Se enfadaron hace tiempo. Ya no se hablan. Se enojan cuando amigos comunes vienen de pronto a contarles sobre la vida del otro. Supongo que se entristecen cuando piensan en todos los planes de vida que un día trazaron siendo solo unos críos. Ambos se dijeron adiós. Bueno uno dijo adiós y otro no tuvo remedio alguno más que acatarlo. Curiosamente quien parecía más roto fue el primero que rehízo su vida, y quien parece arrastrar consigo mismo su pena anterior; porque quizá fue quien tuvo la culpa, de sin saberlo desmoronar el castillo de naipes de un futuro molón.
Se enfadaron y sin embargo ven las actualizaciones de su vida reciente en Tuenti - al que yo llamo cuenti- que es quien les viene contando la vida del otro; aún cuando ellos intentan contar muy poco de sí mismos para que aquel ni se entere. Pero no falta un amigo que saque una foto, y otro que comente, de modo que al final se suma el nuevo pretendiente, o la nueva pareja para poner un ¡guap@! personalizado que deja una huella tácita de propiedad, y queda registrado.Todo a tan solo un clic de curiosidad. Es un juego macabro que antes no cabía y que nace ahora: andarles espiando la vida a los ex.
Soy un buen psiquiatra que nadie lo dude, pero aunque haya crisis, lleno la consulta de casos así. Buscan el remedio para una cura que después no quieren. Es una tentación demasiado grande no ver ni saber. Y después se enferman de rabia o de espanto, de asco o de envidia, de remordimientos o alegría infinita de haberse librado de aquello. Debo medir mis fuerzas para lidiar con esto, es demasiado novedoso incluso para mí.
me pareció genial,
ResponderEliminarsaludos