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martes, 18 de noviembre de 2014

Sobre la sinceridad

Creo que cuando se lee un libro se encuentra una parte de su autor, a veces escapada a sí mismo. Podría poner algún ejemplo, pero no lo haré, como lectores todos tendríamos el nuestro.


Hace unos días una mujer dijo algo que resonó en mi cabeza "hoy en día lo mismo que antes, quien no tiene privacidad es porque no quiere; yo no tengo por qué ir ventilando mi vida en cualquier lugar". De forma automática pensé en este lugar virtual y me pregunté por qué de un tiempo a esta parte se le da tan poco valor a la sinceridad. Uno no puede decir en voz alta según que cosas, si se para a pensar en la gente mal tomada que después irá pregonando lo mismo de otra manera y lo vaciará de todo significado para ridiculizarlo. Si nos ponemos así de tiquismiquis, algún día la sinceridad habrá desaparecido de nuestro mapa cotidiano y habremos perdido, en mi opinión, lo más valioso de un ser humano. Quien se expone a la sinceridad de otro está desnudo ante el valor que quieran darle. Nada más verídico pues, ir por la vida asumiendo el propio cargo que se acepta al interactuar con los demás.


Por eso me gustó su entrada, lo vemos igual.

lunes, 17 de noviembre de 2014

A tiempo total y a tiempo real

Hay canciones que nos gustan a través del tiempo, ya sea por el ritmo o por la letra. Canciones que pese a los años nos siguen sonando a nuevas.


XXVII Aniversario




Te amaré

martes, 11 de noviembre de 2014

Estudio de las personas que me rodean

Es muy interesante lo de analizar a la gente que te rodea en cualquier momento, tanto que a veces te inventas toda una historia a partir de un gesto escapado a tu personaje observado. Te dices "esto lo tengo que escribir" y como vas falto de tiempo esbozas un resumen en un papel rosado de diez centímetros por diez. Después lo dejas reposar en la caja dispuesta para tus historias pendientes y en esta mañana lo rescatas, lo vuelves a leer y lo tiras de frente a la papelera. Te dices que sería una bonita historia, pero tendrías que dedicarle muchos meses a confeccionarlo y pulirlo, y la vida no se detiene mientras lo haces. Las montañas diarias de ropa para lavar y planchar te esperan, el ordenado y lustrado de la casa te espera, las comidas y las cenas lo mismo, el tiempo de charla y visitas a los tuyos ídem de lienzo; pones todo en una pesa de lo que más pesa en el momento...y sigues prefiriendo este breve lugar que nada o poco te exige. Te aferras a la frase brillante de Alejandro Dumas: "Todo cabe en lo breve, pequeño es el niño y encierra al hombre". Te dices que cualquier buena historia cabe en un resumen apurado, que a fin de cuentas es lo tuyo, contar con la urgencia de todo lo que espera a tu alrededor; que es muy importante y es mucho.


Te preguntas en qué momento volviste a casa y dejaste el sueño de escribir. O en qué momento hiciste ambas cosas compatibles y dejaron de pesar tanto sobre tu cabeza. Sientes que algo se transformó sin necesidad de nombrarlo.


 Algo que ya no divide, complementa.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Comienza la mañana

Cada día es una nueva oportunidad de hacer aquello que quieres. De caminar hacia el lugar en el que quieres permanecer por el resto de tu vida. Y de intentar lo imposible. No te desanimes nunca, porque con cada nuevo día esto se repetirá.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Indagando en la obra de Catherine Cookson

Se acercan a pasos agigantados esas tardes típicas de invierno en que oscurece demasiado pronto, llueve todo el tiempo y cabe buscar algo entretenido que hacer. Pues bien, he dado con la clave por el momento, después de llevar muchos años intentando ponerme al día con la obra de Catherine Cookson, y con pocos resultados en las bibliotecas de estos lares, insistiendo todo el tiempo, he dado con la que parece una solución a mi alcance: llegar hasta su extenso imaginario a través de las películas basadas en su obra. Versión subtitulada, que aunque no sea lo mismo que escucharlas del inglés directo, es a lo que alcanzo, y resulta curioso. Aún en frases subtituladas en cada frase es ella, porque refleja de forma fidedigna su modo de construcción.


Escribió más de cien novelas que fueron un éxito en Inglaterra. Dedicó gran parte de sus ingresos a investigaciones médicas y al apoyo de diversas causas sociales. Murió días antes de cumplir los 92 años y dejó un reflejo -se dice, se cuenta- del mundo que tenía a su alrededor. Cuanto más avanzo en su obra, más me convenzo de que dejó todo escrito. ¿Acaso habría más que contar sobre la condición humana que ella no haya contado?... espero que sí.


Buscando datos sobre qué vida vivió Catherine Cookson y qué aportó a la sociedad de su tiempo me digo que mucho. En cambio si miramos en lo referente a títulos renombrados no encuentro gran cosa, quizá el tipo de obra que escribía no interesó a grandes literatos, debió de resultar incómoda. Tal vez porque en sus historias las clases altas no quedaban bien ;)







martes, 4 de noviembre de 2014

Microcuentos twitter

Hace poco que descubrí este breve lugar, donde las historias, las reflexiones y las verdades, aunque sean muy cortas, son intensas. Un lugar que quiero recomendarles.


Empezó a creerse el mejor; entonces dejó de serlo.

Aitor Rivero

domingo, 2 de noviembre de 2014

Un regalo para la mañana de hoy

Es cierto, uno se queda emocionado y sin palabras, pero eso no evita compartirlo para que más gente pueda disfrutar de la emoción.


Disfrútenlo





miércoles, 29 de octubre de 2014

Escritos dormidos


Duermen mis escritos entre archivos de ordenador que ni me atrevo a mirar. Esas historias me parecen ahora tan inocentes, tan ignorantes de la vida tal y como sucede ahora, que me gritan en lo que ha ido trayendo día tras día la actualidad. En ese tiempo en el que antes escribía tenía una gran conciencia de que el conjunto de nuestro pueblo iba a mejor. Cada quien tenía un trabajo con el que ganarse la vida y mes tras mes, aunque fuese mediante un gran esfuerzo, se iba prosperando a pasito lento de tortuga. Eso daba margen para recrear historias de personas que se encontraban trabas y las superaban; sin saber muy bien por qué, o a sabiendas, todas mis historias se centraban en ello. Mientras los paisajes hermosos o deprimentes se desgranaban y recreaban inspirados por la esencia de la ilusión y se terminaban concluyendo. Sentarse a escribir despreocupadamente era algo que por entonces te podías permitir en un mundo seguro a tu alrededor.


Después el suelo comenzó a tornarse resbaladizo y cambiaron los finales y el centro y el principio de todas las obras. Sucedió en medio de una confusión que nunca entendías porque de pronto te había cambiado la visión. Tardaste años en entender que al seguir las noticias de cerca y a diario, hacían que la realidad buscase huecos entre lo que escribías cambiando el significado. Y en medio de tus intentos surgió la duda, ¿dejo en mis escritos aquello que estuvo o lo que ha quedado? Sabes que algún día, quieras o no quieras, tendrás que tomar una decisión. 

Avanzando en el desprogreso

La pobreza infantil sigue aumentando, los bancos de alimentos se quedan vacíos, los sueños se escabullen por debajo de la puerta, las maletas alejan a las familias que no pudieron sobrevivir a esta crisis. Los desahucios dejan las casas sin risas y a sus dueños viviendo sin un techo sobre sus cabezas.


Y en consecuencia las mujeres han dejado de parirle hijos al mundo. Y los hombres buscan cualquier trabajo que aún no llega.


Y saltan voces de culpables que posiblemente sean juzgados como inocentes. Y el mundo sigue girando, chirriando en su eje oxidado, que tal vez un día se quiebre.

lunes, 27 de octubre de 2014

Microcuento

Da lo mismo todo lo que se escriba, mientras se trate de ti, siempre quedará un capítulo más que añadirle a mi historia. Lo nuestro es el cuento que nunca acabará.


                                                                                           Begoña Argallo







Hay tanto por hacer y por mejorar

Si me detengo a mirar al mundo, tal y como está en este momento, encuentro mucho que cambiar y me cabreo mucho porque creo que no sería tan complicado que todo el mundo tuviese un plato de comida en su mesa. Creo que contamos con los medios necesarios para hacer llegar hasta el último rincón del mundo un pack de alimentos, aunque sean en formato de barrita energética. Ese es un crujido que tengo desde los ocho años o así, en que escuché hablar a un misionero recién llegado del Congo. Alguien que conocía nuestro mundo y su mundo tan perfectamente como solo puede conocerlo quien convive entre sus gentes. Aquella charla me impresionó lo suficiente como para dejarme esperando que algo cambie, incluso 36 años más tarde. Es casi un crujido diario.




En días como hoy, que amanecen con un sol espectacular en lo alto del cielo. Con mucho tiempo por delante. Sin poderme quejar por nada en lo personal. Con muchas metas conseguidas y alguna aún por lograr -lo cual significa que sigo viva- y algún que otro dolor por aquellos que ya no están y a quienes no dejo de sentir a mi lado ni un segundo de mi vida; es tiempo de agradecer que de un tiempo a esta parte pueda rodearme de gente de tanta calidad humana.




A través de los blog que sigo o de la información a la que alcanzo desde internet, se ha ampliado de forma increíble el universo de gente junto a la que me siento feliz de caminar, eso aunque ya casi no comente. Creo que a estas alturas puedo repetirme mucho, o repetirme tanto que incluso a mí me llego a cansar, por eso no suelo comentar. Todo va por etapas y tal vez me estoy aprendiendo a dosificar; sería esa una gran novedad.


Pero en este momento en el que sol irradia tanta alegría a su paso no quisiera dejar de decir que el mundo está lleno de gente maravillosa que hace que nos sintamos maravillosos también solo por existir.


Gracias, gracias mil. No se me ocurre un lugar mejor en el que estar. Tenemos tanto por hacer y tanto por mejorar que quiero contagiaros desde aquí la profunda alegría de hoy estar vivos.

martes, 21 de octubre de 2014

¿Hasta cuando el hambre y la enfermedad?

Me equivocaba al decir que habían traído a nuestro país una enfermedad que no sabemos curar. Estamos a un paso de saber que si.

Pero seguiremos estando lejos de ir a combatir esa misma enfermedad justo donde más urge erradicarla, el lugar donde proviene.

Y todas las injusticias que nuestros ojos no presencian se repetirán un millón de veces, por todo aquello que si hubiéramos sumado fuerzas en serio, hubiésemos podido evitar.

Desde los pueblos lejanos llega un lamento que se extiende como el viento. Un lamento que aunque lo quiera no puedo dejar de escuchar. Minuto a minuto se necesita una ayuda que no llega. Se reza una plegaria que no obtiene respuesta. Y se repite una injusticia que hay que parar.





martes, 14 de octubre de 2014

Voluntarios para las primeras vacunas del Ébola

Hace unos minutos lo veía en un telediario, ya se prueban las primeras vacunas que tratarán de inmunizar contra una enfermedad que lleva matando desde hace 40 años en los países pobres.


Otra prueba de que al final todo tiene un fin comercial, si puedes pagarlo, obtienes un remedio ante la enfermedad, pero si no puedes pagarlo debes limitarte a morir con tranquilidad. El mensaje no puede hablar peor de lo que somos como sociedad, de aquello por lo que luchamos en conjunto; unos por ponerlo en marcha y otros por quedarnos a ver como pasa. Aquí nadie puede librarse, cuando quien habla es la realidad.


Para los malpensados, esta vacuna ya estaba en marcha antes de reportar a los misioneros a sus lugares de origen. Y ahí estaba la clave de todo aquello que parecía tan difícil de explicar. Tal como parece habrá vacunas, y la vacunación en el Tercer Mundo seguirá necesitando de las donaciones también voluntarias, porque nada hace prever que en este Primer Mundo tan egocéntrico podamos cambiar algo tan fundamental como dejar de mirarnos el ombligo y colaborar con quienes no tienen nada.


40 años muriendo por una causa evitable es una cifra cruda para la humanidad. Hay adelantos que llegan tarde porque nadie se puso en marcha. Con eso me quedo. Es sobre eso sobre lo que quiero reflexionar.

jueves, 9 de octubre de 2014

Todos alicatados donde están hagan lo que hagan :(

Sobre la forma en que el Ébola atravesó nuestras fronteras, conservo una idea fija que no me deja  en paz, y acaso dos preguntas ¿qué necesidad?, ¿en que nos beneficia traernos un misionero que está en otro país aquejado de una enfermedad que no sabemos curar?


Siguiendo este pensamiento me surge otra pregunta ¿ese hombre pidió en algún momento que alguien le trajese a España?, lo dudo, y si soy sincera lo dudo mucho. Imagino que en todo caso hubiese pedido un equipo médico que fuese a curarle donde estaba, para de ese modo curar a toda su comunidad y de paso a todo el continente. Ser misionero conlleva muchas cualidades que a algunos se les escapa, tal como se les escapa todo lo demás.


A los pocos días de traer al misionero a nuestro país, tras el despliegue de medios y de euros, una mujer mayor lo comentaba en la pescadería. No cabía en su indignación, ni en su perplejidad y preguntaba si la burrada de dinero gastada en ese traslado no estaría mejor empleada en llevar a un buen especialista allí. Uno que dominase por completo el problema que se trataba. Juró y perjuró que trayendo al misionero no arreglarían nada, en todo caso infectar a un país a cambio de un dineral. Su perorata fue subiendo de tono hasta terminar con un cabreo monumental porque además estamos en crisis y su dichosa pensión todos los días baja. En el fondo le ponía de muy mal humor que mes a mes le negasen un dinero que necesitaba para comer, para pagar los caprichos sin ton ni son, que surgían desde el gobierno, como ese de traer a un enfermo que no sabrían salvar. Remató con un "que nadie olvide que aquí ningún médico tiene la menor idea de cómo curar esa enfermedad". La mujer rondaba los ochenta años y no tenía complejo alguno en pensar en voz alta mientras todos callaban. No pude por menos que darle la razón. Tal vez sorprendida de que una mujer que dijo no haber ido nunca a la escuela, superase en lógica a tanta gente que está en primera línea.


El tiempo, para desgracia nuestra y tal como temíamos, terminó por darle la razón. Ahora la noticia colma todos los telediarios y programas de televisión. La alarma ya está extendida. Médicos y enfermeros se enfrentan con intranquilidad a la situación, tan desorientados como podrían estarlo ante una plaga de gripe marciana.


Y mientras, yo me sigo preguntando si ese misionero en algún momento pidió ser trasladado a España. Tengo la firme seguridad de que no.

martes, 7 de octubre de 2014

En tono pesimista

Ellos, quienes solo piensan en cómo enriquecerse a nuestra costa nunca leerán nuestros libros cargados de magia y mensajes de paz. No les interesan. Les importa un bledo la paz del mundo y ese sueño que a veces nos sustenta.


De nuevo esa seguridad de que si hubiesen leído mucho no harían lo que hacen. De que de haberse adentrado en la gran literatura sabrían de sobra cómo se siente alguien oprimido. Sólo tendrían que haber leído algo de Miguel Hernández para saber que clase de mundo no consentirían jamás. Justo ese al que nos acercan peligrosamente.


A esto se le podría llamar bloqueo de escritor, pero no lo es, es algo diferente, es un tono pesimista que se cuela desde todos los espacios de la información que no usa trucos ni mascaras, que cuenta la verdad cruda y dura que debemos digerir.


Es la necesidad de mirar la realidad cara a cara y sin ungüentos la que reclama su espacio, no entre líneas de teclado, sino con manos dispuestas. Son manos que no piden teclear sino trabajar para colaborar de una forma más directa con quienes les necesitan.


Manos y mente dispuestas a combatir esa pobreza que nos siembran por doquier aquellos que nuestros libros, blogs o palabras ya buenas o malas nunca leerán; porque están escritas desde el lado que no les interesa. Vienen justo desde el lado que minuto a minuto, segundo a segundo, planea como pisar para poder subir otro peldaño más alto a costa de lo que sea. A costa de quienes sea.


Abran paso porque no se detienen ante nada que les haga saltar una sola lágrima, ya que no las tienen. No tienen escrúpulos ni conciencia, solo una avaricia que de tan infinita, están vaciando medio mundo para hacerse con su otra mitad.


Desde el lado menos favorable leemos las grandes literaturas. Y nos leemos. Sabemos que sea como fuere un día se irán.





sábado, 27 de septiembre de 2014

Un verano sin anotaciones

El verano quedó atrás con esa facilidad con la que suele hacerlo, llegaron de golpe los amaneceres tardíos y el fresco viento de las tardes, que ya ni recordábamos. Tenemos una enorme tendencia a los olvidos, pero el orden climático del mundo vuelve a despertarnos. Impertérrito.


En lo personal, este verano pasado fue un tiempo para aprender. Desde que tengo memoria siempre quise saber cómo se vivía en siglos pasados, sabía de sobra por la gente que me rodeaba cómo se vivía en las clases bajas. Si bien desde algunas novelas ¿pretenciosas?, podía leer los lujos que rodeaban las clases altas. Estas novelas compradas al azar hace muchos años, se sucedían sin tregua, para contarme unas formas de vida que yo ni alcanzaba a imaginar, pese a ser consciente que hay quienes viven rodeados de esos lujos durante cada segundo de su vida. Ahora se me ocurre que quizá hubo sirvientes más felices que sus amos, porque llegados de una forma de vida muy precaria, disfrutaron a su modo esas riquezas que a los otros rodearon con tal frecuencia, que desapercibido por completo se les pasó. A veces lo cotidiano, solo por serlo, pierde valor.


Se me ocurrieron muchas novelas que no anoté, o relatos cortos que no empecé, pensamientos efímeros que se fueron perdiendo igual que vinieron. Para mí este verano fue tan veloz y agotador que a penas tuve tiempo de seguir las noticias, ni en televisión ni en radio, quise vivir en esencia el silencio de esos siglos pasados, a pie de mar, allí donde la espuma se fragmenta contra las rocas. Quise asomarme a todas las ventanas de una casona y sentir la brisa marina llegada del horizonte, aquel que cada mañana tenía un nuevo barco para mostrar. Tomando cada ventana como un cuadro nuevo al que asomarme, grabando la belleza de cada instante, impregnando con ella la conciencia de que ese tiempo se restaba un minuto más.


En esos día alcancé detalles sueltos de la vida en aquel lugar, en que las vajillas duermen su sueño de aparador sin ser molestadas, en que los cubiertos ocupan cajones enteros compilados de cien en cien. Tal fue la vida en aquellos tiempos en que las familias se juntaban cada verano en la misma casa, justo al borde de ese mar que en nada ha cambiado y quizá contiene las mismas gotas...¿acaso alguien sabe si el mar emigra o se agota?, ¿alguien sabe determinar si ese de ahora no es el de antes?...qué cosas tan extrañas puedo pensar.


Digo que viví ajena a las noticias, pero aún así, día a día leí las portadas de un solo periódico en el que se me contaba la misma historia. Gentes ricas y gentes pobres, tan alejadas unas de otras, y tan dependientes unas de otras. Unas tan incapaces de ocuparse de los detalles simples, como limpiar o cocinar, y las otras tan incapaces de poder subsistir sin trabajar; un intercambio mutuo que los tiempos venideros no vencerán. Quizá esto tan simple aprendí durante este verano.


Desde todas las portadas de periódicos, la corrupción. Llegué a hartarme de leer una y otra vez las mismas noticias con nombres de sinvergüenzas distintos. No dejé de pensar ni un solo día en esos niños que acudirán al nuevo curso sin cenar y sin desayunar, a consecuencia de quienes se quedan un día tras otro su pan. Llegué a pensar que estamos en un callejón sin salida, no ya porque tal como se dice, los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres; sino porque estos ladrones de guante blanco están blindados hasta las cejas, y hay un sistema que no funciona, y les parapeta.


Este verano aprendí que hay ricos educados y buena gente, capaces de rodearse de pobres y comerse lo que les cocinan elogiando cada plato servido, ya fuese a la mesa mal cocinado, o bien. Señores, eso es tener clase.


Vivir cada día olvidando que se está en primera.



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Los ricos siempre se rodean de asistentes

Los ricos también lloran, pero por problemas a veces inexistentes. Se comen la cabeza con naderías a los ojos de un pobre. Se quejan por el dinero, nunca tienen suficiente. Se reúnen cada dos por tres con directores de bancos y administradores. Se rodean de asistentes porque por sí mismos no hacen todo lo que les conviene. Son a su manera débiles, tienen esa debilidad de la que carecen los hombres fuertes. Son a su forma inocentes, pasean esa inocencia producto de ese colchón flotante que los sostiene.


A los ojos de un pobre tal vez no valga la pena rodearse de mansiones a semejante precio. Claro que los ojos solo ven la superficie de las cosas, dentro de sus entresijos tal vez opinasen diferente.

sábado, 23 de agosto de 2014

Diario de una buena vecina, de Doris Lessing

En la tienda de reliquias de toda índole últimamente van en decadencia y venden a un precio caro para los artículos que ofrecen, pero siguen sin tener ni idea de libros, por eso no es raro encontrar a malos escritores, eso sí muy renombrados, a precios altísimos y buenos escritores a precios tirados. Eso explica que haya comprado al precio de un café este libro, Diario de una buena vecina, cuya escritura está acompañando mi despedida de este verano tan falto de tiempo para todo lo que me gusta y tan lleno de tiempo para aquello que me instruye en tantos ámbitos de la vida. Es cierto que no escribo en tinta, pero no dejo de escribir dentro de mi cabeza cada segundo del día. Y hay un mundo rico a mi alrededor que algún día será trasladado al papel a riesgo de que solo me interese a mí, ese es el riesgo que asume todo escritor, laureado o no. Junto al de alguna vez arrepentirse de haber dejado su escrito. Si no se es lo bastante valiente uno debe dedicarse a cualquier otra profesión.


De Diario de una buena vecina poco puedo decir hasta ahora, tal vez solo que es un libro cuya lectura se disfruta y que habla de la vida normal y corriente de las gentes normales y corrientes que en los libros a veces es tan difícil encontrar. Adoro la forma de escribir de Doris Lessing porque se dedica a contarte las cosas sin ornamentos artificiales, pero de una forma tan vital que te contagia el deseo de saber más sobre lo que cuenta.


En la contraportada de esta edición de Salvat se resume así esta historia:


"Ninguna de las dos tenían demasiado en común. Janna era una mujer madura y atractiva, dedicada plenamente a una profesión que en apariencia le permitía realizarse. Maudie, una anciana encorvada por los años y los sacrificios, se limita a luchar por sobrevivir cada día con un orgullo indomable. El encuentro entre ambas mujeres producirá el nacimiento de una amistad insospechada, en la que la ternura y la confidencia encontrarán las más delicadas formas de manifestación".


Recomendable sin duda.

sábado, 12 de julio de 2014

Nada que decir

Asombra pensarlo, saber que después de tantos años escribiendo ya no siento la necesidad de hacerlo, la razón es muy sencilla, se me están cumpliendo sueños. En el mundo real me están sucediendo cosas sorprendentes y casi me da miedo, la vida me está llevando a escenarios alejados a la escritura e incluso sin dejarme mucho tiempo para leer, pero a cambio me está dando lecciones inolvidables y está rompiendo algunos estereotipos que tenía asimilados.


Nada es lo que parece, o quizás hay que quitar la primera capa de brillo para ver lo que hay detrás. De momento hay una especie de barrido que pone distancia entre lo proyectado y lo que está resultando este 2014 lleno de buenas sorpresas en cadena. Cruzo los dedos porque a veces da una especie de sudor extraño recorrer tantos lugares en tan poco tiempo. Creemos vivir la vida y es ella la que nos vive, de nuevo esa certeza también.


Hay un escenario casi idéntico al de Habitaciones cerradas, el espléndido libro de Care Santos. Hay un eco al subir y bajar escaleras antiquísimas de madera que, sin escribirla, me va contando toda la historia que al transcurrir de los siglos se ha ido quedando atrás. Me maravillan las escaleras acaracoladas que van de una planta a otra y el tragaluz redondo que filtra la luz desde el tejado, a la misma distancia que pareciera encontrarse el más allá. Si he visto buhardillas bonitas a lo largo de la vida, nada semejante a esa de colchas azuladas que esperan visitas, con sus detalles lustrosos recuerdo de tantos siglos. Vivo entre sueños encontrar objetos de hace cientos de años, de esos que leía en libros y ahora puedo ver en vivo y en directo, tan cuidados como recién fabricados, porque hay quienes se rodean con mimo de todo cuanto sus antepasados les quisieron legar.


Es cierto que no escribo, pero tengo los oídos bien atentos a todo aquello que quienes sobreviven al tiempo me saben contar como aún no lo he leído en ningún libro. Es la historia de mi villa marinera, imperturbable y bella, con sus personajes reales no olvidados, es la historia que buscaba en enciclopedias y me ha salido al paso; como los sueños que ni te atreves a soñar.





sábado, 5 de julio de 2014

Presentes que no necesitan de inspiración

Una casona antigua, de interminables escaleras acaracoladas que recorren cuatro altas plantas que miran silenciosas sobre el mar. Escuchas las historias pasadas mientras te asalta el rumor de este presente, lo que fue hace medio siglo un crepitar constante de pasos por todos los escalones de madera, que aún resisten los envites del presente, es ahora un leve murmullo de recuerdos. De silencios dejados por quienes no están.


Mañanas salpicadas de mar tibio y soles esplendorosos para anunciar una vejez en calma, a veces plena de momentos de un presente que se disfruta pese a todos los ayeres dormidos en la memoria, que sin previo aviso salen a colación.


Casas antiguas que aún conservan la esencia de quienes hubo dentro, retratos colgados en las paredes que te miran desde un silencio de tantos años que casi te cortan la respiración si no fuese por la belleza impresa en tantas vidas que sin haberlas conocido te causan honda impresión.

lunes, 30 de junio de 2014

Un pensamiento

Tal vez los sueños nacen con el objeto de que podamos creer que somos capaces, aunque en el fondo ni lo seamos, y vengan a construir un puente entre lo que tenemos y lo que anhelamos.

miércoles, 25 de junio de 2014

ARANMANOTH, de Ana María Matute

Entre la cantidad de estanterías que poblaban una librería de viejo, me hice con este libro al precio de un café. Tuve que pensarlo mucho, porque dudé hasta el último segundo entre este título y Olvidado Rey Gudú, que terminó dándome algo de friolera por sus muchas páginas. Me angustia que una historia larga me acabe por aburrir y era lo primero que leería de la autora.


Si bien hace tiempo leí alguna entrevista que le hicieron en el periódico, tal vez después de recibir algún premio y me fascinaron sus respuestas sencillas plagadas de gran cordura. Tengo para mí que cuando un escritor es capaz de mantener sus propias reflexiones, aun dentro de esa magia necesaria para recrear mundos imaginados sin perder la capacidad para llamar a las cosas por su nombre, es alguien cuya lectura vale la pena. Os recomendaría buscar entrevistas suyas y leerlas con detenimiento, os sorprenderá sin duda. (Yo no puedo dejaros enlaces porque mi nueva versión de Windows aún es demasiado extraña).


Pues bien, en la lectura de Aranmanoth, me encontré con una escritora que a lo largo de 191 páginas me ofreció una escritura hermosa, no exenta de hondas reflexiones acerca de la condición humana y de la naturaleza. Debo admitir que la historia termina de un modo que no imaginaba y que invita al lector a efectuar una honda reflexión. En una parte de la narración se dice que nada está más privado a los jóvenes por parte de sus mayores que ser felices; porque ser inmensamente feliz parece estar contraindicado desde la edad adulta cuando se es adolescente y se está enamorado. Creo que el final del libro le termina por dar la razón.


Es un libro que posee el don de arrastrar al lector al lugar donde suceden los hechos, de llevarle de la mano por las costumbres del medievo y adentrarlo en los corazones enamorados de dos jóvenes que aún ni saben que se aman. Tal es su pureza.


Así es el libro que cuenta la historia de Aramanoth y Windumanoth, el joven de los cabellos de espigas y la joven de cabellos como racimos de uva. Recomendable sin duda.

viernes, 20 de junio de 2014

Ordenadores desmemoriados que todo borran


Una avería de ordenador me ha tenido apartada del blog, pero en todo este tiempo no he dejado de pensar en todo lo que guardamos a diario en el ordenador, con la esperanza de tenerlo guardado para siempre. Sucedió que perdí algunos relatos cortos, aún pendientes de una última revisión, cómo no. Muchas fotografías de momentos familiares irrecuperables y de paisajes o detalles que alguna vez por alguna causa llamaron mi atención. Entre ellos estaba la portada de un libro, por fortuna sé donde buscar ese paisaje de nuevo, pero la luz no es siempre la misma y quizá no haya tanta suerte en la siguiente ocasión. En estos días de pensamientos, hubiese llenado páginas enteras con todo cuanto rondó mi cabeza en cuanto a lo que guardamos en la memoria frágil de un aparato, que lo mismo que nosotros, de buenas a primeras puede perder la razón. Eso fue lo que ocurrió y en este caso recuperar esta información me hubiese costado 500 euros, la pregunta es si todo cuanto guardaba tendría ese precio; por supuesto, ese precio y otro mayor, pero a la pregunta de si era lo más necesario en este momento, tuve que responder que no. Y entonces a un precio mínimo me lo devolvieron arreglado y desmemoriado, lo cual me trajo de nuevo a las cosas necesarias que siempre postergo, como un revelado de las fotografías que no quisiera perder nunca, por una avería repentina que borre todo.

En este momento dejar este lugar tal y como está, sin aparecerme de nuevo ya no sería un drama, pues de alguna manera siento que cumplí con ese cometido que tenía al abrirlo. Creo que hay muy poco, incluso siendo yo, que pueda decir. Mis sueños de publicar un libro se han ido durmiendo, así como mi necesidad de escribir. Tal vez la vida diaria y la realidad necesitan otras áreas de mi cerebro despiertas y así las mantienen, dormitando esa otra parte de la memoria precisa para crear. No me quejo, disfruto el momento que tantas novedades me aporta y soy feliz en la medida en que este país nuestro nos deja, a todos los que seguimos esperando que esto mejore.

Ayer se coronó Felipe VI, no seguí de cerca la coronación por el desgaste televisivo de la noticia con la que vienen bombardeando durante semanas, pero sí escuché algunas partes de su discurso y me pareció coherente con alguien que ha elegido como esposa a una mujer del pueblo llano. Creo que tal como anunció se abre otra etapa, con otras prioridades, entre ellas la de conseguir trabajo para la juventud y ayudar a la gente más necesitada de ayuda. Me quedo con eso y confío en que la sensatez le acompañe en todo su reinado, que aunque soy plebeya, aún sé distinguir a alguien cuando está preparado para ocupar el lugar designado.

Algo que de muchos políticos presentes en ese acto, o de otros invitados, nunca podré decir.










 

jueves, 5 de junio de 2014

Vestirme solo para mí

Cuando camino por la calle en fin de semana, suelo fijarme en la gente joven, ellos cómodos en sus tejanos y playeros anchos; ellas alzadas sobre sus tacones, asfixiadas en sus maquillajes a lo chica Disney, con sus blusas y vestidos incómodos revestidos de tules. Hay algo que me chirría en la imagen de ellas, una especie de plasticidad que busca vestirse para gustar, casi una huida de ellas mismas para semejarse a lo que a ellos les gusta -les parece gustar-, con la única brújula de la televisión y de algunas revistas diseñadas para las jóvenes de su edad. Revistas llenas de publicidad directa e indirecta, que después camina sobre sus tacones transformada en eso que vemos ante nuestros ojos. Eso que no termina de encajarnos para su edad.

Si bien, cada vez más, uno se encuentra a esos chicos que ven lo mismo y leen lo mismo; cejas depiladas y pelo engominado, ropa incómoda de solo mirarla; hay tanto metrosexual por metro cuadrado que tal parece que vaya a extinguirse el hombre de verdad. Aquel que nunca tuvo en mente depilarse, ni vestirse para gustar, que solo buscaba ser aceptado tal como era por naturaleza.

A veces incluso me pregunto en qué momento eso de mostrarse tal como somos comenzó a ser mal visto entre la gente joven, por eso celebro que alguien decida volver a la normalidad.

Así lo cuenta


martes, 3 de junio de 2014

Y el tiempo habló...

Hace dos años abandonó a su mujer y a sus dos hijas para irse tras un amor de juventud. Su mujer besaba su retrato cada noche rogando por su regreso. Y vivía frustrada de solo pensar que la hubiese cambiado por aquella mujer ordinaria y hosca. Pero lo que no le perdonaba era que se hubiese olvidado de sus hijas y que aquellos veinte años de casados de repente no significasen nada.

Después de dos años volvió a llamarla, para contarle que había pillado a Carmela con otro y para decirle que quería recuperarla. Él solo escuchó sus risas a través del celular y un "tienes lo que te mereces", después el silencio y la nada. Con ello se conformó sabiendo como sabía que ella estaba feliz con su novio, ese que conoció cuando una costra de olvido vino a posarse sobre los años oscuros de su memoria.

Conclusión: cuando abandonas el barco y te olvidas, te das cuenta de que pese a todo; tu barca flota.

sábado, 31 de mayo de 2014

Curiosidades del mundo literario

No tengo novedades en este caso, mis sueños siguen aparcados y me gusta pensar que si la vida tiene decidido que publique una novela que pueda mostrar al mundo en un futuro, me ha colocado en el lugar donde se fraguará. Por otros motivos distintos, a qué negarlo, pero en cualquier caso estoy trabajando y conociendo gente maravillosa, con historias a sus espaldas que jamás escuché y a las que presto mis oídos al tiempo en que también me prestan sus oídos y escuchan las que yo quiera contarles. Es una etapa feliz, que me aporta mucho aunque no sea en un sentido literario, que también, puesto que no se necesita escribir bien para contar una buena historia o resumir una vida. Cerca de mí hay una señora mayor a la que admiro muchísimo, que ha trabajado muy duro desde niña y cuya presencia es como una enciclopedia abierta, no por estudiada sino por inteligente, que es algo que valoro mucho más. Y por una vez en mucho tiempo no me importa no poder casi escribir, siento que la vida se escribe en vivo y en directo y que solo hay que escuchar y observar; todo lo necesario ya está ahí y no viene en letra impresa ni en palabras que se quieran transcribir. Es hermoso poder retener grandes historias porque aquel que te las cuenta confía en ti. Y qué bonitas lecciones encierran.

Pero me estoy dispersando, pues hay una entrada que quiero compartir, habla del mundo literario y sus trucos, algunos que antes solo intuíamos y ahora sabemos que es cierto que se usan por ahí.


viernes, 30 de mayo de 2014

Alejandro Fernández en Gijón ¡el 16 de julio!

Bien, tal y como intuía era solo cuestión de tiempo que se añadiese una de las grandes ciudades asturianas al Tour Confidencias y lo supe porque me enviaron una foto del cartel que pusieron en la villa marinera. A veces a mi edad puedo comportarme como una adolescente insoportable y juro que me porté como tal, cantando y bailando por toda la casa. Confieso, ya que el título del disco es confidencias, que mis hijos me miraron mal, pero yo les deseé que tengan algo de lo que ilusionarse de tal forma a mi edad; así conseguí que me dejasen en paz, tal vez concluyendo que es mejor verme contenta que enfadada.

¿Qué más podría decir? pues que no se lo pierdan y si lo hacen que no dejen de escuchar su voz y las letras de sus canciones que siempre tienen tanto que contar. A día de hoy es muy sencillo con solo entrar YouTube, os dejo una de mis preferidas a modo de muestra, así para celebrarlo, porque el 16 de julio cantará en otra de mis villas marineras preferidas y si puedo voy a estar ;)

Alejandro Fernández ...en breve de gira por España


miércoles, 28 de mayo de 2014

Todos podemos ayudar

Hay muchas formas de conseguir ayudas que otros necesitan, hoy una persona de total confianza me ha mandado este vídeo con una petición, hacerlo llegar lo más lejos posible en las próximas 24 horas porque una fundación les donará euros en forma de ayuda por su visionado. 

Ahí va, solo es necesario mirar y escuchar


Anonadada sigo

Anonadada sigo, si los últimos resultados electorales me han dejado con los ánimos por el suelo, a qué negarlo, las noticias que escucho a veces consiguen dejarme en idéntico estado. El titular de ayer, así de repente, tal como llega un rayo y quema todo a su paso, venía a ser este: "Subiremos de nuevo el precio del tabaco y lo subiremos lo suficiente como para que la gente se deje de matar fumando".

Suena a chiste, lo sé, pero lo peor es que no lo es y que no hace falta ser muy inteligente como para saber que esta política ya se lleva aplicando desde hace mucho, muchísimo tiempo en este país que todo lo resiste, o al menos lo parece.

-Subiremos el precio de los gasoleos y los subiremos lo suficiente como para que la gente se deje de matar conduciendo.
-Subiremos el precio de los comestibles y los subiremos lo suficiente como para que la gente se deje de matar comiendo.
-Subiremos el precio de los medicamentos y los subiremos lo suficiente como para que la gente se deje de matar curándose.

Se me ocurren tantos ejemplos que lo dejaré aquí para que podáis añadir alguno de vuestra cosecha, los hay por todas partes, solo hay que buscarlos. A veces ni eso. Pero no vamos a pensar ni por un segundo que quien de verdad tenga la enfermedad del tabaco dejará de fumar porque le suban el precio ni aunque sea desorbitado. En todo caso dejará de comer porque no ganará lo suficiente para fumar y comer y se morirá antes...eso si es pobre; si es rico podrá seguir fumando y comiendo con absoluta tranquilidad que es lo que en verdad importa a quienes hacen este tipo de cábalas.
¿O no?



lunes, 26 de mayo de 2014

Anonadada me hallo

Parecería que no es posible, pero cuando llegan los resultados, la primera reacción es que no te lo puedes creer. La segunda es que definitivamente, aún viviendo dentro del mismo país, las personas viven dentro de distintos mundos. Por mucho que buscas no encuentras otra explicación que aquella de que jamás elegirán lo mismo siervos y amos. Unos gozan de sus ilimitados privilegios mientras los otros se desgastan las manos trabajando. Definitivamente concluyes que viviendo de formas tan diferentes no pueden verse las opciones de la misma forma.

El día se presenta lluvioso, el orbayo insistente siempre se me antojan lágrimas que algún dios mayor no puede reprimir. Hoy inclusive más. Y en medio de este resultado increíble aún para mi única neurona medio chafada concluyo que a partir de hoy siempre acudiré a votar pese a todo, porque esconder mi voto en una urna es mi forma de gritar y puede que mi voto esté gritando fuerte en la oreja de quien ganó.
...O también puede que padezca de sordera...



sábado, 24 de mayo de 2014

Por favor: Vota

-Por quienes perdieron su vivienda al no poder hacer frente a los pagos: vota.
-Por los niños que acuden al colegio cada día sin haber cenado y sin desayunar porque sus padres no tienen qué darles: vota.
-Por los dependientes que han perdido las pocas ayudas que les otorgaban: vota.
-Por los inmigrantes que arriesgan su vida, intentando traspasar la frontera de nuestra forma de vida, ante la indiferencia de tantos: vota.

Vota: te sobran los motivos para dejar la desidia y salir a votar, si no por cambiar tu realidad por cambiar la de tantos que a lo largo de los días has visto peligrar de alguna manera desde los diarios. No te hagas ajeno a su realidad y elige la que creas la mejor opción, si no por ti, por ellos. Aquellos que tal vez sin tu voto pierdan tanto, aquellos que tal vez con tu ayuda puedan conseguir un futuro digno y una vida mejor.

No te quedes de brazos cruzados mañana y por favor: vota. Juntos sería viable conformar otra realidad. Que nadie nos robe el sueño de depositar en una urna nuestra confianza de que la vida puede ser mejor para quienes aún nos necesitan. 

Sal a votar.

viernes, 23 de mayo de 2014

La vida se sigue contando a cada instante

Obsesionarme con la escritura hasta el punto de no avanzar porque no doy ni una palabra por válida, siempre la sustituyo por otra que vale más. A eso me he estado dedicando en los últimos años, ¿el resultado?, que la obra nunca termina de avanzar, sigo estancada en la misma parte que cuento, recuento y vuelvo a contar; sin terminar de verla perfecta.

Visto desde el ahora es un agotamiento, lo sé, tal vez he desperdiciado oportunidades buenas de dar mis obras a conocer, ¿me arrepiento?, no; tal vez en el fondo esas obras nacieron de la única forma que conocía de dar mi punto de vista o mi opinión. Y tal vez esté tomando el camino fácil desde este blog. ¿Es mejor o es peor esta opción?, quién sabe. ¿Resta o suma?, a saber. Lo que está claro es que consume menos tiempo porque aquí si hay una norma es la rapidez de edición, volvemos a la duda de si es bueno o malo. Depende. Al final todo es subjetivo de ser una cosa u otra en función de quien lee. 

Bien, resulta que mientras perseguía este sueño loco de escribir y publicar novelas, la vida me salió al paso poniéndome en bandeja la oportunidad de trabajar en un restaurante, accedí a ello porque pagan bien y porque en los restaurantes la vida sucede mientras se hilvanan historias reales. Esté donde esté, un escritor no puede dejar de serlo, de modo que tendré menos tiempo para escribir historias fabuladas y más para asistir a historias reales. Es emocionante rejuvenecer, a ello me refiero con volver a ocupaciones de cuando eras joven; adolescente si fuésemos concretar. A solo un día del comienzo me siento joven, acumulo nervios y una alegría profunda de tener por unas horas un trabajo en el que puedo superarme, solo cruzo los dedos para no chafarlo con el perfeccionismo que estrangula a fuerza de obsesionarse hasta las trancas por mejorar.

Quizá lo importante en escritura sea contar con fluidez, sin retocar tanto la historia como para que se acartone entre tus manos, hasta el punto de dejar de interesarte escribirla; ya sea porque has conseguido resolverla al detalle y ya te aburre, o porque en tu cabeza es tan perfecta que llevada al papel nunca se igualará. Ahora solo piensas en que te sobran años para seguir intentándolo, aun cuando no sabes si tal atrevimiento ha de ser verdad. En cualquier caso y para quitarle dramatismo te dices que las historias rondan por todas partes, ya sea en la vida fabulada o en la real y que lo importante de veras es que todo lo que hagas lo hagas con entusiasmo; lo demás se andará.

A solo unos metros de tu rincón preferido te llaman de un restaurante para trabajar, como si las señales del mundo sintonizasen de pronto tu frecuencia para mostrarte nuevos retos, esos que sin duda aprovecharás =) 

domingo, 18 de mayo de 2014

En una semana

Votaremos a quienes queremos que dirijan nuestro país, este que cada día va separando más la brecha entre unos y otros. Nos llenan el buzón con las promesas que después serán incumplidas, mirarán para nosotros quienes después nos ignorarán aún teniendo la fiel estadística de nuestras vidas. Mientras llenan de carteles gigantes nuestra ciudad, haciendo más invisibles las delicadas flores que adornan patios y balcones.

Y entre todo ese montón de cartas que llena el buzón echas de menos saber qué contiene el programa de ese partido al que votarás estando harto como estás del eterno bipartidismo. Sabiendo que aunque no llegue a tu casa lo buscarás en la red, porque aún queda una semana para creer posible salir de este infierno en que los unos valen más que los otros y tienen más derechos o más facilidades para combatir en la lucha diaria que de un tiempo a esta parte se ha tornado la vida. Vuelves a repetirte que ya desde niña odiabas a los monstruos con dos cabezas, que en el fondo hacen lo mismo o muy parecido, te dices que tal vez todo podría darse la vuelta por esta vez.

Solo quedan siete días y estás segura de saldrás a votar por otra forma de vida más equitativa, mientras te preguntas qué es lo que harán los demás.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Entre este mundo y el otro

Son curiosos los sueños, incluso a veces son capaces de mostrarnos una realidad que antes desconocíamos. Que alguien sea capaz de soñar a un Gabo vivo, cuando todos siguen hablando de su muerte, me gusta. Que sea la segunda vez que se aparece en el mundo onírico de alguien creo que quiere decir algo.

Comentar en su blog, por eso del nuevo formato se me hace más complicado, traer a mi espacio algo que me gusta sigue siendo muy sencillo; de modo que además de traerme su entrada, desde aquí quiero darle a Guille mis respuestas:

Quizá en ese mundo que sueñas Gabo quiera hablarte de Carmen Balcells, que es la mujer que publicó muchos de sus libros. En internet puedes encontrar algunas entrevistas que le hicieron, interesantes sin duda. Quizá intenta decirte que debes hacerte visible para esta mujer. Es solo una ocurrencia, claro; algo que ya se me ocurrió leyendo tu otro encuentro, de cuando aún estaba vivo.

Lo del libro de Lope de Vega, yo creo que pudiera indicar que en esa historia se encuentra algo que tú andabas buscando, lo que sea, de modo que te recomendaría posponer lo que quiera que estés haciendo y leerlo. Yo creo mucho en esos sueños llegados desde otra realidad y hay alguno que tuve hace 25 años y aún recuerdo, en él una mujer me decía que en breve estaríamos juntas otra vez, que se encontraba feliz donde estaba y que no me preocupase por ella porque podríamos compartir mucho tiempo juntas. Para entonces llevaba meses fallecida y fue un sueño tan bonito que aún de vez en cuando me pregunto quién de mi vida diaria será. Es una sensación tan especial pensar que puedo tenerla al lado que incluso la muerte comencé a verla de distinta forma.

Por mi parte cuando termine de leer El beso más pequeño de Mathías Malzieu - adoro su forma de escribir-, buscaré el libro de Lope de Vega; justo por eso, porque creo en los mensajes codificados llegados desde otro mundo. También te recomiendo El viaje a la semilla, de Dasso Saldivar, para conocer un libro inolvidable centrado justo en quien te visita. Reconozco que de todas las historias de Gabo -del que aún leí muy poco- la que más me gusta es la protagonizada por él mismo dentro de este libro.

Os dejo la entrada de Guille y siendo sincera, le envidio. Si es posible pedir cita previa me pido una visita de esas ;-)

lunes, 12 de mayo de 2014

Ejemplos de superación

Hay momentos en la vida en que todo parece determinar tu camino, pero hay algo que puja por salir, que no es otra cosa que lo que en verdad está dentro de ti, aquello que lleva impreso no el ADN familiar sino el propio. Lo que sin haberlo elegido, eres.

Por lo que vengo observando hay algo común en el escritor, un sentir que pertenece a otro mundo del que nadie le ha hablado, que tal vez se ha escapado de sus años de pleno disfrute como lector. Creo que no exagero si digo que para cada escritor lo más complicado es hacerse entender por su entorno y que necesita la comprensión de quienes tiene más cerca. O a falta de comprensión, el amor de permitirle desarrollar las horas necesarias que precisa su trabajo solitario, ese que nadie le manda, pero sin el cual nada a su alrededor tiene sentido. A veces ese apoyo lo tiene o lo tiene, pero el escritor que lo es desde su propio ADN, busca la fórmula que le permita su escrito diario; el que le complementa y sirve de balanza equilibradora del mundo. Tan imprescindible para él como la nutrición.

Os dejo una muestra que tiene por protagonista a Alejandro Laurenza

sábado, 10 de mayo de 2014

Hora de abandonar o de comenzar en serio

De un tiempo a esta parte me pregunto más que nunca si es hora de dejar este sueño de escribir o de comenzar a hacerlo de la forma en que requiere. Cada vez soy más consciente de que escribir no es un sueño, es un trabajo, si se quiere hacerlo bien hay que formarse y estar inmerso en un continuo aprendizaje, que también tiene mucho de voluntad.

Es una inversión de tiempo que si se utiliza para ello restará para lo demás y a veces los demás son muy exigentes con nuestro tiempo, más si se es mujer, porque las tareas que nos caracterizan a lo largo de la historia nos esperan a nosotras; de tan aburridas ni las voy a mencionar, las sabemos de sobra.

No sé lo que opinaréis, a mí me gusta ser libre para decidir qué escribo y cómo lo hago; pero sé que sola no puedo, que necesito ayuda profesional. Solo quienes nos exigen ser mejores logran que lo seamos, eso en todos los campos. En este momento, no sé para cuando, opino que necesito ingresar a este lugar:

Por si no lo conocéis, lo comparto, tal y como me decían de pequeña, el saber no ocupa lugar.

jueves, 8 de mayo de 2014

Mirando con lupa alrededor

De un tiempo a esta parte Margarita se dedica a apuntalar su tesis de que la ley no es igual para todos. Un día tras otro lo constata en las noticias, te muestra claros indicios y te anuncia que de momento dejará sus sueños en barbecho.

 -Así no se puede soñar.
-Deberías dejar de obsesionarte con eso- le dices-. La vida siempre fue así.
-Pero a mí me deprime de una forma que no te podrías imaginar.
-Ya, pero a nadie le arregla nada tu depresión. Es una etapa, al final todo cambia.
-No. Lo malo es que nada cambiará.
-Puede, pero no debemos ir perdiendo la esperanza. Ella es todo lo que nos sostiene...

De un tiempo a esta parte tiemblas cada vez que Margarita dice que se pasará por tu casa a verte. Te dices que no se debería quejar, porque a ella nada le va mal. Intentas animar todos sus días ofreciendo cada día una sonrisa recién comenzada, y al cabo puedes hacerlo porque tienes vida.

Cuentas marcha atrás todos los días que desde hoy pueda tardar en dejar atrás esta etapa de lamentarse por la situación del mundo. La esperas con ilusión porque al menos ella puede formular en voz alta todas las quejas que para otros son puro conformismo. Apuras los rayos de sol antes de que ella llegue cargada de nubes negras, con ellos, llenarás sus bolsillos antes de que se vaya, a escondidas de la misma primavera de tallos en flor.

sábado, 3 de mayo de 2014

Dichosas cookies

De un tiempo a esta parte cada página que consulto avisa de que la página web que visito hace uso de las cookies para facilitar la navegación. Tengo un empacho de cookies que ni os cuento. En general empieza a cansarme bastante este mundo internáutico cuyas terminologías no entiendo, creo que es un síntoma inequívoco de que en cierta medida me estoy cansando de todo lo que nos controla, no sé. El caso es que hoy es mi propio espacio, Días de lluvia, el que avisa de eso, de que hace su propio uso de cookies. ¿Dónde está la tecla que me permita quitarlo? De momento no lo entiendo y solo acuso el cansancio de que se nos controle tanto y nos lancemos de lleno hacia ello.

Creo que no hace falta que diga que soy de pueblo y que cada vez estoy más contenta de vivir rodeada de naturaleza, aquí donde casi todo es silencio. Rumor de ríos, irrupción de flores silvestres que crecen lentas lo mismo que el tiempo, trinar de pájaros por doquier, verdes campos; frondosos árboles, nubes que se dibujan y desdibujan todo el tiempo.

Dichosas cookies, dichosa forma de controlarnos todo el tiempo, que no sé de qué modo se detiene; luego me quejo.

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lunes, 28 de abril de 2014

Aprender es insistir




Eso resolví después de conseguir añadir letras a una fotografía tomada hace unos meses en uno de mis rincones preferidos del Cabo Peñas. Lo de añadir letras lo conseguí, pero ponerlas abajo a la derecha que era donde quería, no hubo forma.

Ese día el sol irradiaba con tal fuerza que dejó unos bordes como de pintura, adelantando un verano que parece teñirlo todo de alegría y que ya puede intuirse desde aquí.


viernes, 25 de abril de 2014

En el caso de mi muerte...

Me hubiese gustado que la paz
se hubiese hecho entre los países
y morir entre tus brazos,
no en este evitable ristre

Me gustaría que el sol
se filtrase por la ventana
mientras aferrado a tu mano
te digo que hasta mañana

Me gustaría decir
que en el caso de mi muerte
te lo dejo todo a ti,
y decírtelo de frente

Pero estoy en esta guerra
temblando de miedo y frío
con hambre en el estómago,
y mucha más de los míos

En el caso de mi muerte
no quisiera estar aquí
sino en mi pueblo bendito,
en mi casa y junto a ti

Todos en paz como hermanos
hermanos todos en paz,
en el caso de mi muerte
nada desearía más.


Pd: Surgió de aquí:

"En el caso de mi muerte..." Los testamentos de los soldados de la I Guerra Mundial



jueves, 24 de abril de 2014

Estoy barriendo el desierto

De entre todas las cosas que tuve que oír por parte de mis hijos -hay que tenerlos para saber que siempre serán nuestros mayores críticos porque son quienes más tiempo dedican a observarnos, aunque tal vez nunca lleguemos a agradecerlo-, anteayer escuché la que más me impactó, justo eso, que mientras recorro incansable mis archivos intentando terminar a mi gusto una novela, me dedico a barrer el desierto.

No me quejo, porque quejarse no conduce a nada, pero no dejaré de escribir básicamente por dos causas, la primera, porque mientras recorro incansable mis archivos creo que otra forma de vida es posible, una en la que los dirigentes puedan dirigir bien el mundo, esto es: hacer más agradable el mundo en el que todos vivimos, algo que solo es posible si todos tenemos los mismos derechos: al trabajo, a un salario digno y a la sanidad; en el mundo entero, claro. Y otra es que mientras escribo intento superarme todo el tiempo, en mi propio intento de poder hacer visible esa historia a la que dedico tantas horas que no me sobran. A la pregunta de si seré capaz de hacerlo, creo que no importa, que soy feliz mientras lo hago y que con eso cumplo conmigo y con los demás. Vuelvo plena de felicidad al mundo después de ello.

Ahora pasaré a enumerar algunas de las muchas veces que en verdad barro el desierto (Ya no es que barra en el desierto, lo cual sería barrer un trocito, no, es que barro el desierto entero, algo tan agotador como inútil; esa imagen me agota):

- Cuando intento ver algo bueno en televisión y solo emiten programas casposos en los que la gente chilla, patalea, miente, y además cobra una pasta gansa sin aportar nada que sirva a la sociedad. Lo único bueno es que puedes accionar un botón y mandarlos a la porra, vayan juntos o revueltos.

-Cuando voy a la compra y los precios de todo han vuelto a subir y mi sueldo vuelve a quedarse tan pequeño. Algo que quienes manejan las estadísticas generales saben que ocurrirá pero no pierden el sueño.

-Cuando recojo la casa en la que vivo una y otra vez sin resultado alguno porque quienes viven conmigo vuelven a dejarla como una leonera, como si mi tiempo y mi energía fuesen inagotables y no me restasen minutos de hacer lo que en verdad prefiero. Que por lo que parece es barrer el desierto.

-Cuando sé lo cerca que están las elecciones y escuchando a unos y a otros, todos me dan tanto miedo, porque en cuanto ganen por mayoría volverán a tener el poder de hacer con mi vida lo que les de la gana. Con subir los precios o bajarlos tienen el poder de hacernos felices o desgraciados; variando las leyes, ya ni te cuento.

Podría hacer una lista tan larga que no quedase pantalla para abarcarla, pero este lado del desierto me aburre, me voy al otro, aquel en el que se supone que he de vivir todo el tiempo ;-)



martes, 22 de abril de 2014

Verbo retuitear

Es gratificante que un libro que te gusta traspase las fronteras para llegar hasta nuevos lectores y conseguir emocionarlos en su propia lengua. Son muchos los libros, pero hoy se celebra este:

DERRIÈRE LES MASQUES, la edición francesa de BUSCA MI ROSTRO. Lanzamiento el 5 de mayo de 2014. Mon nouveau...

sábado, 19 de abril de 2014

En días como hoy:

Sabes que tu guerra está perdida, que jamás debiste apostar por ella.
Sabes que los sueños no están para cumplirse, sino para ocupar un espacio.
Sabes que la vida es un caminar hueco que precisa de un constante esfuerzo para seguir adelante.
Sabes que haces lo correcto y que es todo lo que harás durante tu vida, y que a veces odiarás hasta la muerte hacer todo lo que es correcto cuando los demás hacen lo que les viene en gana todo el tiempo.

En días como hoy te preguntarás qué cosa decidió que seas la clase de persona que eres, y no lo sabrás, ese algo, lo que sea, sabe por qué y deberás conformarte con que así sea.
En días como hoy solo algunas frases dan sentido a tu existencia, las buscas, las lees, las atesoras, las inventas...y solo la palabra impresa, como siempre, es tu compañera.
En días como hoy, se escucha el eco de un recordatorio importante: "Recuerda que por cada minuto de enfado perdemos sesenta segundos de felicidad".


viernes, 18 de abril de 2014

Ofrecer tus libros gratis, si lo quieres

Es algo que me llevo planteando desde hace tiempo, de momento no tengo libro que ofrecer, lo siento, porque si los miro con lupa - que es en lo que estoy- no los considero lo bastante buenos. La realidad me gusta como la ensalada, cruda.

No voy a extenderme en lo anterior porque lo que hoy quiero compartir a través de este lugar es la respuesta a algunas preguntas que hace tiempo me vine planteando y afianza algunas conclusiones a las que había llegado ya. Y nada que pueda aportar lo supera.

Ofrecer tus libros gratis si lo quieres es posible, hay una plataforma para ello que no obstante no impide su venta. Aunque lo importante sigue siendo que para ello hayas terminado el libro; es la parte que no cambia. Estar o no estar depende del trabajo acumulado y es la parte que nadie puede hacer por ti, si es que quieres que lleve tu nombre en la portada, claro.


miércoles, 16 de abril de 2014

Cambio de planes

A veces, de repente te propones buscar una meta diferente, sabes que no tendrás tiempo para escribir tanto como escribías, manejas los pros y los contras, vencen los pros y te apuntas al nuevo reto. Pasa el tiempo y no tiene nada que ver con la escritura pero te libera. Te llena, sirves para ello, te motiva y además suma. No tienes tiempo para escribir, pero de alguna forma esta nueva ocupación llena ese vacío que antes llenabas escribiendo y es menos agotador.

De vez en cuando abres viejos archivos y corriges, encuentras viejos personajes que te siguen transmitiendo lo mismo y siguen siendo igual de importantes para ti, sabes que están dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario a que estés preparada para enviarlos a un corrector que revise lo que no casa en el texto, y te dices que tal vez por sí mismos ni lo consideren necesario, que tal vez se han asomado a tu mente para ofrecerte ese refugio afectuoso para cuando quieras compartir junto a ellos un ratito en que soñar otras vidas que se pueden conducir a capricho, aunque tampoco se puedan, porque viven anclados a su propia conexión de realidad.

A veces cambian los planes del presente para cumplir esos planes del pasado que también fueron importantes y que llenan, que además son compatibles, restan tiempo pero condensan los verbos, porque a veces tener mucho tiempo para dar vueltas a las cosas las corrompe. Porque a veces releer o reescribir es más importante que escribir: cerrar ciclos, finiquitar escritos, borrar, lanzar a la papelera virtual copias jamás impresas. Hacer balance, aligerar equipaje, introducir nuevas guías, a veces ello es posible cuando dejas entrar en tu vida con una sonrisa un cambio de planes.

lunes, 7 de abril de 2014

El aire que respiras, de Care Santos

Este libro de 585 páginas me ha venido acompañando desde el 20 de Febrero hasta hace unos días, no he podido leerlo con la continuidad que se hubiese merecido pero se ha portado bien, ha sido una travesía amena y especial; también una clase literaria divertida. Lo que sucede entre sus páginas abarca todas las temáticas posibles e incluso las improbables, hay vivos y muertos, buenos y malos, antiguos y modernos, amén de toda clase de circunstancias.

A la propia autora le preguntaban un día en la presentación de qué iba el libro y no supo cómo responder, me sorprendió cuando lo dijo, pero me sucede lo mismo ahora, si alguien me pregunta de qué va el libro yo respondería que de la vida misma. Trata de todos los temas habidos y por haber en una Barcelona invadida por las tropas napoleónicas, un mundo que comienza a relatarse desde el pasado hasta la actualidad con la misma maestría con la que también fue narrada Habitaciones cerradas; si bien son dos libros que tratan temáticas diferentes hay en la línea de lectura un eje común, instruyen a la vez que divierten. De momento este libro que tengo al lado pertenece a la biblioteca, pero sé que un día me haré con mi propio ejemplar porque es un libro para tener y mimar.

Es una historia con muchísimos personajes y escenarios, debo admitir que en un momento de lectura cuando apareció una nueva monja creí no poder ya más, pero dicha monja era una de las protagonistas, que estaba dentro de ese convento por circunstancias que no voy a revelar. Y otro momento en que un coleccionista de libros viene aportando tantos datos que casi me asfixio, pero seguí adelante con la lectura porque estaba ante un muy buen libro que me contaba una historia que forma parte de la Barcelona del pasado, esa de la que no sabía nada y de la que a través de estas páginas ahora sé mucho más.

Es uno de los mejores libros que he leído, ni menos ni más, algo que como lectora me deja muy contenta, pero como eterna aspirante a escritora me aleja un poco más de ese remoto sueño. Algo que por todo cuanto he disfrutado le puedo perdonar a ella y a otros escritores de su talla. Sin resentimiento alguno puesto que es mucho más sencillo leer que crear y a veces más gratificante incluso.

Os dejo una fotografía del libro rescatada de otra reseña, así para completar:

http://www.revistakritica.com/2013/03/resena-el-aire-que-respiras-de-care.html#.U0JNRfl_s2g

viernes, 4 de abril de 2014

Hacer, deshacer, creer y no creer

Unos días me levanto
y tiro mi sueño a la papelera,
me parece tan inalcanzable
que lo aparco para que no duela.

Otros días me levanto
y lo comienzo desde cero
porque todo está en mi memoria
lo lustro, lo saboreo

Unas veces lo creo posible
otras imposible y majadero
pero sin darme cuenta
lo mimo, lo cuido, lo señoreo

Y pese a todo sonrío
porque sé que tengo un sueño
que hago y deshago a mi antojo,
hecho de calma y de viento









jueves, 3 de abril de 2014

Escribir como tabla de salvación

Hay cuentos que marcan tu infancia. Al menos cuando tu casa está repleta de los libros suficientes para que puedas llegar a aprender que muchas de las lecciones importantes de la vida se encuentran entre sus páginas. Luego creces y te enteras de que quienes supieron crear para ti ilusiones maravillosas no necesariamente tuvieron una vida perfecta.

Entonces sus cuentos y sus historias son mucho más valiosos para ti. Y les admiras más.

Es el caso de Andersen

miércoles, 2 de abril de 2014

El hombre que susurraba al oído de los caballos, de Nicholas Evans

Hace años, cuando solíamos grabar en vídeo las películas para verlas con calma, grabé la película que se hizo basada en este libro de Nicholas Evans, después me gustó tanto que quise compartirla con unas buenas amigas. Una de ellas me contó que la tarde en que planeó verla con su madre, ella le advirtió que si se quedaba dormida viéndola, la dejase dormir.
-¿Dormirse? Anda ya, ninguna de las dos pudimos quitar los ojos de la película. Nos encantó.

Como tantas veces, no recuerdo si leí antes el libro o vi la película, creo que lo primero. Años después me hice con el libro en una librería de viejo. Me encanta tenerlo en mis estanterías junto a todos los libros que adoro.

Esta entrada de otro blog me lo recordó.

 AQUÍ os la dejo.

lunes, 31 de marzo de 2014

Adolescencia Rota

Hace días me sorprendían las palabras de esta mujer, en un programa de televisión que estaba viendo. Más tarde supe que había escrito un libro contando su historia, tal vez como una forma de traspasar todo ese dolor. Indagando en internet, que todo lo sabe, supe que su libro está en Amazon. Se titula Adolescencia Rota.

Tal y como digo, indagando, supe que esta mujer tiene un blog, así como también tiene una historia, que es la que cuenta en ese libro que ha publicado. Es una historia triste, la de una madre que ve como su hijo se hace adicto a las drogas hasta el punto de ir perdiendo todo cuanto tiene.

El blog es este