Bajo este lema nos manifestamos ayer. Según la policía local había 8.000 personas caminando hombro con hombro por las calles principales de la ciudad, según los sindicatos el doble. Lo importante es que se quiso dejar claro que sin industria no hay futuro; no tenemos futuro, al menos quienes vivimos de ella no. Se explotaron petardos ensordecedores que tuvieron un leve rumor de muerte, nuestra industria se agrava por momentos y si alguien no empieza a tomar conciencia, pasará en nuestra región lo que pasó con la agricultura. En un reportaje de televisión que vi recientemente un ganadero daba datos escalofriantes, por cada litro de leche conseguido tiene una pérdida de seis céntimos; pero ni aún así se plantea rendirse, puesto que es lo único que sabe hacer y aquello de lo que quiere vivir. La subida del carburante hace que cosechar sea cada vez más caro, y al precio irrisorio que le pagan el litro de leche, lo tiene muy complicado para vivir; pero no está dispuesto a vengan desde otros países a derribar una tradición que en su familia fue pasando de una generación a la siguiente, y en eso está, como un Don Quijote que lucha contra molinos de viento. O como un ganadero negado a que la leche de vacas europeas sustituya a la española, porque también hay leche aquí y campos y gente dispuesta a defender su trabajo aunque lleve tiempo sufriendo pérdidas. Es esto lo que no se puede consentir.
Frente a lo que firman los gobiernos, quedan las consecuencias, que son esas. Frente a aquello que recortan, están los recortados que sufren y padecen en sus propias carnes cada desacierto. Se habla de recortar, precioso verbo, pero son tan desiguales los recortes que recortan siempre sobre los trozos pequeños, y así no se puede ya. Fue eso también lo que salimos a reivindicar, que ya no nos dejan vivir, cuando todo lo que pedimos es trabajar, y vivir de nuestro trabajo. No se pide nada regalado, eso también lo salimos a decir. Se pide que quien se presenta a un cargo de altura esté a la altura; eso y nada más. Y hay mucha gente que no lo está y todos pagamos las consecuencias.
En los últimos años se han perdido cada vez más empleos, han cerrado más empresas y se han sumado las familias que viven sin ningún recurso. Eso fue lo que salimos a gritar, que no podemos seguir así, y que como obreros que fuimos y seremos toda la vida solo queremos trabajo, porque venimos de generaciones anteriores donde aprendimos eso, que todo el que tiene trabajo y lo conserva, tiene dignidad. A fin de cuentas solo queremos ser dignos de tener trabajo y que se nos quiera escuchar.
La manifestación fue en las calles de Avilés, estar en medio de tanta gente dispuesta a luchar por su trabajo fue una sensación indescriptible que agradezco.
ResponderEliminarComparto vuestra rabia y preocupación. Soy trabajador de la industria desde los quince años, y puedo asegurarte que cada gobierno que hemos padecido, ha hundido un poc más al sector.
ResponderEliminarAquí, se ha fiado siempre el crecimiento económico al "ladrillo" y al turismo, y ahora nos encontramos la amarga cosecha.
Sobre lo que comentas acerca de pedirle a los políticos que estén a las alturas de las circunstancias, te diré que es imposible, tal y como están diseñados los partidos políticos, y nuestro sistema democrático.
Hoy por hoy, es el único ámbito de este país, donde un inútil puede ingresar en las juventudes del partido, y llegar a la presidencia del gobierno sin conocer la realidad de la vida fuera de los despachos.
Antes, cuando una familia tenia un hijo con "pocas luces", lo enviaba a un seminario para ordenarse sacerdote. Así sabían que nunca le faltaría un plato en la mesa. Ahora, lo enrolan en la política. Total, un tonto más tampoco se va a notar demasiado.
Ánimos, y un abrazo.
Rodericus, vivo tan en la ignorancia que lo de los seminarios nunca lo escuché. Y siempre creí que para ser político hacía falta pasar por muchas oposiciones con excelente nota.
ResponderEliminarAgradezco los ánimos que me envías, porque ahora sé que los necesitaré ;)
Saludos