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domingo, 31 de mayo de 2015

Un adiós que duele

Hay personas a las que solo conocimos a través su blog, pero cuyo adiós no nos resulta indiferente. Me he quedado fría porque durante muchos años ha sido para mí una amiga. Una amiga que además fue también mi profesora, cuando buscaba alguien que me diese claves sobre escritura. Un mundo que me fascinaba por completo, curiosamente ahora lo que intento es vivir cada segundo de vida en el tiempo que me ocupa. A veces cambiamos sin saber por qué lo hacemos, pero sucede así.

Editar en voz altael blog de Elsa Aguiar, era un lugar especial donde todo lo que contaba era interesante y ameno. Qué triste saber que ya no podrá contarnos nada nuevo a tiempo real. Al leer la última entrada volví a preguntarme aquello de para qué escribir. Más fuerte que nunca volvió a invadirme el sentimiento de que al final de todas formas vencerá la muerte. Más tarde volverá a nacer el pensamiento contrario, eso también lo sé.

Poco más puedo añadir a la injusticia de este duelo de quien hasta hace un momento consideré una amiga siempre dispuesta a dar su punto de vista y ayudar a quien tuviese alguna duda sobre literatura. No será lo mismo seguir visitando su blog sabiendo que ya no está, pero sin ese blog algunos no hubiéramos llegado a saber quién era y como era. El mundo de la blogsfera vuelve a restar :(



martes, 26 de mayo de 2015

Más personas, más posibilidades

Soy optimista, me gusta el panorama que brotó así, como brotan las margaritas silvestres al asomar la primavera. Creo que a más personas, más posibilidades de crear algo distinto y positivo, mirado desde más ojos y más intuiciones trabajando al unísono.

Pese a todo sigo cruzando los dedos por una especie de superstición.

domingo, 24 de mayo de 2015

El arrojo de empezar

La vida termina sus etapas a nuestro alrededor de un modo continuo. Lo único que no debemos perder es la ilusión a la hora de volver a comenzar; lo que quiera que haya terminado en apariencia es solo continuidad. Cada vez que nace un nuevo día es una nueva oportunidad. Debemos de vez en cuando soltar todo lo que creíamos que sería de tal o cual modo, porque la vida no tiene un manual de uso perfecto: creo que todo lo que tiene es cambio constante. De modo que todo lo que se puede hacer para mantenerse vivo sin apegarse a la angustia es desarrollar la capacidad de cambiar junto a ella, sin sobresaltos, de la forma en que nadamos para no ahogarnos entre las olas del mar.

Hoy es uno de esos días de cambio y no pienso quedarme en casa sin hacer nada. Después de la cantidad de propaganda electoral que he ido tirando a la basura (es tremendo el despilfarro de tinta y papel que hay colgado por las calles, que traducido a comida para quienes lo necesitan daría para mucho que comer), me quedo con lo que he rescatado, mi voto. Y esta mañana de cambio en perspectiva cruzo los dedos para que podamos cambiar.

Cambiar hacia otro tipo de objetivos que hagan posible que los pueblos de montaña desiertos y arruinados más que nunca desde los últimos años, puedan resurgir de nuevo con el mismo cuidado que lo hace la cuidad. A diferencia de que los pueblos más castigados por la crisis no necesitan de adornos, los árboles nacen y crecen solos, con ramas frondosas que dan sus frutos sin apenas abono, con la sola lluvia que de cuando en cuando les quiera regar.

viernes, 22 de mayo de 2015

Nubes espesas

Esta mañana me enteré de que Esperanza Aguirre ganó un concurso literario. La radio lo comunicó en el mismo instante en que llegué a mi destino y apagué la radio sin querer saber mucho más. En verdad me quedé tan perpleja que minutos después volví hasta el coche dudando si lo había cerrado o no. Lo encontré cerrado. Me consoló pensar que aunque no estoy del todo en mí hay un interruptor que hace lo debido.

El eterno por qué escribía hasta ahora me asaltó de nuevo. Esta temporada ando pensando que me faltaba un algo que no lograba encontrar: La aceptación de que voy a morirme un día. Creo que ahora lo acepté y que el hecho de tener que morirme no me causa la misma desazón. Ahora lo que siento es un deseo de vivir en mi presente aprovechando cada segundo de lo que es mi vida real. Disfrutando de las personas que me rodean a diario. Tal vez lo que estoy es dándome cuenta de que tengo mucha gente valiosa a mi alrededor. Y no quiero perderme un solo segundo de ellas persiguiendo personajes que solo vivieron alguna vez en mi imaginación. Quizá pensando tanto el por qué terminé matando el cómo. A cambio tengo un montón de tiempo libre para hacer las cosas que más me gustan, entre ellas admirar la naturaleza a mi alrededor. ¿Alguien se ha dado cuenta de lo que crecen los cachorros de perro en solo dos meses? Dedico bastante tiempo a verlo de cerca y me maravilla. Pierdo el tiempo con devoción; enterarme de que Espe ganó un concurso literario ni tan siquiera me ofusca, me da la risa. Hace tiempo que el mundillo literario ya no es lo que era. Es una mezcla de tantas cosas que mi atención se dispersa hasta las nubes espesas del cielo hoy.

jueves, 21 de mayo de 2015

Sin duda nos merecemos lo mejor

Hace unos días me encontraba con una chica cercana a los treinta que trabaja en una empresa de limpieza. Es la persona más inteligente que conozco, si por conocer he de referirme a quienes conozco en carne y hueso, sus notas rozaron siempre en la excelencia; pero la suerte parece que no ha ido nunca a la par. Es por eso que su trabajo terminó siendo limpiar lo que otros ensucian. Alguien que teniendo las cualidades necesarias para ocupar el cargo de mayor poder en cualquier oficina, pasa a malvivir dándole a la bayeta, la escoba y la fregona, como mínimo ocho horas al día.
Al preguntarle qué tal le iba, me contó que apenas gana para gastos, que estaba molida y apenas estaba comenzando la semana. Me dolió y no sé si supe o quise disimular. Algo en mi interior no acepta que habiendo cumplido las expectativas de padres y profesores de forma impecable haya obtenido a cambio este tipo de realidad.

-En unos días ganarán las elecciones otros distintos a quienes gobiernan - le dije convencida de que será así- y tal vez quienes ganen esta vez se ocupen mejor de nosotros; aquellos que apenas ganamos para vivir.
-Da lo mismo quienes ganen - me dijo como hace tantas veces, como queriendo arrancarme de una vez por todas mi estupidez-. Somos muchos para arreglarnos a todos.

Ella no soporta que yo siempre espere del porvenir algo mucho mejor. Y yo no soporto que sea siempre tan derrotista. Que no conserve ni un mínimo de ilusión por algo que escape a su firme racionalización de todo. Tengo la dudosa creencia de que solo alguien que es capaz de imaginar un futuro mejor para sí mismo, es capaz de conseguirlo por mucho que se tuerza su vida. De que hay una base necesaria para salir de aquellos hoyos que nos precipitan a su fondo: la sola conciencia de que nos conviene trepar a la superficie para caminar desde allí. Intuyo, que en el fondo es alguien muy conformista; alguien que vive la vida que otros planearon para sí. La peor derrota de todas.


No me importa quien de las dos tenga razón, yo admiro su inteligencia porque ya la querría para mí...o tal vez no. Quizá prefiera ser la eterna tonta que tanto abuchearon en clase sus peores profesores. Porque a fin de cuentas, si a ninguna de las dos han de servirnos las notas del colegio, al menos a mí jamás me faltará ilusión para creer que algún día en algún tipo de mundo todo será posible.

(Aunque sea en mi imaginación).

miércoles, 13 de mayo de 2015

En campaña electoral

Vemos a los ladrones y a la buena gente
recorriendo pueblos remotos que nunca pisaron
en busca de lo mismo: un voto a su partido

Nos quedamos extrañados y nos decimos
que mientras pisan estiércol de vaca
ansían vivir como caudillos

Arrugamos el entrecejo cuando menos
y sentimos náuseas al ver que quienes
hicieron la vida imposible a pueblerinos

Hoy van a esos pueblos semi desiertos
a intentar arrancar un voto hermano
aunque sea arrancado entre los nudillos

En campaña electoral la buena memoria
parece dejarse atrás, porque todo vale
se ansía que todos salgan del olvido

Y corran a las urnas a dejar un voto a favor
aunque venga a ponerles la soga al cuello
es un voto, siempre que sea un voto amigo

Pienso mientras les veo pisar estiércol
o respirar el aire prístino aún sin viciar
que voy a votar, desde luego, a otro partido.

Mientas pisan pueblos que nunca les importaron
me da la risa y siento un asco brutal
al ver que pese a lo que digan siguen siendo mis enemigos

Quienes solo contribuyeron a vivir cual marqueses
mientras todo esto se caía a pedazos 
volveremos a levantarlo sin vuestra ayuda
eso es todo lo que les digo.

lunes, 27 de abril de 2015

Compartimos sueños

La diferencia es que unos consiguen avanzar sin perder de vista sus metas y otros se detienen a pensar tanto en ellas, que comienza a invadirles un temor paralizante que termina por asfixiar cualquier esperanza de llevar su sueño a cabo.

A veces se me ocurre pensar que lo mejor de todo es ponerse a trabajar sin expectativas. Trabajar solamente y dejar que el tiempo complete ese proceso que se lleva en mente. Aprender a poner unas palabras tras otras tal y como suceden y dejar que sin dejar interferir demasiado el esquema de las cosas se complementen.

Él va por su segundo libro: Cuando siempre era verano,  de Miguel Pascuau; qué título tan sugerente.

Para cumplir cualquier sueño hace falta una mezcla de talentos y la valentía necesaria para poner en marcha el mecanismo de resultados que vendrán detrás. Auguro que todos buenos ;)

miércoles, 22 de abril de 2015

Sobre escritura

Yo escribo así, no cambio nada. El que siente que tiene que cambiar la voz, la forma de escribir, el que imposta su voz para “hablar a los niños”, fracasa casi siempre... La verdad, casi siempre me he presentado a premios con libros difíciles, arriesgados. Algunos, después de ser rechazados por el editor, o por los editores. Pero un premio literario no debe premiar lo comercial, lo fácil, sino lo arriesgado, lo difícil. Y eso es lo que creo que he hecho siempre: arriesgar, buscar nuevos caminos narrativos. Así que cuando recibo un premio por uno de esos libros me siento satisfecho por mí, claro, pero sobre todo por el pequeño avance que propongo.

Gonzalo Moure

(Inolvidable su novela El síndrome de Mozart, me encantó)

Si quieres leer el texto completo lo encontrarás aquí

lunes, 20 de abril de 2015

Aquello que sucede cuando se suma vida

Ellos esperan a que baje cada mañana las escaleras, les llamo y me salen a recibir, yo premio su rapidez con palabras de ánimo y mimos, me siento en el taburete bajo y los miro durante un buen rato, ya los echo de menos antes de buscarles a una buena familia que los acoja. Siento que cada uno de ellos es mío y que tengo la gran responsabilidad de que de aquí en adelante sean cuidados con esmero, doy por hecho que todo lo que reciban lo recompensarán con creces. Me repito lo que dije tantas veces "me gustan más los gatos que los perros", creo que la frase correcta sería "siempre tuve más gatos que perros", siento ahora que los perros me gustan más. El año pasado Cloe tuvo cuatro, este año tiene seis. Los anteriores, pintados de la forma más simpática en marrones de todas las tonalidades, este año en la paleta de colores predomina el negro, blanco y gris. Quiero quedármelos todos por la forma en la que enriquecen mi vida, hace apenas seis semanas que llegaron y es como si desde siempre estuvieran aquí. 

Les bajo un poco de leche con pan, los veo saltar cuando apenas consiguen caminar, me miran moviendo sus cabezas con alegría. Los más avispados comen hasta que sus barrigas se comienzan a abultar, los más torpes lamen un poco el líquido y juegan como cachorros de leones entre sí. Mientras las noticias de los diarios son cada vez más deprimentes yo me quedo allí, viendo como la parte más gratificante de la naturaleza sigue su ritmo con la habitual belleza que en verdad la caracteriza. La vida se sigue abriendo paso con elegancia, terca a dejarse restar por la avaricia y la falta de escrúpulos de unos pocos, aunque ocupen los cargos de mayor importancia de un país. Para la naturaleza que es todo renovación, todo se renovará. Eso es lo que decido después de perder un trozo de mañana, contemplando a esos cachorros de los que un día solo me quedarán muchas fotos y retazos en la memoria. De momento me basta con saber que el más tontito y adorable de todos será regalado por un abuelo a su nieta de cuatro años. Ya solo resta pensar en el futuro de otros cuatro, porque uno sí me lo quedaré. Pienso que la vez anterior también nos quedamos uno y de tanta excelencia como albergaba nos lo robaron, alguna vez pienso en él, en el único que quise cuidar para siempre y del único que en el presente nada sé. 

Cloe termina volviendo de sus carreras por el prado y recuerdo el día en que llegó a casa, se sentó en las escaleras y de alguna forma me hizo saber que se quedaría a vivir. Tenía una enorme cicatriz en el cuello y estaba en el puro hueso. Se veía que era noble, pero en cuanto intentabas acariciarla se tiraba en el suelo y solo temblaba. No traía chip, así que oficialmente nadie la reclamaba. Dedicamos dos años enteros a hacerle saber que pese al mucho maltrato recibido por su cuerpo, en nuestra casa nunca se la trataría mal, pero a pesar de ser así nos contradecimos, ella nos ha dado diez cachorritos de los que solo le regalaremos dos, y nos queda uno. Y ni si siquiera podremos saber si esta vez el que nos quedemos lo cuidaremos bien. Aunque por supuesto que nos comprometemos a hacer todo aquello que esté en nuestra mano.

Al rato de llegar, Cloe se cansa de mis cuidados y entra en la caseta, sus hijos corren tras ella dejando claro que dentro de todo el mundo, solo le pertenecen a ella. Yo recuerdo todo lo que me exige el día y vuelvo a subir por las escaleras. Me invade la sensación de que en cualquier especie siempre perdemos las féminas. No se me ocurre desgracia peor que quedarse sin aquello que se formó en tu vientre y desde tu vientre mismo se parió al mundo. Es una sensación que me llega desde la niñez, cuando una vaca paría y se vendía a su cría. Durante días enteros el silencio del pueblo quedaba suspendido por el mugido profundo y lastimero de aquella vaca, solo comparable al de las campanas de la iglesia anunciando un duelo o al bramido de los cerdos por San Martín.


miércoles, 15 de abril de 2015

Tu mejor día es hoy, de Eva Nasarre

Eva Nasarre aparecía con su programa de gimnasia televisiva en las tardes de los 80 para ponernos en forma, algunos ya lo estábamos, y nos resultaba sencillo hacer a un lado la mesa de centro del salón y seguir sus pasos, otros estaban oxidados, pero aún así, cada tarde que ella asomaba con su sonrisa de niña angelical, se animaban a ponerse en marcha, y pasadas las semanas lo lograban. Si comparamos el propósito de Eva Nasarre, que era hacernos avanzar, con el de algunos programas de televisión actuales que nos instan a retroceder en el tiempo y dejarnos llevar por las más bajas pasiones -y los hay de todo tipo para vergüenza de quienes los proponen y los ven-, entendemos mejor cómo ha ido cambiando poco a poco la conducta de nuestra sociedad. Si bien es solo una parte de ella, a veces no deja de sorprender, por el poco civismo con que se comporta. Los modelos de referencia que elegimos con libertad lo queramos o no, también nos representan: cada uno de nosotros es un reflejo de aquello que ve.

Pues bien, después de un paréntesis muy largo, indagando por la red, he llegado hasta ella, una de las personas que marcó mi juventud. La sorpresa fue encontrarla como una persona dependiente, a causa de una artritis reumatoide grave. Otra sorpresa asociada a este descubrimiento fue saber que durante muchos años fue asistente social y que además tiene un blog. Vamos, que Eva Nasarre además de seguir siendo quien era, rescatada desde YouTube, es alguien que expresa sus opiniones a tiempo real, para todos los que la queramos leer.

Os recomiendo seguir su blog Tu mejor día es hoy para conocer su forma de ver la vida y su forma de luchar contra aquello que pretende cambiar. Bravo por ella.

martes, 14 de abril de 2015

Este espacio blogueado cumple 5 años

Fue un 14 de abril de 2010 cuando decidí abrir un lugar en el espacio virtual y me temblaban las manos. Durante años he contenido la respiración al darle a publicar, algo que ahora hago con total normalidad. Este ha sido mi refugio, el lugar desde el que he lanzado mis mayores ilusiones o enfados y tengo la sensación de que poco o nada hemos cambiado. Resulta triste pensar que escribiendo no se consigue cambiar el mundo: las guerras, el hambre y la pobreza siguen estando. Los de arriba siguen aprovechándose de los de abajo. La mentira sigue apaleando a la verdad. La justicia divina sigue dormida o lo parece.

Vamos que este lugar sigue estando, pero si dejara de estar no sucedería nada. Yo podría sumar en vez de otra entrada, escrita para todos, un nuevo párrafo en una libreta en la que escribiese solo para mí. Y no habría ninguna diferencia.

En este quinto cumpleblog, siento que es así. Que hay un silencio que ocupa todo el espacio que algún día ocuparon las palabras que se morían por decir.


miércoles, 8 de abril de 2015

Separar lo cierto de lo incierto

Es importante intentar alcanzar los sueños, es cierto, pero no es menos importante ocupar el exacto lugar que uno ocupa. Ser sencillamente lo que uno es e intentar que cada día sea una valiosa experiencia. Hacer que sueños y realidades convivan a la vez.

martes, 31 de marzo de 2015

Una canción capaz de atravesar las nubes, por favor

Podría decir muchas cosas, pero a veces consigo callarme y no decir nada porque entiendo que no es necesario. Quizá porque todo lo que puedo decir ya está escrito en mi mente y recopilarlo sería demasiado doloroso, quiero pensar que de alguna manera todo está recopilado en alguna parte de este blog tendente a recopilar todo.

Hoy voy a ponerte la canción que más veces canté durante mi infancia. Era mi cantante preferido y nunca me cansaba de escucharlo, eso me sucede aún hoy. Alguien que por fortuna aún sigue cantando con su propia voz. La vida está poblada de contradicciones que hay que asumir. No está mal ponerte una canción en un día como hoy, en el XXI aniversario del día que te sumió en el silencio para siempre, o tal vez no.



Un beso y una flor, de Nino Bravo


www.youtube.com/watch?v=r-OvqPW3j6c

lunes, 30 de marzo de 2015

Con el retumbar de pasos aquí y allá

Llega la Semana Santa con todas las contradicciones que en mí se producen, pero con una sola conclusión: Dios está en todas partes, eso es lo que llevo oyendo desde que tengo la capacidad de entender lo que me dicen. De modo que me siguen fascinando las iglesias, si bien no frecuento misas ni rituales, me atraen por el conjunto de belleza y antigüedad que respiran, algunas me producen una paz intensa y otras enorme inquietud. Hay imágenes que parecen tan reales y que contienen tal carga de sufrimiento que me escalofrían, me llevan a mirarlas de reojo y a salir pitando; aunque es algo que pocos llegan a comprender.

-Jesús, mujer, ni que acabaras de salir de la casa del terror.
-Nuestros terrores nos siguen a donde vamos, y a veces nos espantan donde menos nos lo esperamos.

El viernes por la tarde, que ya era noche cerrada, con un cielo cargado de nubes sobre un mar oscuro y una media luna en lo alto, iba caminando sola junto a la iglesia. El frío era intenso y M. se quedó aparcado con unos amigos. Prefiero pasear acompañada, porque eso me da pie a decirle a alguien en voz alta aquello que se me ocurre y también puedo escuchar opiniones distintas a las mías o procurarme algún escudo contra algunos de mis miedos y hacerlos desaparecer tal como desparece el humo de la cocina cuando abrimos una ventana. Iba caminando sola, decía, por un lugar tan solitario siempre en cuanto cae la noche y concurrido durante el día, cuando el grupo de ensayo de los pasos de Semana Santa comenzó con su pum-pum-pum requetepúm, requetepúm, pum pum, y vuelta a empezar, que hace unos años me hacía salir de allí escopetada. Envuelta en un terror incomprensible pero seguro que hasta ancestral. Ese que alguna vez te resultó tan absurdo cuando te aseguraba que ese retumbar en plena noche junto a la iglesia y la vera del mar, tenía una mezcla de tantas cosas que me era imposible de aguantar. Aún podía sentir la forma en que solías agarrar mi mano y me hacías andar, como tratando de que caminara no ya sobre las baldosas grises, sino sobre mis miedos.

El viernes no estabas allí para verme, pero recordando la charla que tuvimos en años pasados acerca de lo mismo, seguí caminando, diciéndome aquello que desde el púlpito de la misma iglesia me contaron cuando era niña: Dios está en todas partes. Desde el mismo momento en que pude racionalizarlo me hice egoísta; lo llevo conmigo siempre y cuando estoy sola sé que aunque no pueda verlo ni oírlo, él me comprende. Admito que es difícil, pero entre su cúmulo de virtudes se le atribuye la de un poder infinito de comprensión. Así que por qué no. En medio de aquel redoblar de tambores que el eco de las olas llevaba desde una esquina a la otra del puerto con su pum-pum-pum requetepúm, requetepúm, pum pum hice el paseo un kilómetro entre ida y vuelta. Antes de regresar hacia la multitud que tanto te apasiona, volví a pedirle que me cuide a aquellos que ya no están, y que les envíe recuerdos. No tuve necesidad de rogarle que les cuide bien; sabiendo como me cuida lo doy por hecho.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Nieve de primavera

Es curiosa la mezcla que se produce en estos días, nieve en las montañas, cielos despejados junto al mar, dientes de león creciendo por doquier, con sus amarillos soles bajo la luz del único y resplandeciente sol, allá entre los tules que se juntan para formar nuevos algodones de agua, que se van oscureciendo paulatinamente para dejar paso al aguacero.

Verde aterciopelado salpicado de blancas margaritas silvestres. Fuertes contrastes entre cielo, mar y tierra. Hay que dejar un espacio diario para mirar alrededor y recargar pilas. Para detenernos a pensar en que somos afortunados por poder disfrutar de un nuevo día. Solo eso, que incluso alguna vez se nos olvida. Es imprescindible recordar que a veces lo que parece tan sencillo no lo es tanto

...y que un día no será.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Criadas y señoras, de Kathryn Stokett

De nuevo vuelven a demostrarnos lo fácil que es despedir a los trabajadores, dejarlos en la calle después de veinte o treinta años de desempeñar el mismo oficio. Algo de verdad impensable hace unos años. Parece tan sencillo inventar fórmulas para que las mayores atrocidades sean cometidas tal como si nada pasase, que a veces uno cree que ya no podrán volver a sorprenderle, pero sin duda lo conseguirán.

Con este panorama por delante uno va dejando de leer e incluso de escribir, para no tener que chocarse con una irrealidad relatada en diversos libros, que nada tiene que ver con la realidad que sucede a tiempo total. Uno deja de escribir para no terminar escribiendo sobre lo mismo, salpicando al mundo su desencanto, o su inconformidad. O para intentar ocuparse en lo que se considera "fructífero" en nuestra sociedad. Aunque sea pulir y abrillantar. Pulir y abrillantar tu hogar desde la mañana a la noche, si eres mujer, está realmente cotizado, en eso poco o nada hemos avanzado. Pulir y abrillantar siendo hombre estaría considerado fatal.

Para quienes recargamos pilas leyendo, es imposible mantenernos alejados de los libros. Hace semanas intentaba leer un libro cuyo título no desvelaré, en el que una autora extranjera no hacía más que relatarme las vidas perfectas de sus personajes, todos altos y guapos, todos ricos; a los que les pasaban las cosas más inverosímiles que puedan hallar lugar en los fenómenos de la naturaleza. Un libro mal escrito, mal contado, aburrido a rabiar, que abandoné pese a que en el fondo deseaba saber qué pasaría con todos ellos, dentro de sus trescientas y tantas páginas...pero me faltó el cuajo necesario para desear saberlo de verdad. Mirando en wikipedia los libros publicados por esta escritora me sorprendí, pasaban de los cien. He aquí alguien que vive sobradamente de sus ventas, juzgando el libro que tengo en casa jamás me lo hubiese creído, doy fe. Si bien tengo que decir que la editorial en que publica no es de las buenas. En las buenas cualquier criba la dejaría atrás.

Junto a ese libro del que hablo, que compré por veinte céntimos junto a una remesa de libros bastante recientes, compré otro a la tercera parte de su precio real: "Criadas y señoras", de Kathryn Stokett, una verdadera delicia para los sentidos, con una portada exquisita literalmente y un contenido contundente y divertido. De una realidad aplastante y un ingenio que lo hace muy valioso a mi ver. Es el libro perfecto para mi ánimo en estos tiempos en que dejar a los trabajadores en la calle resulta tan barato y tan sencillo, con esas fórmulas que los interesados actualizan de vez en cuando, junto a otras fórmulas que legalizan ciertos dineros obtenidos de manera fraudulenta. Parece que todo vale para según quién. Aquí el que no se deprime es porque anda demasiado ocupado; ocupémonos pues.

Os dejo información de Criadas y señoras, de Kathyn Stokett un libro que ocupará un lugar importante entre mis estantes, el libro que en este momento más me apetece leer ;)

http://www.quelibroleo.com/criadas-y-senoras


jueves, 12 de marzo de 2015

Un recordatorio sin más

Seguiremos adelante con cada sueño
sin darnos por vencido
porque un propósito firme
no se debe abandonar
ni en tiempos tan nefastos 
como estos.

martes, 10 de marzo de 2015

Apretando tuercas otra vez

De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que jugar con los empleados de cualquier fábrica, o de cualquier empresa, o de cualquier negocio es demasiado fácil. Que la palabra dada no sirve de nada cuando no existe conciencia de debilidad. Que cuando se tienen todas las cartas sobre la mesa es muy sencillo hacer trucos de magia en los que siempre pierda el asalariado.
Porque ¿Quién defiende al trabajador? En teoría muchos grupos, pero en realidad nadie, cada uno está indefenso ante su propia suerte y cuanto más endeudado peor. Así se vuelven más manejables incluso y venden a quien tienen al lado. De todos los trabajadores, para un empresario, este es siempre el mejor, y van a la caza y captura. Digamos que en este punto los bancos y los politicuchos baratos, que se venden mejor que nadie, son quienes aguillotinan. Quienes condenan a los estropicios que a diario suceden dentro de cualquier empresa. Si esta da beneficios se pasan directos a la cuenta del jefe y si los beneficios no son tantos se comienza a recortar el salario de los trabajadores. Si unos aguantan el tirón, se prueba con otros, y si no hay igualdad, tanto da. Con la excusa de los malos tiempos estiran más y más la cuerda hasta llegar a ahorcar. Uno menos no les duele, cuando hay una lista interminable de gente queriendo entrar.
La sensación que tengo es que la palabra dada no sirve. La gratitud no existe. Un empleado nunca se exprime lo suficiente. No sangra lo suficiente. No se rebaja lo suficiente. Y suerte de aquel que se hace valer. Que ya no cree en esa educación que se usa de forma tan subrepticia para extorsionar. Suerte de aquel que conoce a su jefe y hace que este le conozca a su vez. 
Suerte de aquel que con mucho esfuerzo ha ido pagando sus cuotas y sabe cuanto le necesitan y cuanto vale. Suerte de aquel que comprende que el jefe tiene el puesto de trabajo, pero él la mano que obra que los saca adelante. Y que dentro de su empresa, diga lo que diga el jefe, todo depende de él.
De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que en pre campaña electoral intentan idiotizarnos con trucos de magia, pero aquí lo que cojea es el trabajo, y sin trabajo no se come. Sin trabajo de un día para otro te quedas tirado en la calle. Nos sobran los ejemplos.
Leo un titular en la prensa: "Incertidumbre en Alcoa tras anunciar la firma que proyecta cierres de fábricas". (En diciembre de 2014 juraron un año entero de tranquilidad. Parece que ahora los años solo duran tres meses, si quienes se creen con todos los derechos del mundo lo quieren): Podríamos cambiar el nombre de Alcoa por tantos como queramos, la cosa está mal, pero parece que no hay que alarmarse, los bancos y los politicuchos están felices. De un tiempo a esta parte parece que vivo en Marte,  o en una pesadilla, da igual, si tuviese la cordura suficiente para pensar, pensaría que me cambié de país por despiste. Siento que la palabra dada no sirve, pero quién soy yo para decirlo, si hace años me comprometí a tener un libro listo en el plazo de un año y no lo cumplí. La realidad me abofetea a cada paso, y lo siento si no puedo meterme de lleno en esos mundos gloriosos que alguna vez imagino y contrastan de tal forma en el presente que incluso lo insultan. Lo siento si regreso al presente para quedarme aquí.

Lo bueno es que al final venceremos...o en su versión peor, tendremos que cambiar de país. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Reflexión en voz alta

Escribir significa verter el alma, dejarte un trozo de la misma y compartirla con el mundo. Escribir exige desnudarte ante ojos curiosos y perder el miedo, aunque éste nunca se pierda . Escribir es el acto más profundo de confesión que pueda existir. 


Miguel Ángel Moreno



Comparto esas palabras al cien por cien. Se puede decir más alto pero no más claro. Escribir, para quienes hemos adquirido el vicio es irnos dejando jirones de piel. A veces es extenuante. Agota hasta los límites de uno mismo. Pero no sabríamos vivir sin escribir.

A veces, si se es lo suficientemente bueno y constante se obtiene un premio. Pero para poder llegar a eso lo primero de todo hay que saber concluir. Sin concluir una obra no podría presentarse ante el mundo. No obtendría ni un solo lector. Son los lectores quienes obran la otra parte del milagro necesario para que se conozca la obra de cualquier autor.

Si quieres saber lo que cuenta y como lo cuenta, aquí te dejo una invitación a su Blog


lunes, 2 de marzo de 2015

Mamá, ¿Por qué hablas tanto?

Paso a paso se acerca la primavera
traviesa cual niña que estrena nuevo vestido
o relucientes zapatos de domingo.


Ayer durante el día, la luz tenía ese matiz de los días de primavera que aún estar por venir. 
La tarde alcanzó ese brillo que filtrado desde las ramas de los árboles daba constancia de un cielo claro.
La noche un cielo estrellado en que -de conocerlas- habrías nombrado, una por una, las estrellas.

Y pese a todo la muerte siguió haciendo de las suyas: Los silenciosos cementerios volvieron a sumar. 
Respondiendo al ciclo de la vida, inagotable en su eternidad.

Uno no termina de explicarse de qué va este cuento que nadie sabe contar. De dónde venimos, hacia dónde vamos. Solo podemos saber a que dedicamos nuestro tiempo mientras somos. 
Por eso es preciso llenarlo de aquello que nos hace sentirnos vivos, para muertos ya tenemos ese tiempo que nos espera más allá del silencio. Ese silencio que un día nos sumirá...tal vez es por eso que hablo tanto. Quizá hablo para que no me callen. Para no callar mientras siga a tiempo.

sábado, 28 de febrero de 2015

El abrazo del boxeador, de Francisco Ignacio del valle

Este libro obtuvo el Premio Asturias Joven de Narrativa, 2000. Un libro que había intentado leer otras veces, pero que solo puede comenzar y concluir, leyendo desde una cierta distancia. El tema central versa sobre las drogas y la amistad, va de un grupo de amigos que se reúnen en un bar y viven una serie de peripecias que son contadas por un narrador que va poniendo todo lo que ocurre ante tus ojos -aquí es donde me hizo falta guardar una cierta distancia con lo que contaba, para poder quedarme hasta el final-, hay escenas crudas que cuentan una parte de ese submundo que permanece despierto en cualquier ciudad, mientras su otra mitad, duerme su sueño tranquilo. 

El libro es un libro rico en detalles y matices, que cuenta muchas cosas y todas diferentes, pero que sigue de cerca a Bosco, el amigo en torno al que sin saberlo muy bien, todos se reúnen. Y es así como asisten a su día a día cada paso más cerca de los infiernos y de los cielos también; porque como escritor también tiene sus momentos de gloria.

Debo disculparme porque había conseguido una entrada mejor que la presente y la perdí. A veces los ordenadores fallan y nos pierden cosas, que como podemos intentamos reponer. En un momento del libro le hacen una entrevista a Bosco donde le preguntan si cree que el dinero da la felicidad, él responde que no, pero que la imita demasiado bien. 

En esa afirmación no puedo estar más de acuerdo. Conocemos a mucha gente con problemas que el dinero siempre podría arreglar; nos los encontramos a diario de un tiempo a esta parte: en cada desahucio por ejemplo...

martes, 24 de febrero de 2015

Se estiman olas de 15 metros en el litoral

Esta mañana me acerqué al litoral para ver ese mar, a menudo calmo, que hoy acumulaba olas exageradas. Tomé algunas fotografías, que no reflejaban para nada la belleza de ese momento en que amanece y el gris del cielo es idéntico al de la marea, solo desteñido por el blanco cordón de espuma que deja su cresta atrás.

Hoy la iglesia aguantaba bien esa bajamar, que desde una cierta distancia cavaba la arena de sus orillas, dejando pequeños socavones, desde la distancia, la fuerza de la construcción añeja era tan imponente como siempre. El dique viejo recibía olas tan altas que a momentos desaparecía, entre esos caballos desbocados con sus crines echadas al viento. 

Por el momento nada hay que lamentar, tal parece que las fuerzas naturales se revelan ante lo que está pasando en nuestros juzgados. Si se tuviese la suficiente imaginación nos estarían diciendo que hay que erguirse sobre nosotros mismos para que algunas situaciones desaparezcan de una vez de nuestros horizontes. E indagaríamos en el origen de aquello que con su presencia parecen haber venido a contar.

Eran impresionantes el viento, la lluvia intensa y el mar crispado. Así como el cielo calmo, lleno de nubes, donde un sol tímido lidiaba por filtrar sus rayos; sin conseguirlo. Una estampa de un gris plomizo saludaba al día en que se han calculado olas de 15 metros en el litoral.

jueves, 19 de febrero de 2015

Verbo corregir

Cuando digo que sigo inmersa en la eterna corrección de mis novelas, en realidad estoy intentando lidiar con algunos conceptos que me resultan complicados. O lo que estoy es eliminando, añadiendo o reconduciendo en un intento de formar algo global que tenga un principio y fin sin llevar al sueño profundo de por medio.

Creo que hallé una herramienta valiosa que desde aquí quiero compartir, aunque vaya muy escasa de tiempo. Elegí la página en la que siempre me tropiezo, todos esos conceptos son harto complicados para mí. Ahí os la dejo:

Sin borrones

miércoles, 18 de febrero de 2015

El increíble viaje de Mary Bryant

El otro día comencé a ver esta película y aunque al principio me interesó, en un momento dado me resultó tan cruda que cambié de canal...y nuevamente volví para quedarme hasta el final. Me impactó, mentiría si no dijese que me tocó las fibras. Destacaría ante todo la voluntad férrea de sus protagonistas para sobrevivir pese a todo y el amor; ese capaz de volver a darse todas las oportunidades precisas. Vamos, el verdadero, el que uno se lleva desde esta vida a la otra y quizá incluso allí vuelva a resucitar.

El fallo que le vi fue ya no tanto que la niña en la mayor parte de la película no crezca, sino que un bebé pueda sobrevivir con aparente tranquilidad cuando los mayores desfallecen de tal forma. Un niño más crecido lo haría más creíble, pero incluso a eso le doy un margen de benevolencia por el resultado global.

Parece que la historia real de Mary Bryant difiere en algún detalle, pero eso lo dejo para quién quiera indagar. Como no puede haber opiniones idénticas os aporto alguna más:


http://cronicasenferrocarril.blogspot.com.es/2012/03/el-increible-viaje-de-mary-bryant.html

viernes, 13 de febrero de 2015

Preguntas que me rondan

Hay una duda que de un tiempo a esta parte ronda por mi mente. Veréis, a lo largo de la historia de la escritura, no han sido pocos los autores que han pedido a su albacea literaria que destruya sus escritos tras su muerte. Creo que Kafka fue uno de ellos y que su albacea, en vez de destruirlos, los publicó. La pregunta es ¿que hace Google?, ¿los destruiría o seguirían pululando por ahí? Quien dice Google dice Amazon, etc.

Junto a esta cuestión hay otra que me ronda. Si yo tengo este blog y a partir de un día de estos decidiese publicar una novela con otro seudónimo y comenzar una andadura con mi otra identidad como escritora de novelas ¿Google respetaría mi decisión de comenzar de cero? ¿Me mantendría para siempre desvinculada de este blog? Sé que sobre el papel lo haría, pero ¿llegaría a comportarse -a su manera- como el albacea de Kafka?

No es por nada en particular, o sí; en todo caso es que de cuando en cuando me surgen preguntas acerca de ese monstruo al que nadie le conoce la cara, el monstruo de Google; o San Google, aquel que todo lo sabe. Y aquel al que todos recurren.

lunes, 9 de febrero de 2015

Un sueño nace porque nace, de ahí en adelante vive. Esto es así

Hace días me regalé un portátil viejísimo para usar solo con el word. El chico que me lo vendió se volvió loco para demostrarme que servía para navegar por Internet, y aunque servía de muy poco y muy mal, se quedó de una pieza cuando sin regatear tan siquiera acepté su precio.
De una pieza se quedó la chica de la tienda de informática, cuando llegué con él y le dije que solucionara algunos problemas que tenía y le instalase un word, el que pudiera. Me comentó que esperaba que no hubiese pagado mucho por él porque era más o menos de la era de los dinosaurios. Sonreí con mi sueño entre los labios y el secreto anhelo de que el ordenador estuviese bien dispuesto a cumplir con su parte, porque yo pondría mucho empeño en cumplir con la mía. Cuando la chica de la tienda me lo devolvió dijo que navegaba sin problemas, no la creí, no navegaría ni para atrás, pero no le dije que solo lo quería para el word. O sí, se lo dije y la verdad, tampoco me entendió. Volvió a insistir en que navegaba bien y que sin Internet ningún ordenador servía para nada.¿¿¿...???
Ahora mismo lo iba a arrancar, pero antes debo hacer anotaciones, tengo ante mí un archivo de word de seiscientas y algo páginas a doble espacio. Cargadas de errores gramaticales y demás y sé que alguien tendrá que echarme una mano si en algún momento quiero subirlo a Amazon. Me han mandado tutoriales de cómo hacerlo, pero son demasiado complicados para mí como concepto. Y tampoco es el momento. Por ahora me queda elaborar un croquis en papel. Es decir, resumir la historia ya pasada a word, a papel, y leerla toda de principio a fin sin cambiar una palabra. Sudo de solo pensarlo, pero una escritora extranjera dice que en el momento en el que está mi escrito se debe obrar así; asegura que es inútil corregir palabra por palabra algo que sin duda volverá a cambiar en el proceso.(Parece poca cosa, pero es una exigencia que no sé si podré cumplir. Espero adquirir la disciplina necesaria en el trayecto).
Ya ni quiero contar el momento en que traje mi viejo portátil azul a casa y las risas y desconfianzas que desató. "No sirve para nada" fue lo primero que escuchó, después me tocó a mí "Tu sueño de escribir tampoco sirve para nada". No respondí. No voy a decirles nunca que mi sueño de escribir me salvó la vida hace tanto tiempo. No voy a admitirlo ni ante mí. ¿Cuánto vale este deseo de encaminar mis historias de principio a fin?, más que el concepto que tengo de mí misma, eso seguro. Y más que la realidad absurda que como país nos toca vivir. Por valer, vale más que todas las fortunas que ahora algunos no saben ni explicar de dónde salieron, o cómo crecieron hasta volverse desorbitadas.
Cuánto vale el sueño de encender un portátil viejo tiene una respuesta sencilla, con la casa a quince o dieciocho grados da gusto escribir. Es mejor que hacerlo desde otro ordenador con torre y monitor en el helado desván que en esta época no sube de los tres grados. 
Cuánto vale el sueño personal de cada uno es incalculable, aunque siempre lo pongamos en duda: Un sueño vale más que un tesoro; porque a poco que lo cuides se convierte en un valioso motivo por el cual vivir.

martes, 3 de febrero de 2015

Seguiremos viviendo, de Elisabeth Pedrosa

Se dice que Internet ha cambiado nuestra forma de leer, puede que sí, a mi parecer algunos buscábamos en los libros lo que ahora encontramos de otro modo más directo, sino mejor. Ayer mismo, viendo por casualidad una entrevista en televisión, sin saber absolutamente nada de una mujer a la que entrevistaban, con solo un clic llegué hasta el resto de la cuestión.

 Esa mujer es Elisabet Pedrosa, una madre que escribió un libro titulado Seguiremos viviendo. Un libro que comenzó a escribir dos días después de la muerte de Gina, su hija de 11 años. Si bien es madre de otros dos.

Con este libro quiere contribuir a que los cuidados paliativos pediátricos sean una opción disponible a todo aquel que los pida. Para su familia en esos momentos tan complicados, según cuenta, fueron una bendición.

Como decía, siguiendo al detalle la entrevista, con solo un clic, pude ampliar la información acerca de quién es y qué hace Elisabeth Pedrosa. Esto hace años sería impensable, nos volveríamos locos intentando recabar información. No voy a negar que esto ha cambiado mi forma de leer, me ha hecho mucho más selectiva, y como ser humano -quisiera pensar- mucho mejor. Es imposible que leyendo a personas tan especiales como ella (por el momento a través de su blog) uno no aspire a colaborar en cierta forma a llevar mucho más lejos el eco de su voz.