No es tan raro que la sepa encontrar,
Así al vuelo, como si de una pluma de ave se tratara
Que llegada con el viento entrara en casa
Y sacudiera tus cimientos porque sin casi advertirla
Se te hubiese colado por algún resquicio inusitado de tu cuerpo
Y te dejase mudo al contemplar su delicadeza.
Te lo he dicho mil veces, y no lo tienes en cuenta,
Todas, todas las horas de mi vida busco y encuentro
La palabra perfecta, aquella que mejor define lo que siento.
De ese modo si me enfado puedo ser un huracán diestro y certero,
¿Por qué nunca me escuchas cuando hablo?
¿Por qué no me oyes cuando te lo advierto?
Me siento presa de cada sentimiento, incluso si desespero,
Y busco silencio en el mar, en el asfalto, incluso en el cielo
Mientras brotan las palabras que he de vestir
Con los mantos bordados de nieve y hielo,
De fuego, de arena, de campos yermos
Para regresar de nuevo y ser solo yo
y en tus ojos verde campo verme de nuevo.
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