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miércoles, 4 de julio de 2012

Verbo escribir

El mundo de los blog ha desatado la fiebre por escribir. Sería sencillo pensarlo así, aunque quizá no sea cierto. Quizá lo cierto sería decir que quienes escribían de siempre, y de siempre lo guardaban para sí mismos, (porque cuando intentaban compartirlo con otros se encontraban lectores que no querían, que no entendían, que no valoraban, o que no aportaban lo que ellos querrían...), ahora pueden compartirlo con otros desde su blog. La pregunta sería por qué lo hacen. Y la respuesta es que cada quien tiene sus propias razones, quizá muy distintas, como en todas las esferas de la vida.

En el mundo de la blogsfera se encuentra de todo, como en todos los mundos. Y supongo que cada quién juzga por su propio criterio lo que le sirve y lo que no. Es cada quién quien ha de seleccionar lo que le sirve en su día a día y lo que no le sirve, como en todas las facetas que le ocupan. Sin más sustos ni aspavientos. Quizá por eso no me asusto de todo cuanto puedo encontrarme en un blog cuando entro, siempre siento como si entrara en un campo privado de su autor. En una estancia de su casa. Y soy yo quien decide si quedarse o no.

Después puedo hacerme todas las valoraciones que yo quiera. Pero sé que cada quien tiene sus propios motivos, que quizá sean muy distintos de los que pudiera pensar yo. A fin de cuentas todos somos distintos, y cada quien es movido por su propia razón. Si nos ponemos tiquismiquis, incluso por su sinrazón.

Al leer esta entrada yo pensaba en un libro que hasta ahora  leí hasta la mitad. Me resultó tan duro, que decidí leerlo en dos partes, o en tres, o en cuatro; pero leerlo hasta el final. El libro se titula "Ven, sé mi luz", y su autora es Madre Teresa de Calcuta. Que no escribió un libro, sino cartas. Cartas que fueron dirigidas a su gente de confianza. En ellas resume dudas, certezas, miedos, valentía, fe, dolor, pesadumbre, aflicción...Son el testimonio de una parte de su vida y de su obra, que quiso alejar de los ojos de quienes no entendieran. Por eso pidió reiteradamente una vez y otra que todas sus cartas fuesen quemadas. Que no alcanzasen a ser vistas por los ojos del mundo. Y mientras iba leyendo pude entenderla. Y admirarla, y llorar junto a ella. Y sentirla a mi lado, y compadecerla... Eran cartas llenas de sentimientos, que retrataban la pura verdad, esa verdad de un tiempo que pasó por ella.

Desde entonces en todos los momentos insoportables de mi vida (pues como todo ser humano los tengo), pienso en ella, y puedo sentirla a mi lado; tal es su fuerza.

Creo que todo escrito es un escrito. Sin más. Pero que dependiendo de quien escribe y de quien lee, se encuentra una cosa u otra. Que a fin de cuentas cada materia que nos compone decide qué es para nosotros lo que leemos; menos o más. Pero no independiente de quienes somos. Ese que somos, mientras leemos también está. Y puede hacer que en vez de una cosa leamos otra.

Incluso una que ni está.

http://mortizjacinto.blogspot.com.es/2012/04/pornografia-emocional.html

3 comentarios:

  1. Una gran entrada de mi amiga Mai.

    Nosotros sabemos qué hacemos con nuestras palabras, lo que nunca controlaremos es lo que hacen los demás con ellas.

    Nosotros necesitamos escribirlas como aire para respirar, aunque a veces su consecuencia sea que nos dejen sin aire.

    Un abrazo Begoña.

    En escribir o no escribir está lo que somos.

    Muchos besos.

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  2. Rebeka, creo que tú y yo tenemos un hilo común. Algo indescifrable que hace que siempre nos entendamos a la perfección.
    Besos

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  3. Conste que tengo claro que según la definición verdadera, solo es escritor quien puede vivir de ese trabajo.

    Y tengo más que asumido que yo jamás viviré de escribir. (Igual de asumido que jamás viviré sin escribir). Es por eso que lo adapto a mi contrato.

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