Obsesionarme con la escritura hasta el punto de no avanzar porque no doy ni una palabra por válida, siempre la sustituyo por otra que vale más. A eso me he estado dedicando en los últimos años, ¿el resultado?, que la obra nunca termina de avanzar, sigo estancada en la misma parte que cuento, recuento y vuelvo a contar; sin terminar de verla perfecta.
Visto desde el ahora es un agotamiento, lo sé, tal vez he desperdiciado oportunidades buenas de dar mis obras a conocer, ¿me arrepiento?, no; tal vez en el fondo esas obras nacieron de la única forma que conocía de dar mi punto de vista o mi opinión. Y tal vez esté tomando el camino fácil desde este blog. ¿Es mejor o es peor esta opción?, quién sabe. ¿Resta o suma?, a saber. Lo que está claro es que consume menos tiempo porque aquí si hay una norma es la rapidez de edición, volvemos a la duda de si es bueno o malo. Depende. Al final todo es subjetivo de ser una cosa u otra en función de quien lee.
Bien, resulta que mientras perseguía este sueño loco de escribir y publicar novelas, la vida me salió al paso poniéndome en bandeja la oportunidad de trabajar en un restaurante, accedí a ello porque pagan bien y porque en los restaurantes la vida sucede mientras se hilvanan historias reales. Esté donde esté, un escritor no puede dejar de serlo, de modo que tendré menos tiempo para escribir historias fabuladas y más para asistir a historias reales. Es emocionante rejuvenecer, a ello me refiero con volver a ocupaciones de cuando eras joven; adolescente si fuésemos concretar. A solo un día del comienzo me siento joven, acumulo nervios y una alegría profunda de tener por unas horas un trabajo en el que puedo superarme, solo cruzo los dedos para no chafarlo con el perfeccionismo que estrangula a fuerza de obsesionarse hasta las trancas por mejorar.
Quizá lo importante en escritura sea contar con fluidez, sin retocar tanto la historia como para que se acartone entre tus manos, hasta el punto de dejar de interesarte escribirla; ya sea porque has conseguido resolverla al detalle y ya te aburre, o porque en tu cabeza es tan perfecta que llevada al papel nunca se igualará. Ahora solo piensas en que te sobran años para seguir intentándolo, aun cuando no sabes si tal atrevimiento ha de ser verdad. En cualquier caso y para quitarle dramatismo te dices que las historias rondan por todas partes, ya sea en la vida fabulada o en la real y que lo importante de veras es que todo lo que hagas lo hagas con entusiasmo; lo demás se andará.
A solo unos metros de tu rincón preferido te llaman de un restaurante para trabajar, como si las señales del mundo sintonizasen de pronto tu frecuencia para mostrarte nuevos retos, esos que sin duda aprovecharás =)
Visto desde el ahora es un agotamiento, lo sé, tal vez he desperdiciado oportunidades buenas de dar mis obras a conocer, ¿me arrepiento?, no; tal vez en el fondo esas obras nacieron de la única forma que conocía de dar mi punto de vista o mi opinión. Y tal vez esté tomando el camino fácil desde este blog. ¿Es mejor o es peor esta opción?, quién sabe. ¿Resta o suma?, a saber. Lo que está claro es que consume menos tiempo porque aquí si hay una norma es la rapidez de edición, volvemos a la duda de si es bueno o malo. Depende. Al final todo es subjetivo de ser una cosa u otra en función de quien lee.
Bien, resulta que mientras perseguía este sueño loco de escribir y publicar novelas, la vida me salió al paso poniéndome en bandeja la oportunidad de trabajar en un restaurante, accedí a ello porque pagan bien y porque en los restaurantes la vida sucede mientras se hilvanan historias reales. Esté donde esté, un escritor no puede dejar de serlo, de modo que tendré menos tiempo para escribir historias fabuladas y más para asistir a historias reales. Es emocionante rejuvenecer, a ello me refiero con volver a ocupaciones de cuando eras joven; adolescente si fuésemos concretar. A solo un día del comienzo me siento joven, acumulo nervios y una alegría profunda de tener por unas horas un trabajo en el que puedo superarme, solo cruzo los dedos para no chafarlo con el perfeccionismo que estrangula a fuerza de obsesionarse hasta las trancas por mejorar.
Quizá lo importante en escritura sea contar con fluidez, sin retocar tanto la historia como para que se acartone entre tus manos, hasta el punto de dejar de interesarte escribirla; ya sea porque has conseguido resolverla al detalle y ya te aburre, o porque en tu cabeza es tan perfecta que llevada al papel nunca se igualará. Ahora solo piensas en que te sobran años para seguir intentándolo, aun cuando no sabes si tal atrevimiento ha de ser verdad. En cualquier caso y para quitarle dramatismo te dices que las historias rondan por todas partes, ya sea en la vida fabulada o en la real y que lo importante de veras es que todo lo que hagas lo hagas con entusiasmo; lo demás se andará.
A solo unos metros de tu rincón preferido te llaman de un restaurante para trabajar, como si las señales del mundo sintonizasen de pronto tu frecuencia para mostrarte nuevos retos, esos que sin duda aprovecharás =)
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