La pobreza infantil sigue aumentando, los bancos de alimentos se quedan vacíos, los sueños se escabullen por debajo de la puerta, las maletas alejan a las familias que no pudieron sobrevivir a esta crisis. Los desahucios dejan las casas sin risas y a sus dueños viviendo sin un techo sobre sus cabezas.
Y en consecuencia las mujeres han dejado de parirle hijos al mundo. Y los hombres buscan cualquier trabajo que aún no llega.
Y saltan voces de culpables que posiblemente sean juzgados como inocentes. Y el mundo sigue girando, chirriando en su eje oxidado, que tal vez un día se quiebre.
Y en consecuencia las mujeres han dejado de parirle hijos al mundo. Y los hombres buscan cualquier trabajo que aún no llega.
Y saltan voces de culpables que posiblemente sean juzgados como inocentes. Y el mundo sigue girando, chirriando en su eje oxidado, que tal vez un día se quiebre.
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