Desde hace días no puedo quitarme de la cabeza esas imágenes de niños gaseados, dispuestos en el suelo a lo largo de filas interminables. También personas de todas las edades, que estaban llenas de planes que alguien les negó.
No entiendo cómo algo así no puede detenerse antes de su comienzo. Cómo puede ser que algo cuyas dimensiones son incalculables fuese llevado a cabo, o en nombre de qué. Sospecho que de nuevo son intereses monetarios. Que de nuevo la ambición de poder comienza una pesadilla de siglos.
No hay nada que pueda bloquearme más que imágenes como esas. Se cambia el escenario pero el horror vuelve a comenzar. Un horror que siempre se me antojará tan innecesario.
Si hay algo que siempre ambicionaré será la paz, de norte a sur y de este a oeste, solo ese objetivo debería tener validez a lo largo y ancho de nuestro siglo.
Se suman los siglos y no se aprende.
ResponderEliminarSiempre parece tarde para aprender.
Lo sé
Eso es imposible de olvidar, Un abrazo.
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