Él consigue que lea mientras hay un gran ruido de fondo, mientras me reclaman y vuelvo a mi lectura en el punto en que estaba, mientras los trajines diarios me llevan y me traen y consigo tener unos minutos imprecisos para leer. Consigue lo que pocos consiguen, que al retomar la lectura sepa en el punto exacto en que lo dejé aunque no recuerde la página. Y lo hace posible porque no se pierde en descripciones odiosas, no se repite, no paraliza la acción y en sus diálogos hace que los personajes se aproximen aún más a ti, que se parezcan a personas reales que exponen sus preocupaciones de motu propio.
Las cosas que no nos dijimos va de una chica que nunca tuvo una buena relación con su padre, y que después de enterrarlo recibe en su casa una caja de dos metros de alta con un androide dentro, ese androide es su padre, con quien tiene que decidir si quiere pasar seis días. Difícil elección que a la chica le plantea no pocos inconvenientes, pero una cosa está clara, después de esos seis días el androide morirá también, y la posibilidad de recuperar las cosas que no se dijeron también.
Aquí los críticos literarios supongo que tendrían mucho que decir en cuanto a qué cosa es literatura o no, lo de los betseller y su conveniencia o no etc etc. Yo como lectora me lo estoy pasando genial, y sinceramente no quiero que este libro se acabe, que tratándose de mí ya es bastante decir.
Hola, Begoña:
ResponderEliminarEspero que ese libro te deje tan buen sabor de boca como el que me dejó a mí.
http://lavidadeunaorquidea.blogspot.com/2011/01/y-si-tuvieras-una-segunda-oportunidad.html
Un beso.
No lo he leído.
ResponderEliminarEl argumento es alucinante.
Que lo disfrutes.
Besos.