Powered By Blogger

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Beneficios de andar en bicicleta

La claridad del día la interrogó desde la ventana, los claroscuros parecieron llamarla a despejarse la modorra y ponerse en marcha. Hacía tanto tiempo que estaba inactiva que se resistió, además quería hacer tantas cosas en la casa que si salía a dar una vuelta en bici se le terminarían quedando cosas sin hacer, la misma cantinela de todos los días. Entonces Estrella, que a esas horas tecleaba su nuevo proyecto de trabajo en el ordenador, entró en internet y escribió unas palabras mágicas: Beneficios de andar en bicicleta. Al instante San Google respondió -tal como siempre lo hacía- escogió una de tantas opciones y leyó.

Quizá Estrella sólo necesitase una excusa para salir de esa casa llena de desastres y respirar aire fresco. Quizá necesitase apearse un momento de todas sus preocupaciones ya sin arreglo a la vista. Quizá necesitase saludar a todos los perros del vecindario no exenta de miedo, porque todos salían a su paso en cuanto olfateaban su rastro. O quizá era trepar por las cuestas, zambullirse en las bajadas y deslizarse en los llanos. O contemplar el verde de los prados y los amarillos de las hojas, en contraste con el azul en lo alto. O era una charla de tú a tú con el mismo Dios lo que necesitaba de veras.

Mientras se calzaba los playeros y se ponía el chubasquero intentó descifrarlo, guardó el móvil en el bolsillo y se subió la cremallera. Abrió el garaje y rescató la bicicleta. Al escuchar el ruido del portón su caballo emprendió un raudo galope y se asomó a la vera del camino agitando sus crines. Estrella nunca pensó que pudiera llegar a querer tanto a ese animal, y corrió a buscar un trozo de pan duro para compensar el brillo de sus ojos, y su innegable nobleza. Hidalgo se le antojaba una mezcla imposible de bebé humano y bestia musculada. Le acarició el morro y sonrió porque ya no protestaba por ello, pese a lo mucho que le molestaba, luego observó sus manchas perfectas en blanco y marrón, lo mismo que sus crines. Tal como si pudiese entenderla le pidió que cuidase la casa mientras ella se iba a dar un paseo. Hidalgo echó las orejas adelante, formulando un sí con la cabeza, Estrella se rió en voz alta por la casualidad del gesto; y se fue pedaleando rumbo a una hora desierta.

1 comentario:

  1. Para quien se lo pregunte, esto fue lo que Estrella leyó:

    http://www.mtbsalta.com/en/blog/42-notas/82-bicicleta-beneficios.html

    ResponderEliminar

Tu lees desde la invisibilidad y puedes aportar algo a este lugar, para ello existe