Es como morirse sin haber muerto. Y es una pena. Porque ser como los demás es muy sencillo, sólo hay que imitarles. Ser como uno es, es una condición que nace de adentro, y aquello que está forzado se ve. A veces querer llegar más lejos es perderse parte del recorrido. Perder la esencia de lo que uno fue.
Aquí Carlota me diría con suspicacia que quizá lo que admiraba en él formaba parte de otra imitación que dada su juventud favoreció el despiste. Todo esto sin ánimo de criticar.
Es difícil ser auténtico, pero más resistirse al cambio, si se consigue, quizá seas recordado, solo quizá.
ResponderEliminarMe gustó la entrada, Begoña.
Un fuerte abrazo,
Mián Ros
Yo no he dejado de ser quien soy.
ResponderEliminarDe ahí mi rareza.
Mi insociabilidad me ha ayudado bastante.
Besos.
A veces conseguir llegar hasta un público más joven conlleva unos cambios.
ResponderEliminarPor suerte algunos tiempos pasados se conservan tal que así:
http://www.youtube.com/watch?v=_G0zUD1m-Qc
Que esos tiempos no desaparezcan de la red, y todos conformes ;)
Saludos
¿Insociabilidad?, no, no creo que sea eso. Yo lo definiría originalidad, que no es lo mismo.
ResponderEliminarSaludos
Nota: no se me enfaden cuando dejo algunos comentarios sin contestar.
ResponderEliminarYo agradezco infinitamente todos los comentarios que llegan hasta aquí. Son una especie de viento fresco que me ayuda a respirar.
Así de valiosos.