Vivimos en tiempos de maquillaje de realidad, de evadir responsabilidades, tiempos de despistar, de repetir constantemente términos que significando una cosa representan otra, para difuminar su sentido y que a fuerza de ser dichos pierdan su gravedad.
Como espectadora, la mayoría de las veces sólo escuchadora de telediarios; o lectora de periódicos, a veces siento que no me cuentan toda la verdad, o que intentan contarme otra clase de realidad. A veces me enfado mucho con los contrastes cada vez más evidentes entre los fuertes y los débiles, la impunidad de los unos y la desprotección de los otros.
Es una época en la que comienzo a descreer mucho y por todas partes, en la que comienzo a tener convicciones propias y en la que, de entre todas las voces del mundo selecciono unas pocas. Aquellas que están contando toda la verdad mientras otros distraen. Quizá si en cada telediario no existiese alguien dispuesto a contar la parte de verdad que no puede obviarse, o en cada periódico no hubiese alguien capaz de decir alto y claro lo que sucede, a estas horas me creería loca. A veces uno busca y no encuentra, pero cuando lo hace, constata que el mundo pese a todo sigue en sus cabales y se tranquiliza, porque no es que estemos locos, es que algunos intentan confundirnos, otros en cambio nos ayudan de un modo directo a dilucidar. Estos son los que sirven y debemos estar atentos porque no son tantos, pero cada uno de ellos vale por un millar.
http://www.lne.es/opinion/2013/05/16/violencia-clase/1413142.html?utm_medium=rss
hay una máquina perversa tratando de cegarnos, enmudecernos y liarnos como títeres
ResponderEliminar.
si reflexionas, es que no hay podido contigo
saludos
Omar, la verdad por verdad resplandece. A veces en los textos más sencillos de leer y más cortos, se encuentra esa luz cegadora de claridad que nos explica la realidad sin vendas que suele venir junto a la única solución.
ResponderEliminarEsos son los que valen, simplemente.
Saludos