Será más rápido de lo que parecía a simple vista, un día tus hijos crecerán y te dirán que vives una vida demasiado parecida a la de los demás, y te propondrán una forma de vivir que no encaja con tus expectativas, le mirarás y les dirás que ellos tienen la suya aún por hacer y que luchen porque sea tal cual la sueñan.
Entonces volverás a preguntarte cuánto daño hacen las películas que crean escenarios lujosos, tramas idílicas y finales felices, tan azucarados como inverosímiles. O los libros y series tal que así, la imagen distorsionada que a menudo recogemos alrededor cuando habitan la farsa y disimulo. Les dices que todo el mundo discute alguna vez, que todo el mundo se levanta con el pie izquierdo en algún momento, que la vida real es una mezcla de fuegos artificiales y explosivo. Que regañar no significa dejar de querer.
Entonces miras atrás y recuerdas el momento en que tenías su misma edad y todo te parecía tan fácil...solo que ahora sabes que no lo era. Una cosa es la vida fabulada que a todos nos entusiasma y otra la vida real, en que todo sucede tan despacio y a veces de la forma en que uno no quisiera.
Bella entrada, un abrazo, Begoña.
ResponderEliminarOtro para ti
ResponderEliminar