Powered By Blogger

sábado, 5 de mayo de 2012

Entre ganar o perder

Era una niña de catorce años que acaba de perder a su único hermano en un accidente de tráfico. Sus padres y el mundo eran un lugar lleno de lágrimas prestas a estallar por doquier. Su pretendiente un chico con aire distraído, que escondía sus ojos tras unas gruesas gafas, y las mejillas bajo una barba incipiente tan rala como él. Y ella misma una chica dispuesta a huir del mundo, que cuando le dio el sí que tanto ansiaba, en realidad ni lo había pensado bien. Después de ello estuvieron casi un año vagando por las calles de la ciudad, distraídos de todo y de todos, viendo pasar el tiempo desde su voluta de humo inconstante. Hasta que una prueba de embarazo dio positivo y pusieron en jaque mate los momentos dormidos en su vaivén.

Ella alegó que tenía solo catorce años. Él dijo que aún no había cumplido los dieciocho. Los padres de ella que habían perdido a un hijo y no estaban dispuestos a matar una vida. Los padres de él dijeron que a saber de quien era el niño. Que fue creciendo un día tras otro, un mes tras otro mes, y que finalmente abrió sus ojos al mundo para inundarlos a todos desde su iris azul.

Fue en ese momento en que lo contemplaron por primera vez que entendieron que hubiese llegado al mundo. Y que aquella opción que algunos pronunciaron en un principio como solución se les antojaba un crimen. Un crimen abortado desde el primer momento por quienes apostaron como único medio la posibilidad de nacer.

1 comentario:

  1. A veces, la vida nos devuelve la felicidad por caminos que no imaginamos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tu lees desde la invisibilidad y puedes aportar algo a este lugar, para ello existe