Me parece una cifra alarmante, porque eso significa que cada quince minutos alguien se ve forzado a abandonar su hogar, la mayor parte de las veces porque ese alguien antes perdió su empleo y no encuentra respaldo económico para seguir pagando su hipoteca. Y se ve abocado a abandonar lo que antes era su mejor sueño, junto a su mejor ilusión: el deseo de prosperar.
No son buenos tiempos para la prosperidad aunque abunde el maquillaje. Aunque se sigan disfrazando datos. Aunque las fotografías a primera página sigan haciendo distinción entre unos y otros. ¿Cuando comenzaremos a darnos cuenta de que todos somos todos y que entre nosotros, y quizá más que nunca nos necesitamos?
Os dejo el enlace a una entrada que acabo de leer y que sin saberlo me rescató del mundo desanimado en que me encontraba hoy.
Si que son tiempos difíciles, ya lo creo.No se habían parado los desahucios este mes pasado?
ResponderEliminaren fin...es cierto que no somos solidarios y eso aun nos divide y desanima más, ojala la gente tome conciencia de que nos necesitamos unos a otros y hoy por ti y mañana por mi, viviríamos tan agustito :)
Besos
Pury, me asombra que las leyes sean tan rápidas para los derechos de unos y tan lentas y a veces nulas para los derechos de otros. Creo que la solidaridad que más se echa en falta es la de quienes gobiernan y la de esos bancos que fueron rescatados con dinero externo; porque ellos eligen lo que sucederá y tienen otras soluciones distintas a las que eligen, que son las que nos condicionan.
ResponderEliminarSi decía que la entrada de Pilar Alberdi me rescató del mundo desanimado en que me encontraba es justo por eso, porque a lo largo y ancho de su entrada recalca las soluciones que desde arriba nos podrían aportar, en vez de seguir ahogando. La cuerda se sigue apretando y los suicidios, a veces disimulados en accidentes, se siguen sumando. Es hora de que algo empiece a cambiar.
Un beso