Este fin de semana logré que alguien profesional leyese mis cuentos. No haré referencia a su nombre porque creo que es algo que debe quedar entre nos, no quisiera que algún día alguien le eche en cara el no haberme recomendado encestarlos en una papelera. Os cuento mis impresiones, no soy tan buena como creía, ni tan mala como creía. Sé que es un contrasentido, pero en esto de escribir fluctúo entre el lado alto de la balanza y el lado bajo, según el día. Vamos, que soy bipolar, ¡qué novedad! Disfruto mientras escribo y dudo y sufro mientras corrijo porque en verdad todo lo importante sobre escritura se me escapa.
Valoré muchísimo que dedicase el tiempo del que carece -porque solo hay que ver todo lo que escribe- en leer la obra de un novato, y hacer todos los apuntes que creyó necesarios. Es algo que nadie hasta este momento había intentado: estando en la cúspide leer algo que le llega desde abajo. Eso lo hace tan especial que en esta mañana de correcciones sigo dudando si publicarlo o no, porque no quiero tener prisas. Si vivo lo suficiente tiempo tendré y si no vivo lo suficiente entonces qué importa. Sé que es ahora cuando empieza el camino, que bajo mis pies está la línea de salida y que tengo el arrojo necesario para intentarlo. Ya es más de lo que sabía.
Mi gratitud a esa persona profesional por dejar a un lado a los excelentes escritores de todos los tiempos y atreverse conmigo; porque durante ese tiempo que dedicó a leerme y corregir, me hizo sentirme importante.
Hola Begoña,
ResponderEliminarEs bueno que alguien que se desenvuelve en el medio eche un vistazo a nuestros escritos y nos subraye los errores que, por vicio o por inexperiencia, solemos cometer.
Lo importante es no desmoralizarse y, pese a todo, no perder la ilusión que nos lleva a escribir y ser consciente de que tras la perseverancia del día a día seremos mejores.
Te felicito una vez más por tus entradas porque están llenas de humildad, y eso te hace grande.
Un abrazo, amiga.
Mián Ros
Begoña, es muy gratificante y debemos sentirnos muy afortunados al tener a alguien con experiencia en el campo literario para corregir nuestras locuras.
ResponderEliminarQue nos corrijan nos muestra nuestros errores y nuestras limitaciones, solo así podremos avanzar. No hay que desanimarse, hay que luchar por mejorar y convertirnos en la persona que queremos llegar a ser como escritores.
Un abrazo y mucha fuerza para que emprendas ese nuevo camino, que más tarde o más temprano, estará ahí para ti.
Hola Begoña, te felicito y me alegro mucho por ti, entiendo tu felicidad, cuando alguien a quien reconocemos como un escritor profesional puede leer algo nuestro nos da la confirmación si estamos caminando por el camino correcto y si lo que estamos haciendo es lo nuestro.
ResponderEliminarTodos pasamos por enormes procesos mentales y emocionales mientras escribimos, esperamos que algún día alguien llegue a valorar lo que salió de nuestro interior, como alguna vez dije en uno de mis blogs, que alguien capte nuestra soledad desde la suya misma.
Te felicito Begoña, sigue adelante, nunca abandones tus sueños, ya que de eso se trata la vida.
Agradezco vuestros comentarios y quiero que tengáis algo en cuenta, fueron tres cuentos de unas 80 páginas en total y unos ojos amigos leyendo.
ResponderEliminarPara mí fue un sueño hecho realidad y un deseo de mejorar con el tiempo. Pero que nadie se vuelva loco, queda mucho trabajo y si Dios quiere mucho tiempo.
Saludos
Esta mañana comencé a corregir y me sorprendí de lo que significa la claridad de un escrito. Que el lector entienda aquello que estamos queriendo decir.
ResponderEliminarMe estoy encontrando apuntes muy valiosos y solo voy por la página 3. Creo que en adelante me costará menos hacer revisar mis escritos, porque quizá es la única forma de aprender.
Entre nos, cometo un montón de fallos, algo que ya sabía, pero ahora se me dice cómo poderlos corregir; eso me hará evitarlos.
...Espero...