Mi Dios es el sol que se derrite para ofrecernos todo su calor,
Es la luna que nos reconforta cuando sentimos dolor,
Es el cielo azul que despierta moteado de algodón
Y en la noche se cubre de estrellas palpitantes en destellos de latón
Es el mar henchido de recuerdos que yo sueño contemplar
Acantilado, campo o bosque, naturaleza es mi Dios, natural.
Mi Dios no quiere mundos habitados por el hambre,
Miseria o enfermedad,
Quiere oportunidades iguales para todos
Salud, amor y dinero en proporción igual.
Mi Dios no tiene poder sobre otros,
Ni sus emociones puede controlar, llora en forma de lluvia sus decepciones
Y se convierte a sí mismo en un lodazal.
Luego se vuelve fuego sin pretenderlo,
Terremoto, maremoto o huracán
Y arrolla todo lo que más quiere,
Lo destruye sin poderlo remediar.
Mi Dios no tiene poder sobre nada,
Es mártir pero no inmortal
El día en que sepamos comprenderlo comenzaremos un camino hacia la paz.
Dejaremos de destruir nuestro planeta, que es Dios para todos por igual,
Un Dios que nada nos exige y se nos da por entero; un Dios total.
1 comentarios:
ResponderEliminarrodericus2009 dijo...
A mi Diós lo pregonó hace tiempo un hombre por las colinas de Judea.
Dicen de él que era hijo de un humilde carpintero, yo no lo creo, porque dominaba con conocimiento la Torá y discutia de ella con la aristocracia sacerdotál del templo. Alguien con esa capacidád no podia ser un humilde artesano. Se rodeó de gente de todos los estratos de la sociedád, reivindicó a un Diós compasivo y tolerante, compartió todo lo que tenia con los que nada tenian y buscó rehabilitár a los marginados y perseguidos. Y se convirtió en un elemento peligroso para los poderosos de sú tiempo, porque intentó erradicár el odio tornandolo en amór. Fué ejecutado como un criminál.
Y lo peór es que los que ahora reivindican su legado, han tergiversado su mensaje, y de una manera u otra, han vuelto a asesinarle.
25 de abril de 2010 02:16