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viernes, 27 de agosto de 2010

Un poco de mentira

Hay una frase de Eugenia Rico que dice más o menos que siempre se escribe con un poco de mentira y un poco de verdad. Me reí al leerla por su verdad desnuda. Porque es imposible escribir sin esa combinación fabulosa, incluso una carta dirigida a tu mejor amiga. Siempre hay realidades que no podrás contar, o sueños más reales que cualquier acontecimiento del presente.

Incluso a veces uno intuye cosas que sabe que sucederán, el porqué se escapa, pero termina por pasar más tarde o más temprano aquello que tanto inquieta. Y entonces te preguntas si acaso lo pudiste remediar, ¿es posible salvar una vida que sabes que se acaba? Esta pregunta me la he hecho a mí misma montones de veces y la respuesta es no, por eso cruzo los dedos y pido fervientemente no volver a intuir en mi vida esa serie de cosas. No quiero pasar en mi vida por eso otra vez, jamás nunca, nunca más. Es terrible saber que va a pasar algo que no puedes evitar.

Un lector de este blog hace mucho tiempo me puso en la pista, al hacer un comentario en el que decía que era una especie de diario. De momento se me quedaron los ojos muy desorbitados y después sonreí, en verdad este espacio no lo escribo para nadie, lo escribo para mí. Es una especie de remix turístico de pensamientos de los que no encajan en ninguna parte. De esas cosas que uno piensa y que las más de las veces no se pueden contar. Algo así como el contenido de las albóndigas de lata, uno las mira con cierto rictus de amargura pensando qué cosa serían antes de su enlatado perfecto.

Y eso, que uno escribe con un poco de mentira y un poco de verdad, sin saber en qué porcentaje ya la mentira es verdad, o la verdad es mentira. Tal vez a uno le gusta escribir precisamente por eso, porque hay respuestas que jamás alcanzará a desentrañar.

3 comentarios:

  1. La verdad, ¿la verdád?. Es una entelequia subjetiva que podenos percibír con nuestros sentidos, pero que en el momento en que empezamos a relatár, pierde su veracidád y se transforma en la idea que nosotros tenemos de ella e intentamos transmitír con mayor ó menór fortuna y con mas o menos capacidád para ceñirnos a los hechos. Pero siempre contaminada en manór o menór grado con nuestra "verdad subjetiva", nuestra interpretación personál de un hecho o una idea.

    En cuanto a la sensibilidád para anticiparnos a una situación ó un acontecimiento, es algo mas extendido de lo que creés. Pero hay una especie de maldición, algo así como el "sindrome de Casandra". Cuando tienes la certeza de que algo irremediable vá a sucedér, porque tienes la capacidád de notár algo que a los demás se les pasa por alto, nadie te cree, por mucho que lo adviertas.

    Saludos.

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  2. No tenía ni idea de lo del Síndrome de Casandra. Tremenda su historia. Bueno, tremenda toda la mitología griega me aventuraría a decir.

    Y en cuanto a las percepciones algún día te hartas y cuentas todo con pelos y señales, y cuando sucede la mirada de horror con que te miran es peor que cualquier cosa.
    Dicen que cuando te niegas a intuir no intuyes, de momento me funciona. Cruzo los dedos.

    Saludos

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  3. Conozco esa mirada de horrór, y también ese comentario de : "Anda, so chalado, tú siempre tan pesimista, no sé de donde sacas esas ideas".
    Pero me niego a dejár de mirár por encima del horizonte.

    Saludos.

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