No te estoy gritando
no me grites
No me enfado
no te enfades
No te insulto
no me insultes
No me crispo
no te crispes
No tengo problemas
no me los busques
No te ofendo
no me ofendas.
Vivo en esta casa
como pudiera vivir en cualquier lugar.
Si enteramente pertenezco a alguien
le pertenezco a la vida.
No soy de tu propiedad
Nadie es de mi propiedad
Nadie es propiedad de nadie
Y si no lo tienes claro
no hay nada más que hablar.
Así resumiría lo que se me ocurre tras la noticia que más me ha impactado en estos días, la de una mujer que mató a su marido en plena discusión. El testimonio de sus cinco hijos durante el juicio fue estremecedor, y también el suyo, en completo silencio, mientras escuchaba el resumen de esos 39 años de matrimonio.
Veredicto final: inocente, no quiso matarlo, solo empuñó el cuchillo para defenderse. A la salida del juicio todo son palabras de agradecimiento por lo bien que la han tratado TODOS desde el mismo instante de su detención. Es curioso: todo el mundo que pasa por la cárcel sale quejándose de ella; pero alguien que ya estaba dentro, cuando entra solo encuentra libertad y un trato amable. Aún parece extasiada de haberla encontrado en un lugar que imaginó inhóspito como la propia muerte.
...A veces nada tan inhóspito como un hogar, ni peor trato que aquel que se disfraza tras el amor.
A veces, el infierno tiene pocos metros cuadrados, y álguien le llama hogár.
ResponderEliminarSaludos.