Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
jueves, 2 de diciembre de 2010
El valor de la palabra
La palabra escrita, la hablada, interpretada, la palabra soñada, la esperada, la adecuada, la palabra exacta, la abstracta, la mejorada. Todas las palabras, las leídas, las escuchadas, las que dijimos, las que permanecieron cuando sus artesanos fallecieron. Todas, todas las palabras resultaron inútiles cuando no pudieron detener una muerte, una batalla, el hambre de un solo niño, el dolor de una enfermedad, una guerra cruenta…
Y todas se me antojan inútiles cuando se habla de comenzar una guerra más… ¿Comenzar una guerra más?
Las oigo y las leo, y me parecen inútiles aún, si no pueden detener más muerte, más batallas, más hambre, más dolor, más enfermedad, más guerras cruentas.
Quien ama la palabra escrita, la dicha, la interpretada, la palabra empeñada en un compromiso serio no entiende nada. Sólo sabe que la mejor batalla de todas es aquella en la que se dicen y se oyen las palabras, porque sabe que las palabras sabias llegan a un buen acuerdo; si el silbido de los disparos no las acallan. Allá donde reine la inteligencia con una palabra basta.
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Qué magnífica reivindicación de la palabra, Begoña.
ResponderEliminarHay que seguir aliándose con las palabras. Evitar las palabras gastadas, las que ya no dicen nada y dejan el campo abierto a la no-palabra, al silencio de la violencia. Hay que seguir jugando a comunicarnos, hay que seguir convenciendo, hay que seguir civilizando el pensamiento, encauzado en palabras que nos reconcilian con nuestra especie: porque quizás lo mejor que nos define a los humanos es el lenguaje.
Hay algo que me frustra infinitamente, y es que en política se cuide tan poco la palabra. Creo que quienes más a fondo deberían dialogar y dialogar hasta entenderse son quienes menos dispuestos parecen a hacerlo.
ResponderEliminarLa palabra escrita es un modo de lucha, una lucha por un mundo mejor, que siempre es posible.
Saludos