicia de la forma en que antes creías. Ya no crees en la gente que desde su atril intenta convencerte de que está en lo cierto y la equivocada eres tú. Ya no crees que los años de estudio hagan a la gente más eficaz. Ya no crees que tu país sea el mejor de los posibles del mundo mundial. Ya no crees que el amor verdadero sortee como por arte de magia todas las dificultades. Ya no crees que cada joven pueda forjarse su vida tal y como quiera, sino tal como le dejan en un país que parece empeñado en cerrarle las puertas y dejarle como única posibilidad de hallar trabajo, emigrar. Tu mundo se ha dado la vuelta no sabes cuándo, y ahora vuelve a ser tiempo de comenzar. Pasar la página de tus archivos hasta que alcances la serenidad de solo corregirlos en ese espacio en que fueron paridos, puesto que pertenecen a una gestación pasada que por lo tanto no está. Ahora eres otra que no puede escribir como escribía, ni soñar como soñaba, ni creer como creía. Eres alguien que ya no está entre ese montón de líneas.

martes, 22 de enero de 2013

Hacer balance

De cuando en cuando conviene detenerse a ver el camino recorrido para saber por donde tirar en adelante. A diario uno está tan inmerso en lo que lo tiene pendiente que no siempre se da cuenta del camino hecho, y es bueno detenerse a observar, sobre todo si esa observación les sirve a otros, y es el caso.

Creo que el mundo editorial ha efectuado en un corto espacio de tiempo muchos cambios. Y hay algunas alternativas que quizá algunos nunca habíamos barajado. No digo más, no es necesario, pero sí os dejo un balance interesante, al menos para mí.

En esta entrada

lunes, 21 de enero de 2013

Cambio de hábitos

Es necesario abordar el trabajo
a primera hora de la mañana
si que quepan las excusas

Volver a leer lo leído
corregir lo corregido
una y otra vez

hasta que la fuerza 
esté de tu parte,
hasta conseguirlo.

Es necesario apostar
cada mañana temprano
a un sueño perseguido

y salir del mundo virtual
a explorar ese submundo
que no te deja en paz.

Ordenar, borrar, reescribir 
finalizar y volver a empezar
hasta lograr concluir.

sábado, 19 de enero de 2013

Cuando el talento se hereda

Creo que para cualquier padre es un orgullo saber que ha inculcado en sus hijos su mayor pasión. Porque significa haber sido capaz de hacerles saber de alguna forma que aquello en que ocupa su tiempo tiene sentido además de validez. También que es un modo de expresión y un reto, exponer un universo privado que está dispuesto a dejarse contemplar al salir de su letargo y ofrecerse al mundo.

Si además uno es capaz de conseguir que se herede el afán de perfección, la satisfacción es doble. El talento de Mián Ros para el dibujo me impresionó desde las portadas de algunos libros de Blanca Miosi, antes de saber quién había sido su autor. Además su escritura transmite, cobra voz. Lleva tiempo callado pero hoy se asomó para dar una noticia y dejar una muestra de los dibujos de su hija, de ahí el título de esta entrada, cuando el talento se hereda y se comparten las pasiones, el maestro y el alumno disfrutan y aprenden juntos; no existe nada mejor.

Os dejo su entrada

viernes, 18 de enero de 2013

Muchos panes bajo el brazo

Un día, quizá dentro de algunos años, cuando tenga conciencia de quien es, alguien le contará que desde antes de llegar al mundo ya pudo ayudar a muchos niños a mantener la vida y la salud. Abrirá mucho los ojos y alguien le contará que sus padres, felices de verle crecer dentro de la tripa, se sintieron tan especiales que incluso llegaron a pensar en todos esos niños que no tendrían tanta suerte como él.

Entonces quizá tenga conciencia de quienes son globalmente Shakira y Piqué, pese a que para él serán parte de su normalidad diaria, entre los paseos por la calle y su estancia en casa. Entonces quizá se vaya dando cuenta de que pese a su lugar privilegiado en la sociedad, ya se le dijo desde el principio que es uno más y que debe aprender a compartir lo que tiene con los demás; con aquellos que no tuvieron tanta suerte.

Desde el periódico en papel, la fotografía de esta pareja me mira, me hace saber que ellos no se quedan indiferentes ante el apuro que viven otros padres, que no tienen los recursos necesarios para salvaguardar la salud de sus hijos. Juntos me hacen saber que yo tampoco debería quedarme indiferente ante esa situación apurada que viven esos otros padres que que aunque quieren no pueden hacer nada para salvar a sus hijos de la enfermedad. Me dicen que no es necesario que haga un gran esfuerzo, que puedo elegir el regalo que más se amolde a mi economía: puedo elegir entre los tres euros y los ochenta y cinco para Mi regalo azul, ese que brinda a otros niños la oportunidad de que vivan con salud y libres de enfermedades. Y me preguntan desde su fotografía casi tan desnuda como su mirada, si acaso mi mayor pesadilla como madre no es la enfermedad que no pueda curar, y respondo que sí, que esa es la pesadilla de cualquier progenitor.

Ellos dicen: La llegada de nuestro primer bebé es un momento único en nuestras vidas, por ello hemos querido invitarlos a nuestro Baby shower, en asociación con UNICEF, a través del cual pueden apoyar a niños de todo el mundo que viven en condiciones de pobreza extrema, con el fin de ofrecerles un comienzo digno en la vida. Y concluye con un Juntos podemos cambiar esto. Sus miradas vuelven a preguntarme si no es eso también lo que yo quiero. Te preguntan si no es acaso también lo que tú quieres y te hacen saber que si estás dispuesto está a tu alcance. ¿Hay algo más que debas saber?

Mira aquí


jueves, 17 de enero de 2013

El amor no se desvanece

Si hay algo que le debo a mi abuelos fue la absoluta seguridad de que la vida podía ser muy larga. Cuando comencé a sentir fascinación por ellos, creo que fue a la edad de cuatro años, cuyos recuerdos no se desvanecieron aún; para entonces muy cerca de mi casa, en un cambio de rasante, era rara la semana en que no había un accidente de tráfico que mataba a gente de todas las edades. Había una frase terrible que se repetía con frecuencia Se clavó el volante en el pecho. Después algunas veces llegaban noticias desde el hospital y se sabía que aquella vez no hubo suerte.

La parte positiva es que treinta y ocho años después, hay una línea continua que salva desde hace más de veinte años a los prudentes. Que es rara la vez que se produce en ese tramo de carretera algún accidente, y que los escasos que se producen no van más allá de los hierros de un vehículo que quizá no vuelva a rodar. Pero quienes perdieron la vida fueron incontables, en todo caso, y siempre queda la tristeza de que esas medidas no las hubiesen puesto en funcionamiento desde el primer día.

Esa seguridad de que la vida de los abuelos puede ser muy larga, te acaba dando la perspectiva de que estarán a tu lado para siempre, y nada más lejos de la realidad. Pero si hay algo claro es que la gente que quieres no se va del todo, permanece a tu lado para siempre aunque sea en memoria; hasta tu mismo final.

Os dejo una entrada

miércoles, 16 de enero de 2013

Entre tu sombra y la mía

Duermen los ayeres
en su mañana azul 
que no entendía de pena,
van y vienen desde su
cuna de recuerdos
una y otra vez.

Es como si supieran
el camino de regreso
a casa. Y no olvidaran
que una vez fueron
absoluta realidad
en un mundo completo.

A veces pasean sombras
repentinas por la casa
y me estremezco
solo de pensar 
que pudieras regresar
desde donde estás

por un momento
para escuchar mis
pensamientos
y para decirte
que sigo sin creer
en la muerte

porque pese
a la lápida fría,
que te ubica
en un cementerio
de cuando en cuando
una sombra cruza la casa
y te siento aquí.

Entonces sabes que te hablo
por si pudieras oírme,
por si pudieras recorrer
toda la distancia
de tantos años callados
y sabes que no te doy

mis penas; sino mis alegrías
de por un momento 
sentirte aquí.
Como si el tiempo
no hubiese podido
arrancarte, pese a todo,

como si un solo pensamiento
sirviera para cruzar
todas las distancias 
de océanos y vientos
en torno a una muerte
imposible al fin.

martes, 15 de enero de 2013

Propósitos para el nuevo año

En mi caso mis propósitos son cortitos, tener el valor de finalizar por fin algo de lo que he escrito, me da igual lo que sea, pero terminarlo de una santa vez y subirlo a Amazon: única editorial dispuesta a publicar lo que quiera, cuando sepa que lo quiero; he ahí la dificultad.

Por lo tanto vencer el miedo la lo desconocido y a lo que tenga bien a depararme, la tarea complicada de mi vida entera, nada nuevo a descubrir. Después de esto los mismos propósitos de siempre, ser feliz con lo que tengo, que lo que tengo no me impida ser feliz.

Os dejo otros propósitos, lo prometo, muy buenos.


lunes, 14 de enero de 2013

Sobre corregir

Bien, esta mañana volví a caer en la tentación, me puse a corregir un cuento de veinte páginas en principio que va por quién sabe cuantas, y soy incapaz de leer una sola frase sin añadir o quitar algunas palabras. El resultado mejora, lo que intento decir se amplía, la escena se hace más nítida y los personajes quizá cambien de edad. Pero lo cierto es que en vez de estar terminando, siempre estoy comenzando, subiendo a la nube y bajando y así, hasta algunas veces creo que jamás voy a finalizar. A veces, mientras conduzco, que es cuando pienso en mi vida con más claridad, me veo muerta de repente y con miles de páginas sueltas que no conseguí amarrar. Entonces pienso en mis descendientes, tan estupendos ellos y en todas esas hojas locas que les enloquecerán, y recupero de nuevo la urgencia de finiquitarlas de veras, pulirlas y darles forma; dejar que descansen en paz. ¿Y si no tener todo listo me hace volver de la muerte, una noche y otra, infinitas, con el deseo absoluto de escribirlas una vez más?

Espero que no. Es más, sé que no. Pero mientras conduzco a veces por las carreteras de siempre, mirando mi vida de lejos sé que esto de hacer y deshacer hojas no lo cambiaría por nada. Quizá termine en un manicomio, es cierto, pero quizá acaso si no escribiera podría acabar igual.

Os dejo una entrada de nota


domingo, 13 de enero de 2013

Retazos...

Solo cuando uno vive estancado en el ayer, hoy no ocurre nada.

viernes, 11 de enero de 2013

Un desgarro en la voz

Una orquesta de verano en un pueblo costero, una cantante con voz desgarradora y sentimiento a flor de piel, entrada en kilos, pero con una sonrisa constante y hermosa de ver. La gente bailando con frenesí. De pronto en la primera fila, una canción que jamás se escuchó provoca que una espectadora abra su bolso, saque su libreta de apuntes y apunte el estribillo de esa canción, que no conoce, pero que espera conocer rebuscando en You Tube. Son nuevos tiempos, y nuevas las fórmulas de encontrar información, pero siempre serán viejas ciertas letras y ciertas canciones, cantadas con el desgarro de un sentimiento que quien sostiene el micrófono conoció; o no. Quizá solo pueda sentirlo e interpretarlo, porque todas las artes están sometidas a algo tan primario como la intuición, con ese ingrediente a veces es más que suficiente.

Esta es la canción



jueves, 10 de enero de 2013

A tu lado, el hambre

Hace tan solo diez días comenzaba el año nuevo y en el círculo cotidiano en que te mueves, las primeras manifestaciones de hambre pura. No es algo alentador, solo cabe la desesperación de esperar que esto mejore, sin confianza alguna. Se les llama recortes, pero bien pudieran llamarse el saqueo a la nevera familiar, la encrucijada de si pagar la vivienda o llenar el estómago, de si ser un buen ciudadano y pagar a tiempo la factura del agua y la luz, o darles la cena a los hijos. No es un cuento de ordenador o una novela que no se termina de corregir, porque así en frío no se le ve utilidad; es la vida real la que sale a al paso, y ante ella no cabe borrar, cambiar la frase o dejar la resolución aún en suspenso. Son los datos de un presente que va mordiendo, pero con dientes de verdad.

Hace meses cerca de la tuya se ponía una casa en venta, hasta entonces allí dentro vivía una familia perfecta, todo era abundancia y distinción, después supiste que el dueño, empresario, pasaba un mal momento, meses después te enteraste de que su casa se embargó ante la imposibilidad de venderla; hace días te enteraste de que el empresario falleció en un extraño accidente. ¿De verdad fue un accidente?, te sigues preguntando cuando pasas por delante de su casa, qué raro, ahora en las noches tiene luz dentro, ¿ cuándo se vendió su casa? En verdad no es eso lo que te importa, unos van y otros vienen, la vida es lo que sucede mientras todo parece detenerse, incluso. En tu cabeza sigue rondando si el accidente del empresario no fue un suicidio disimulado, y aunque otros tengan la respuesta, para ti nunca estará, será otra duda que habitará entre los mares de dudas que ya posees.

Ayer, alguien a quien casi no conoces, apenas si le has visto alguna vez, le contaba a tu marido, aprovechando tu camino a la farmacia, que se había pasado el día pescando, porque la situación está tan mala que en su casa ya no tienen ni qué comer. Dijo que su mujer trabaja en una agencia como abogada y como ahora sale tan caro reclamar, nadie reclama, y el trabajo de ella también está fatal y él ni digamos, lleva meses sin encontrar trabajo por ninguna parte. La cosa va de mal en peor, parece que dijo en un momento dado: si esto sigue así no sé si me quitaré del medio, la verdad. Después contó que a última hora de la tarde, pescó un pez diminuto y que lo cenarían con arroz, que al menos tenía algo para darles a las niñas, de cuatro y seis años de edad. Eso hoy, recalcó, mañana a saber como será. A veces contar las penas las hace más llevaderas.

A solo unos metros de allí, frente a un pequeño comercio, una mujer octogenaria revolvía entre la basura, rescató una lechuga y algunos envases más, los guardó en su bolsa y se introdujo en el portal de su casa; quizá feliz también de haber encontrado algo que cenar.

Tu villa marinera de siempre aguanta las tempestades con esa fuerza de siglos. Las gentes que pisan sus calles llevan en sí la desesperanza de ver como todo cambia y nada augura mejorar. Recortes, llaman recortes lo que viene siendo hambre pura, se maquillan los conceptos, se niega la realidad.

miércoles, 9 de enero de 2013

Las consecuencias de un abuso

Al leer esta entrada debo agradecer que nunca me sucedió, que en mi tiempo de escuela no podía estarme quieta ni parar de hablar y reír, porque yo iba a la escuela no a aprender -mea culpa- sino a relacionarme con los demás, a hacer de ese tiempo un tiempo de conocer historias, situaciones y aprender, no de la vida que se estudia en los libros, sino de la vida que sucede a tiempo real.

Cuando llegaban los suspensos tampoco me sentía víctima, ni de mí misma, porque mi padre, que era el de los sermones, me miraba muy de frente y me decía: intenta que esto cambie porque aunque creas que esto influye sobre mi vida, te equivocas, yo ya hice la mía, así que deberías intentar que la tuya sea mucho mejor. Y no te lo digo por mi bien, sino por el tuyo.

Otros niños no tuvieron tanta suerte

martes, 8 de enero de 2013

Vender tus libros en la calle

Me sorprendió la primera vez que lo leí, contado por el mismo Alejandro Laurenza. Creo que si se necesita alguna cualidad para ser escritor es la tenacidad, pero para editar tus propios libros y ofrecerlos a la gente que te vas encontrando por la calle hace falta algo más, quizá la determinación de no dejarse amilanar. Hace unos años una amiga y su madre se fueron unos días de vacaciones a un lugar tranquilo y de una belleza ejemplar, me contaron que un día fueron a tomar un café y en la cafetería se vendían varios libros de un autor, que a su vez era el camarero que les atendió. Ojearon un libro del expositor y decidieron pagar los 6 euros que costaba, quizá llevadas por la curiosidad, y después de leerlo les encantó. Hace mucho tiempo que me ofrecieron leerlo, pero por entonces estaba leyendo Se lo llevaron de Loung Ung, y no quise soltarlo, es más, no pude soltarlo hasta que lo terminé y muchos años después de terminado sé que nunca lo soltaré. Es una de esas historias en las que quedas atrapada para siempre, después de esa leí más de esas historias que nunca sueltas, un día haré una lista con esos libros y os contaré.

Pues bien, siguiendo con el arrojo necesario para dedicar tu tiempo a escribir, a editar tus propios libros y después a salir a venderlos en la calle a las personas que encuentres por allí, supe que Alejandro Laurenza había subido algunos libros a Amazon y que no le fue bien. Él mismo comentó en un blog que no tuvo ningún tipo de repercusión, que sigue vendiendo en la calle, porque al menos en la calle compran sus libros, asegura que es algo que nunca dejará de hacer. Desde aquí mi admiración y el deseo de que todo marche bien. 

Él mismo os lo cuenta en su blog

lunes, 7 de enero de 2013

Una llamada de atención

A todos los que nos gusta leer, desde que el mundo es mundo, hemos sentido que los universos creados por otros nos han aportado diversas formas de mirar la realidad, de conjugarla, vencerla y de aprender desde otra perspectiva que antes no estuvo; ni estaría en otro lugar lejos de esa relación entre la lectura y la letra escrita.

Creo que leer es una de las mejores magias dentro del mundo porque hace que uno encuentre ese lugar exacto que quiere habitar, a su justa medida, entre leer y meditar sobre lo leído. Leer nunca quita, siempre da.

Me asomé para dejaros unas palabras que nunca deberíamos olvidar. Si queremos seguir leyendo a ese escritor que admiramos hay unas reglas que debemos respetar.

Siempre

Otros posibles mundos

Cuando alguien se muere todos se aferran al dolor de ese final imprevisible, a mí me atrapa el dolor, es inevitable, pero también el deseo de que algo que se nos escapa pueda suceder mientras todos se hunden ante lo que creen un fin.

Yo tengo una teoría alocada que repito a las personas que quiero. No voy a exponerla aquí porque algún día crearé algo bonito con ella, algo que tenga validez no solo ante mí, aunque sea en el mundo de la ficción. 

domingo, 6 de enero de 2013

Día de Reyes

Son jóvenes, a falta de trabajo en su país miran con esperanza al extranjero, a donde comienzan a enviar sus curriculos, y quienes conviven con ellos, e incluso quienes les vieron nacer, esperan un último milagro que logre verlos prosperar en su país.

No creen en la suerte.





sábado, 5 de enero de 2013

Un boceto, o un microrrelato

En este momento me encuentro en un bloqueo bastante bobo si lo pienso, releo algunas obras con ánimo de corregir y resulta que no son como las recuerdo. Les encuentro pocos detalles, o demasiados, poco acentuado esto o demasiado aquello, lo leo y siento desde muy adentro que no es eso lo que creí haber dejado ahí; eso seguramente es porque lleva descansando ya tanto tiempo que lo fui rellenando con detalles imaginados que aún no pasaron a escrito. O por haber dilatado demasiado el tiempo entre sus diferentes etapas.

Antes cada vez que me sucedía algo de esto creía ser la única, ahora creo que no, que es algo común a todos los que alguna vez quisieron escribir un relato, corto o largo, y que solo siguiendo el escrito se arregla, dedicándole el tiempo necesario y el suficiente rigor. De modo que ahora cuando no me veo con fuerza suficiente, en vez de bloquearme, escribo un microrrelato. Sé que así no lo arreglo, pero es un modo de sentir que no me estanco, que sigo en producción.


Os dejo un microrrelato de Pilar Alberdi

viernes, 4 de enero de 2013

La bibliotecaria de Auschwitz

Al leer la reseña de este libro, me vino a la cabeza la película La vida es bella, de Roberto Benigni, que narra la historia de un hombre judío, que de buenas a primeras es trasladado a un campo de concentración, junto a su padre y su hijo. Su mujer, que no es judía, no está en esa lista maldita, por eso no se le permite subir en el tren que se ha llevado a su suegro, a su marido y su hijo. Después de pelear un rato con esos oficiales logra que se abra la puerta y se le permita acceder, en ese momento recibe la mirada de burla por parte de los agentes, la casi alegría, de sumar un pasajero más a ese tren. De esa forma tan imprevista llegan al campo de concentración, dejando atrás lo que hasta entonces fueron sus vidas. Para Guido, a partir de entonces, lo más importante es salvaguardar la vida de su hijo, protegerlo de todo aquello, para ello se inventa que aquello es un juego y que quien resulte vencedor se ganará un tanque. El niño abre los ojos entusiasmado, no se lo puede creer, y a partir de entonces Guido usará su entusiasmo infantil por ganarse un tanque, para estimular su deseo de seguir jugando a ese juego deprimente que encuentra ante sí.

Ya dije alguna vez en este blog que La vida es bella, de Roberto Benigni es mi película favorita. Del mismo modo en que Pinocho es mi cuento preferido. En ambos se encuentra un hilo común: un padre que por amor a su hijo logra un hermoso milagro.

Pues bien, al leer la reseña de este libro, La bibliotecaria de Auschwitz, me dije que este libro lo quiero leer.


jueves, 3 de enero de 2013

Hay gente que todo lo vuelve especial

Hay personas que poseen una gratitud tan grande en su interior que consiguen que toda la gente que está a su lado se sienta especial. No conozco muchas personas de éstas, pero sé que son así porque a alguna me la he encontrado por casualidad haciendo la compra y de pronto se ha vuelto, me ha mirado y me ha dado tal recibimiento que básicamente me quedé a escuchar todo lo que me contaba. Quizá ese mismo día me encontré a otra gente conocida que me miró de arriba a abajo, arrugando la expresión por la forma en que iba peinada, o vestida, y al saludarme, o evitar hacerlo, según el caso, me dejó muy claro lo poco que me valoró. Yo nunca miro a la gente por afuera, puedo reconocer un buen peinado o un buen vestido, pero es algo a lo que no le doy valor, para mí lo importante es lo que se dice, lo que se cuenta, la forma de mirar y todo eso que no esconden los abalorios.

Decía, que hay personas que son capaces de iluminar un día gris con una sonrisa. De apartar de tu mente un nubarrón con su amabilidad innata. De hacerte saber que eres muy importante por la forma en que te dedican su tiempo, o el valor que le dan a tus palabras; incluso por el modo en que al verte por casualidad, sonríen al caminar hacia ti, para decirte algo, aunque en la estación esté arrancando el autobús. Me gusta la gente así, porque cuando la encuentro sé que soy la misma de siempre, pero de pronto me veo envuelta en una burbuja de especialidad que quizá perdure a través del tiempo o la fatalidad.

miércoles, 2 de enero de 2013

Os lo explica Enrique Páez

Hay un enlace que debo aprenderme de memoria, acabo de verlo y resume todo aquello que yo llevo repitiendo a los míos desde que me dio por escribir. Yo no escribo porque quiera hacerlo sino porque necesito escribir, no elijo mis historias, las historias me eligen a mí, en verdad creo que ni escribo, creo que pongo en letra las obsesiones que dan vuelta dentro de mi cabeza y exigen imprimirse en letra de molde. Quizá más que escribir deba decirlo de otra manera, me suicido de mí. No me soporto y me voy a otra parte donde librarme pueda por un momento de habitarme.

Hace tanto que dejé de preguntarme que ya ni quiero responderme, no me importa qué es, sé que está y quizá ello deba bastarme. Yo no elegí llegar al mundo y de igual forma, no elegí escribir.

Os lo explica Enrique Páez


Querida familia, aceptarlo de una vez, esto funciona así.





martes, 1 de enero de 2013

No todo el mundo tiene detractores

Decía Julia Otero alguna vez en la radio que si alguien te critica es que vas por el buen camino. Que no hay mejor indicador para saber que estás logrando lo que otra gente ansía para sí y no es capaz de conseguir con su talento. La frase no es literal, es como yo la asimilé cuando la oí hace una friolera de años y fue uno de esos momentos en los que reparé en posibilidades que hasta entonces ni había sospechado.

Es cierto, para tener detractores es necesario que reúnas requisitos que no todo el mundo posee. Es necesario que destaques en algo y que además lo hagas bien. Ese fue mi mayor terror al abrir este blog, comenzar a ganarme la antipatía de alguien que se asomase a decirme lo imbécil que soy, pero después del tiempo he constatado que incluso para ganarse un insulto hay que tener cierto nivel que no todo el mundo posee. Es un hecho. Y no, no me malinterpreten no estoy dando pie a cambiar la tónica habitual de comentarios, me gusta tal como está.

Os dejo un poema con chispa