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miércoles, 4 de julio de 2012

Vicente Fernández

Acabo de leer una entrada que resume de forma breve y concisa su trayectoria. Y aunque tenía pensado escribir sobre otro tema, no puedo resistirme a contar algo que oí de su propia voz hace mucho tiempo. Vicente Fernández es uno de esos artistas que lo son por vocación. Y que paso a paso se ha ido haciendo a sí mismo. Que es lo que suele suceder con quienes parten de origen humilde. Yo supe su historia después de encontrarme con la voz de su hijo, Alejandro Fernández, si digo la verdad, ya no sé con qué canción; internet me ha dado la facilidad de escuchar toda su discografía, y de hacerme adicta a su timbre de voz. Creo que la voz de Alejandro supera a la de Vicente, (dicho con mil perdones) quizá porque desde que era muy niño recibió clases de canto, y tuvo en casa a un cantante que iba de un escenario a otro. Quizá eso influyó.
Pues bien, la historia que quería contar la escuché hace mucho tiempo en una entrevista que le hicieron a Vicente Fernández, y que para ser sincera no sé si se encuentra a día de hoy.

Cuando Vicente ya estaba en lo más alto, quiso devolverle a su pueblo lo que el pueblo le había dado. Puesto que eran ellos quienes compraban sus discos y salían corriendo a verlo cantar sobre cada escenario. Era tal su agradecimiento a todas las gentes humildes, que tuvo un deseo: Que no hubiese un solo niño, que por escasez de recursos se quedase sin su regalo de reyes. Se fue corriendo la voz, y ante la puerta de su rancho hubo cientos de niños que fueron a recoger su regalo. Se formó un caos enorme, más de lo que hubiera pensado, y para el año siguiente se puso en contacto con los comerciantes de la zona. Les encargó a ellos repartir los regalos, porque eran ellos quienes sabían de primera mano qué familias vivían con más aprieto. Ellos veían a diario a todas las gentes que iban a comprar a sus tiendas, y sabían de antemano qué familias no podían permitirse el lujo de gastar en juguetes para los niños.

Durante unos años esto se llevó a cabo, cada niño tuvo su juguete en la noche de reyes y Vicente Fernández se sintió feliz de haber logrado el milagro. Hasta que la avaricia de los comerciantes les llevó a vender esos juguetes en vez de regalarlos. Eso le enfadó mucho y quiso atajarlo, pero todas las fórmulas que intentó, fallaron. Cuando la entrevistadora le preguntó por ello pudo verse su decepción "de que unas gentes estropeen todo lo bonito que intentan hacer otras gentes, hasta el punto de verse obligados a dejarlo".

http://el-ser-bohemio.blogspot.com.es/2012/07/biografia-vicente-fernandez.html

1 comentario:

  1. Nota para El ser bohemio: actualizas tanto tu blog, que me es imposible leer cada entrada. Y ponerme al día con las actualizaciones de los blog que sigo.
    Lo acaparas todo.
    Saludos

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