Cuando atraviesas la puerta del hospital lo haces porque hay un enfermo al que no sabes cuidar. Llegas con una angustia infinita porque no sabes qué hacer, apenas si puedes respirar, al dar los datos a la persona que está al ordenador casi no te encuentras las palabras. De pronto descubres que solo puedes balbucear, porque la situación te parece tan insalvable que te has puesto en lo peor. Es en ese momento donde encuentras tanta calma y tanto saber estar, que cuando vas hacia la sala y miras hacia los lados, te das cuenta de la profesionalidad, de todo el servicio médico, que está ahí, para demostrarte sus años de experiencia y su capacidad, de en tan solo unas horas, devolverte a tu enfermo con un tratamiento que a todas luces le sanará.
Hubo momentos en los que tú les necesitaste a ellos, ahora son ellos los que te necesitan. Y es bueno
que sepan que también estás, para luchar por sus derechos, que son los tuyos: el derecho a la
sanidad.
Que nadie recorte en salud
Bien, tuve problemas al editar y no sé mejorarlo, I´m sorry.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
ResponderEliminarlos que toman esas decisiones, pagarán sus espensas sanitarias?
ResponderEliminar.
me indigno a 12 mil kilómetros de distancia y nada de distancia en mi solidaridad
Miguel, agradezco verte de nuevo por aquí ;)
ResponderEliminarOmar, quienes no dejan de recortar lo hacen porque no piensan en quienes no dan ya para más recortes. Es desolador.
ResponderEliminarTodo mi apoyo a quienes salen a bailar para reclamar sus derechos con ese entusiasmo y esa sonrisa, a pesar de que cada día de baile les descuentan 150 euros.
ResponderEliminar¡Ellos sí que valen!
Begoña, suscribo cada una de tus palabras.
ResponderEliminarPulgacroft, espero que los médicos ganen esta batalla, porque la salud de un país es un tema muy serio.
ResponderEliminarSaludos