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jueves, 22 de abril de 2010

Horóscopo y destino





El Gallo de Tierra - 1909, 1969, 2429

He aquí un Gallo estudioso, investigador y analítico, que irá en pos de la verdad, madurará a edad temprana y compilará su propia e irrefutable información. La Tierra asegura que será preciso, eficiente y cuidadoso en la realizacíón de sus tareas. Sabrá hacer de lado lo superfluo y atender por sí solo a los hechos, tercos y fríos. Con él, lo primero será siempre la profundización.
Intrépido para afrontar responsabilidades, no por eso abandonará la costumbre del Gallo de no medir sus palabras. Aunque sin pretensiones, es dogmático y tendrá fuertes tendencias evangélicas. Le encanta organizar reuniones de tipo «sermón de la montaña», exhortar a todo el mundo a que trabaje más y a que sigan su brillante ejemplo. Si su trabajo le resulta gratificante, es capaz de llevar una vida simple y austera. Sistemático hasta el fanatismo, tomará notas, archivará datos y registrará todo lo que hace para la posteridad.
Supervisor exigente en el trabajo, educador estricto y crítico temible, el Gallo de Tierra sembrará y cosechará desde el amanecer hasta la puesta del sol y, si consigue ser práctico en sus aspiraciones, tendrá una abundante muestra de éxitos como premio a sus esfuerzos.

Es una suerte tener un escudo contra las tonterías, contra los cambios de humor imprevisibles como ciclones que sin saberlo llenan tu cielo de repente y arrastra a todos hasta el hartazgo de tenerte cerca. He aquí mi escudo protector, que no puede excusarme de ser tan insoportable en ocasiones, pero si quiero sé donde ir a buscarlo para mostrarlo como si fuese tan válido como mi carné de identidad, o el de conducir, o el de la biblioteca qué más da otra cosa es que por presentarlo vayan a excusarme.

Está claro que tener horóscopo es lo más, y si a eso añadimos la fórmula de llevar la marca del destino cuñado a nuestra espalda con nuestra fecha de caducidad marcada en la espalda cual yogurt ya tenemos dos excusas perfectas para hacer lo que nos venga en gana sin preocuparnos. En mi caso sería algo así: Soy Sagitario, eso implica que puedo quemarme en todas las hogueras ya que soy un signo de fuego. Y si está claro que voy a morirme justo a debido momento y ni un segundo antes, si conduzco a doscientos cincuenta por la autopista, me estrello y me muero es porque en mi destino venía escrito. ¿Crees que algo así pudiera ser? ¡Pamplinas!

No creo ni en el destino ni en el horóscopo, pero este gallo de tierra me refleja como la vida misma ¿Será casualidad?




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