En estos días saltó la noticia, la osa Tola había parido un osezno que sus cuidadores encontraron aplastado. La cosa no sería tan deprimente si Paca y Tola no hubiesen sido encerradas en un espacio de belleza incomparable, para precisamente, parir. El oso pardo está en serio peligro de extinción, por eso se trasladó a un oso llamado Furaco desde el parque natural de Cabárceno con el propósito de fecundarlas y lograr nuevas crías.
Durante todas las estaciones del año el lugar donde se encuentran ahora los tres osos recibe cientos de visitantes, dando vida a una zona que sin ese turismo quizá no habría. El lugar es un paraje natural que a simple vista impresiona y este mismo verano estuvimos allí. El día era de sol aplastante y a los osos les habían puesto una piscina, el rumor circundante versaba sobre si alguna de las osas preñaría. Por lo tanto la noticia de un nuevo osezno sería algo muy bien recibido y otra excusa para no perder de vista ese lugar durante mucho tiempo.
Y bien, resulta que según sus cuidadores Tola andaba muy lenta, se comportaba de una forma extraña y pusieron una etiqueta a esos síntomas diciendo que la osa estaba senil, a ello contribuyó su edad, según ellos muy avanzada. Pero resulta que no estaba senil, sino preñada y ante el infortunio de ese osezno tan esperado y hallado muerto, la tienen en observación porque estas osas suelen parir entre un oso y tres.
Os dejo un breve resumen de su historia
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