Últimamente había caído en un error: creer que todos los tipos de amores son iguales. Que mi amor por mis hijos era proporcional al amor que sus parejas sienten por ellos. Que si sus parejas les perdían - porque llegaba el no anunciado desamor- sufrirían tanto como sufriría yo misma si los perdiese. Y no, definitivamente no era eso. Está claro que si una madre pierde a un hijo en un para siempre, para ella no hay posible sustitución en el ancho y profundo universo de la vida; porque sencillamente a un hijo no puedes sustituirle, es único e irrepetible, como cualquier trozo de ti.
Y es que tiendo a confundirlo todo continuamente. Pero tarde o temprano, porque sigo viva, encuentro la respuesta a todas las preguntas. Y de entre todas ellas escojo la que entiendo mejor. Una que pueda durarme el resto de la vida por un por si acaso. O la que más gracia me hace, qué se yo.
Sustituir un hijo?
ResponderEliminarEso no se lo cree ni un demente.
Besos.
El amor que sentimos hacia diferentes personas y vínculos puede tener la misma intensidad, pero el amor está guardado en celdillas, casi, personalizadas, para cada tipo de sentimientos. Así el amor de una pareja,puede ser tan intenso como el amor a los hijos, pero es diferente, nunca puede ser igual, sólo en intensidad.
ResponderEliminarUn abrazo Begoña.