Para mí atreverse de un modo definitivo a dejar que tu historia recorra el mundo ya es una muestra de mucho valor, porque soy una miedosa compulsiva aunque no lo parezca. Y aún me sigue dando un poco de miedo eso de poner algo mío en una editorial porque a partir de ahí te cambia la vida, tu sueño verdadero echa a andar y ya deja de ser algo tuyo para pasar a ser de los demás. Supongo que hay algo de egoísmo en aferrarte a él y no dejarlo marchar, o temor de que otros te lo pisoteen, o quedarte sin tu mayor impulso vital al ver que eso que para ti era tanto no encuentra hueco y lo mismo que lo inflaste se desinfla y queda muerto. Aunque en definitiva me pasó lo mismo con este blog, nació de la nada, para muchos es nada y para mí lo sigue siendo todo, porque todo lo que quiero es escribir, sin saber por qué, solo sé que debo hacerlo y que al hacerlo me doy sentido a mí misma; siempre tan sin sentido.
A lo que iba, unos sueñan y otros cumplen los sueños. Espero que esto sea solo el principio y que a partir de esta colaboración -como madre no se me ocurre otra mejor- nazcan nuevas historias, escritas entre los dos tal vez, dibujadas entre los dos también. Porque si publicar un libro es un sueño, hacerlo en colaboración de un padre, o de un hijo, es ya un sueño de entre los sueños; unir la experiencia en la vida y la innovación. Es trazar una línea fehaciente entre el ayer y el hoy. Es dar paso a una nueva forma de mirarlo todo, porque los niños de hoy ya no ven las cosas como las vimos ayer, la vida ha evolucionado y necesitamos que le den expresión, que conformen sus propios mundos en nuestra colaboración. De momento es la historia de Mián Ros, dibujada por Eva. Quizá dentro de un tiempo nazca la historia de Eva, dibujada por Mián Ros. Como digo es algo que particularmente y sin que me venga a cuento, me emociona, porque creo en las nuevas generaciones a las que estamos dejando un mundo de pena. Ellos tienen que tener el talento de crear el mundo a su medida, y también el valor.
Emocionado me dejas, Begoña, GRACIAS.
ResponderEliminarSi me hubieran contado esto muchos años atrás, diría que podría ser un bonito sueño. Ahora, llegado este momento, puedo decir que es aún más hermoso que cuanto hubiera imaginado entonces.
Se me cae la baba, no lo voy a negar.
Eva, mi hija, tiene 16 años y desde bien prontito dio rienda suelta a su imaginación escribiendo sus propias novelas para jóvenes (tres novelas tiene ya en su haber; género Fantasía) y escribiendo una cuarta. Lo que no deja de sorprenderme es la capacidad que tiene para diseñar sus propios personajes (le comentas unos rasgos y enseguida coge la tableta gráfica y ¡zas!). De ahí vino el que se animara a recrear esta novela infantil/juvenil que escribí hace un año y medio largo: NiñodeNadie.
Suyo son los dibujos de los ocho niños elegidos de la aventura.
Solo aparecen en la portada y contraportada del libro en papel, pero de vez en cuando me sorprende con una nueva ilustración; si consigo recopilar las suficientes, habrá que incluirlas y sacar una versión ilustrada rectificada por el autor sí o sí.
Y, quién sabe, lo mismo soy yo dentro de unos años ilustrando sus novelas (más orgulloso que un ocho).
Lo dicho, gracias por tan bonito detalle; por compañeros tan cercanos merece la pena seguir disfrutando de la escritura y el dibujo.
Por cierto, no dejes que tus pensamientos duerman en un cajón. Lo esencial de todo esto es que te lean, critiquen, te ayuden de alguna manera a seguir aprendiendo; en eso ando yo también: aprender, aprender...
Un fuerte abrazo, amiga.
Mián Ros
En un mundo en que cada día suceden tantos desastres de todo tipo es un lujo encontrarse una historia así. Me emociona de tal forma que lo que me apena es lo mucho que actualizo el blog y lo lejos que se quedan entradas que dejaría impertérritas. Esta entre ellas.
ResponderEliminarA diario unos destrozan el mundo y otros lo construyen de nuevo. Me alegra ver que tú y Eva tenéis mucho que construir, ayudados el uno por el otro. También los lectores en este caso pueden tener parte en ello.
Es un principio dispuesto a seguir. Me gusta eso.