Hay una duda que de un tiempo a esta parte ronda por mi mente. Veréis, a lo largo de la historia de la escritura, no han sido pocos los autores que han pedido a su albacea literaria que destruya sus escritos tras su muerte. Creo que Kafka fue uno de ellos y que su albacea, en vez de destruirlos, los publicó. La pregunta es ¿que hace Google?, ¿los destruiría o seguirían pululando por ahí? Quien dice Google dice Amazon, etc.
Junto a esta cuestión hay otra que me ronda. Si yo tengo este blog y a partir de un día de estos decidiese publicar una novela con otro seudónimo y comenzar una andadura con mi otra identidad como escritora de novelas ¿Google respetaría mi decisión de comenzar de cero? ¿Me mantendría para siempre desvinculada de este blog? Sé que sobre el papel lo haría, pero ¿llegaría a comportarse -a su manera- como el albacea de Kafka?
No es por nada en particular, o sí; en todo caso es que de cuando en cuando me surgen preguntas acerca de ese monstruo al que nadie le conoce la cara, el monstruo de Google; o San Google, aquel que todo lo sabe. Y aquel al que todos recurren.
Junto a esta cuestión hay otra que me ronda. Si yo tengo este blog y a partir de un día de estos decidiese publicar una novela con otro seudónimo y comenzar una andadura con mi otra identidad como escritora de novelas ¿Google respetaría mi decisión de comenzar de cero? ¿Me mantendría para siempre desvinculada de este blog? Sé que sobre el papel lo haría, pero ¿llegaría a comportarse -a su manera- como el albacea de Kafka?
No es por nada en particular, o sí; en todo caso es que de cuando en cuando me surgen preguntas acerca de ese monstruo al que nadie le conoce la cara, el monstruo de Google; o San Google, aquel que todo lo sabe. Y aquel al que todos recurren.
Respetaría tu desvinculación pero quedaría el blog -aquí o ahí- para los restos; salvo que Google desapareciera. Entonces nadie podría acceder a él. Yo tuve en mis comienzos, comienzos de internet casi por aquel tiempo, una página web de esas que son gratis. De la noche a la mañana el lugar se vino abajo o desapareció, no lo sé bien exactamente, absorbido por otro grande, imagino, y mi página quedó sepultada en el olvido.
ResponderEliminarSea lo que sea que te ronde, hazlo.
Un abrazo.
Teóricamente, no puede publicarse nada sin el permiso del administrador de una página, o quizás de sus herederos legales, pero . . . .
ResponderEliminarUn saludo.
Mián Ros, me pregunto si conservas lo que escribiste allí. Sé que los escritos pertenecen al tiempo en el que son latidos y que a veces con el tiempo no son lo mismo para quien escribió, pero algunos ni aunque fuesen escritos mis veces nos saldrían mejor y da mucha pena perderles en un click,
ResponderEliminarSaludos
Rodericus,en el mundo de las artimañas casi todo es posible, incluso tener una gran fortuna y no saber de dónde salió pero afirmar tajante que no salió de la corrupción...ejem...
ResponderEliminarDespués de ir viendo tantas cosas siempre aparece otra peor.
Parte de esta entrada también surgió de la aparición del último libro publicado por J.K. Rowling, publicado bajo seudónimo, que no obstante la descubrió como autora para el mundo ¿?
Saludos