Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
viernes, 27 de agosto de 2010
Un poco de mentira
jueves, 26 de agosto de 2010
Color de otoño
miércoles, 25 de agosto de 2010
La mecánica del corazón
martes, 24 de agosto de 2010
Ir de tiendas
lunes, 23 de agosto de 2010
La canción del verano 2010
Trabajo de documentación
domingo, 22 de agosto de 2010
Encontrar las palabras adecuadas
Al mal tiempo buena cara
sábado, 21 de agosto de 2010
Malinterpretación
viernes, 20 de agosto de 2010
Acapulco 2005
Interesante
jueves, 19 de agosto de 2010
¿Cómo se deja de ser tu sombra?

martes, 17 de agosto de 2010
Tiempos de ayer y de hoy

domingo, 15 de agosto de 2010
De nuevo las baldosas
sábado, 14 de agosto de 2010
Recordando
viernes, 13 de agosto de 2010
Pide al universo y él te concederá
jueves, 12 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
La luna quisiera ser

La luna se mira en el mar
para verse reflejada
entre las olas de espuma
que se mecen y acompasan,
se mira y vuelve a mirarse
tan inmensa y tan redonda
tan blanca como la sal
tan tierna y tan esponjosa
la luna se mira en el mar,
se mira y se remira
buscándose algún defecto
en su haz de brillantina.
Más no se lo puede hallar
porque la hicieron perfecta
y de tanta perfección
se ha quedado circunspecta,
la luna quisiera ser
a veces roca o estrella
a veces sol o esteroide
una galaxia o planeta.
La luna no quiere ser luna
quisiera ser otra cosa,
más no sabe lo que ser
mientras contempla las olas.
martes, 10 de agosto de 2010
Frase
lunes, 9 de agosto de 2010
El valor de la tranquilidad
sábado, 7 de agosto de 2010
Que se cumplan tus sueños
El verano llegó casi sin anunciarse
con muchas horas de lluvia
tan fina que apenas se posaba
sobre tu pelo.
No creí que fueras a crecer tan deprisa
y convertirte en la personita
que no admite consejos
de buen talante.
Me veo a mí misma de nuevo
hace muchos años
con ese saber exacto
de lo entonces quería.
Te miro a los ojos
y en ocasiones me encuentro
a mí misma desde la asombrosa
distancia de esos veintisiete años.
Qué poco nos cuesta entendernos
y cuanto aceptar que seas tan mayor
como nunca pensé que lo serías
teniendo tan solo tu edad.
Y es que olvidaba que lo importante
no son los días de vida
sino el modo de vivirlos
y que desde que naciste
no he dejado de prepararte
para ellos ni un tan solo un segundo.
Te haces mayor mientras te miro
sueñas, mientras deseo
que tus sueños se cumplan
lo mismo que si fuesen míos,
porque me pertenecen también,
en la medida en que siempre serás mía.
viernes, 6 de agosto de 2010
Distinta vara de medir
jueves, 5 de agosto de 2010
Diferencia de opiniones
miércoles, 4 de agosto de 2010
Vacas de los prados asturianos
Recomendación
martes, 3 de agosto de 2010
A ver, imagínate...

lunes, 2 de agosto de 2010
Un final feliz

Es raro, lo reconozco, pero la cosa funciona así, el trabajo se acumula y de pronto tener blog pierde sentido. Pasa a ser exactamente lo mismo que tener montones de papeles encuadernados en una caja del desván. La vida real es tan apasionante que escribir pasa a un segundo plano, leer se puede leer muy poquíto en los últimos días, si tu hija está leyendo el mismo libro que tú Verde agua, tú no pasas de la página 16 y ella lleva 60, vamos mal, pero es lo que hay. Todo lo que puedes esperar es que sea un libro adecuado, tal como parece para su edad, sin nada inconveniente. Y si lo encuentra que lo deje, porque peor que la tele de ahora es que ya no hay nada, y el libro es una maravilla, la verdad.
Estuve preparando algunas entradas en estos días, y mira por donde de todo lo que preparo no expongo nada. Soy más rara que un perro verde. En todo encuentro que me "regalo" de un modo absurdo, que quedo demasiado expuesta, algo que como se sabe es del todo innecesario. Y es que tengo este humor, soy lo más imprevisible e insoportable que vi en mi vida. Es lo que me pasa cuando un nuevo tema ha ocupado mi cabeza, y estoy "sin haberlo planeado" escribiendo sobre la tercera edad. Hasta tal punto imbuída que me olvido del aceite que pongo a calentar, de aquello que había decidido tener limpio para esta hora, de pedir cita al dentista, y ando como de prestado escribiendo grandes textos en mi cabeza todo el tiempo, que luego no se plasman en el teclado del modo en que quiero. Vamos que estoy espesa, ¡qué novedad!
Asomo un ratito para anunciar algo que me aplasta. Y es la droga que pulula en las fiestas de pueblo a la que asiste más juventud. Ese olor que sale de la parte trasera de todos los chiringuitos perfectamente alineados, el olor del porrazo que algunos se empeñan en darse, y lo sangrante de que sea además a una edad tan temprana que cuesta asimilar. En eso estuve este fin de semana, detrás de un grupito adolescente pero desde muyy lejos, hay casos en los que a uno solo le queda confiar y mirar al cielo y pedir que Dios nos pille confesados. Porque tenían razón y eso que yo me quejaba y mucho, los niños de trece años están muy adelantados y no pueden pillarnos con el pie cambiado, si lo sabré yo. Me hago anciana a pasos agigantados, y no me quejo, si tus hijos te hacen darte cuenta de lo vieja que eres es que están ahí; cuando conoces a padres que han perdido a los suyos y les ves a menudo sabes que estás de suerte. Puedes verlo escrito en sus ojos cuando te miran, y aunque ni lo digan es el dolor más grande en un solo cuerpo se pueda albergar. No te quejes de nada en su presencia, sé prudente, porque ellos saben que mientras tus hijos estén estás de suerte, dedícate únicamente a disfrutar; solo importa el aquí y el ahora.
Y eso, que estoy un poco aplastada por la mucha droga que anda suelta por el mundo, y por el mucho miedo. Desde que tengo hijos entiendo mucho más a mis padres y entiendo la mucha suerte que tuve ya desde antes de nacer. Desde que tengo hijos sé que mi mejor libro ya está escrito, son páginas que cada día se van escribiendo solas, y las únicas para las que pido un final feliz.