Pasear junto al mar en una tarde como hoy
bajo la lluvia que moja las aceras
sobre los papeles que vuelan
como aves azoradas de esquina a esquina,
y que ahuecadas de plumas se sacuden
como uno se sacude de encima la melancolía.
Pasear junto al mar en una tarde como hoy
sin apenas turistas, es como regresar
a Octubre sin pasar por Septiembre,
limpia de bochorno los pulmones
mientras se puede soñar esa historia
que hoy apenas se vislumbra.
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