Este es el primer libro de José Saramago que leo y creo que explica muy bien por qué llegó a ser Premio Nobel de Literatura, no por su nacimiento en la abundancia, eso queda claro, si no porque lo bien que sabe transmitir sus experiencias y su mirada de la vida, eso sin tener en cuenta el placer que produce leer las palabras que elige, que mientras se leen resuenan como la música.
El libro lo tituló Las pequeñas memorias porque relatan su infancia, una infancia llena de privaciones de toda clase, que no obstante forjarán al futuro escritor. Es un libro que recomiendo leer a todo el mundo porque contiene entre sus páginas la convivencia con la escasez de recursos, que no obstante pudo entre sus recovecos formar a un excelente escritor. Uno lee estas pequeñas grandes memorias y se alegra de que la vida le haya dado la oportunidad de cosechar todos los logros que cosechó. Recién terminadas de leer, aún resuenan en mi cabeza, con un eco que llega para quedarse a lo largo del tiempo, así es y tanto lo que me impactó.
De todo el libro subrayo una frase dicha por su abuela, sentada a la puerta de su casa cuando ya estaba muy mayor: "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir". Él que solo es un adolescente en ese momento, la escucha decirlo, pero ese es un instante que ya no olvidará, uno de tantos que quiso reunir en su recorrido.
También a lo largo y ancho de sus páginas nos habla de su hermano mayor, muerto con solo cuatro años de edad, al que recuerda trepando sobre los cajones abiertos de una cómoda dispuesta a modo de escalera, para trepar a la ventana de la calle, desde donde se queda a observar ver a la gente pasar, con unos ojos que se cerrarán para siempre a tan corta edad.
A mí que me gusta escribir, a veces sin saber bien lo que digo, me gusta mucho más leer, con bastante diferencia cuando me encuentro con este tipo de libros, que me hacen crecer tanto como lectora, y que me gratifican tanto como persona. Lo único que lamento es que él ya no esté aquí para poder decírselo, aunque creo que a él le da igual, él escribió este libro para que le sobreviviese y en ello está.
Es un libro inolvidable por completo.
Eres una afortunada, besos.
ResponderEliminarLo importante es que sea inolvidable para tí, abrazo.
Begoña dijo:
ResponderEliminarTengo un problema en el blog, puede que sea mi última entrada, sin embargo leeré y escribiré siempre aunque no sea aquí y por lo tanto me considero afortunada.
Besos
Begoña dijo:
ResponderEliminarSigo con problemas en el blog que intento resolver.
Pero eso no me impide dejaros unas reflexiones de José Saramago que comparto cien por cien:
http://www.youtube.com/watch?v=0NDDbS6REFw
Él ya no está, pero sus pensamientos quedarán escritos para que todos recordemos lo bonito que es vivir.
ResponderEliminarSiempre es una delicia leerte, Begoña.
Un fuerte abrazo,
Mián Ros
Begoña dijo:
ResponderEliminarAl leer estas pequeñas memorias si algo queda claro es que es un hombre que se hizo a sí mismo y que nunca se detuvo en su deseo de ser escritor. Ahora todos los escritos que se afanó en dejar en el mundo están ahí y vivirán a lo largo de generaciones enteras. Serán casi eternas.
En cuanto a leerme, tengo un problema con la plantilla y no sé si en vez de seguir publicando aquí me lance de lleno a la publicación en Amazon. Me apetece mucho sacar adelante mis novelas y en ello estaré si no vuelvo por aquí.
Otro abrazo para ti.