Que con mis miedos
rompí tus sueños
Que con mis penas
marchité tus alegrías
Que con mis pesares
llenaría ríos
Que con mis culpas
esculpiría lápidas
Que si me callara
echaría en falta hablar
Que si hablé
quizá me equivoqué
Que por quererte tanto
quizá te arruiné la vida
Pero que como el primer día
en que te miré, sé que traje a la vida
desde mi propia vida; todo mi bien.
Hoy te diría que tengo que leer más veces el poema Tus hijos, de Kalil Gibrán.
ResponderEliminarPues yo no lo había leido y me parece precioso, además como madre ...me identifico plenamente. Mil gracias por compartirlo. Un beso grande
ResponderEliminarDejo aquí el poema de Kahlil Gibrán para quienes no lo conozcan:
ResponderEliminarTus hijos no son tus hijos
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
Kahlil Gibran
Yo tuve la suerte de leerlo en sala de espera de la consulta de un pediatra, hace como doce años. Apunté el nombre del autor y nunca lo hallé en la biblioteca, pero lo busqué en Internet y es un texto al que recurro muchas veces para recordarme qué lugar ocupo. Eso lo hace más fácil.
Gracias por asomarte ;)
Te veo feliz pero me sigo preguntando si en este momento podrías ser mucho más feliz si en algún momento me hubiese callado.
ResponderEliminarPuede que no, pero tal vez sí. Soy un hámster en su eterna rueda atrapado.
Khalil Gibran, autor libanés que vivió en USA, es una maravilloso poeta con una sensibilidad exquisita.
ResponderEliminarMe gusta tu poema, Bego.
Un abrazo.