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miércoles, 16 de mayo de 2012

Defender una vida

Una niña de seis horas de vida fue hallada dentro de una bolsa de deporte, acondicionada con una manta, que fue dejada a las puertas de una guardería. En una nota escrita por su madre se rogaba que la niña fuese llevada al hospital porque solo tenía seis horas de horas de vida. Y explicaba que no tenía trabajo, ni vivienda, y que fue abandonada por el padre de la niña en cuanto supo de su embarazo. Por último rogaba: No me juzguen, esto es lo más duro que he hecho en mi vida.

Al escuchar la noticia me puse a llorar. Porque las imágenes del telediario matinal mostraban a una niña rolliza y risueña, vestida de blanco y azul, que estaba feliz junto a una serie de personas que no sé bien quienes eran, por esa manía de los diarios de dar las noticias a saltos para que te quedes a verlo hasta después; y después no pude verlo ni ampliarlo, porque para ellos hay otras noticias machaconas que tienen más interés. Para mí no, para mí esta es la noticia del día.

No solo no te juzgo, puesto que yo no sé cuales son tus circunstancias. Sé algunos datos, como que en cuanto quedaste embarazada te abandonaron, en una sociedad que no suele afear esta conducta en un hombre, y sí destroza en cambio a la mujer que es madre sin tener pareja, ya menos por fortuna, pero aún. Al tiempo en que te recuerdo algo que quizá olvidaste: a tu hija le eras imprescindible para vivir mientras se formaba en tu vientre, y necesitaba de tu sangre y tu alimento para formarse y tener la oportunidad de ser. En esos meses quizá te tocó alimentarla como describía Miguel Hernández en la Nana de la cebolla, quién sabe, pero estuviste ahí al pie del cañón librando la batalla más dura de tu vida. Sacando adelante lo mejor de ti para traerlo al mundo y darle oportunidad de nacer. Por lo que parece pariste sola, y te aseguraste de que la niña estuviese bien en sus primeras horas de vida. Te imagino con la oreja pegada a su corazón escuchando cada latido, con toda la angustia de que se te fuese de las manos, pensando en cómo harías para cuidarla debidamente las próximas horas, los próximos días, los próximos meses... los próximos años. Y quizá ante una realidad más delicada aún de todo cuanto esperaste, la dejaste en manos de quien pudiese ofrecerle no solo un ahora, sino un futuro digno de ser vivido en las mejores condiciones. Pediste un médico urgente para tu niña, pero no para ti, que te mereces una vida tan buena como la que quieres para ella: la que saliste a buscar a las mismas puertas de la guardería en que seguramente encontraste, cada día , niños bien nutridos y juguetones, compartiendo todas las horas felices de su infancia. Niños con padres y madres que a diario los iban a dejar y a recoger con un cálido abrazo, y unos besos más dulces que la miel. Fue ese futuro de risas y alegrías lo que seguramente te llevó a dejarla allí, y seguramente esperar a que alguien la encontrase y se la llevase de ti.

No solo no te juzgo sino que me parece el gesto de amor más grande que una madre pueda dar. Saber diferenciar entre lo que conviene o no conviene a sus hijos. Apostar por su bien antes que por el propio. Defender su vida pese a la más terrible adversidad. A estas horas ya sabrás que hay muchos padres esperando poder adoptarla. Padres que podrán cuidarla con todo ese amor que tú quisiste para ella.

A estas horas sabes que quizá te hayas quedado sin ella para siempre, pero que siempre estará en ti, en el hueco de tu vientre, en los restos de tu sangre, en el latir de tu oído, en espacio de tu abrazo. Sabes que al fondo de tu conciencia siempre quedará ese amargo remordimiento, ese crujir, por no tenerla cada segundo de su vida junto a ti. Sabes que tendrás que convivir con ello y que no será fácil, esas razones girando al fondo de tu conciencia una y otra vez. Que irán y volverán al compás de los vientos sin previo aviso.

Pero cada día de tu vida deberías sentirte satisfecha por haber ganado esa guerra que otros pierden, dejando una bolsa cerrada con un niño recién nacido muerto, en el fondo más oculto de un sucio contenedor.

Te recuerdo algo que no quiero que olvides nunca. Esta mañana una niña rolliza y risueña ha saludado al mundo desde su bolsa de deporte. Ha podido hacerlo porque mientras te necesitó, SOLO A TI, para estar viva, estuviste ahí. A cada latido de vida, como un reloj.

La noticia se detalla aquí

9 comentarios:

  1. de que forma tan preciosa nos has descrito una triste noticia

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  2. Coincido en que has descrito una noticia bastante sórdida con una elegancia y una sensibilidad magistrales.

    Nunca entenderé el comportamiento de esta mujer. Hay medios e instituciones capaces de ayudar a alguien en su situación. Y algo así, siempre se acaba pagando de una manera u otra.

    No creo que sea fácil olvidar la mirada del bebé al introducirlo en aquella bolsa.

    Gracias begoña.

    Saludos.

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  3. Ángeles, la conté tal y como la visualicé en cuanto la dieron. Esta manía de ponerme en la piel de todo el mundo un día me va a matar.

    Siento una terrible tristeza de que en este mundo que hemos creado aún haya madres que se vean en la necesidad de tomar una decisión así.

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  4. Rodericus: inmigrante sin papeles, trata de blancas...se me ocurren muchos motivos truculentos por los que no pudo dejarse ayudar. Solo existe un motivo por el que una madre abandonaría a un hijo, y es llevar una vida que no le desearía ni a su peor enemigo.
    Eso desencadena un miedo atroz que no deja lugar a la esperanza.
    Saludos

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  5. A mí me has emocionado tú.

    De verdad.

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  6. Un precioso artículo. Me sumo a tus palabras. Es una pena que no se vea la valentía de esta mujer. Ha hecho cuanto ha podido. Hay abandonos y abandonos... Este no es el caso. A quien hay que juzgar es a los que nos han llevado a esta crisis.
    Un abrazo a todos y, en especial, a esa mujer joven y sola.

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  7. Toro, creo que hay ocasiones en que nuestras palabras nos desbordan y que por eso son capaces de transmitir a los demás la esencia misma de lo que sentimos.
    En noticias como esta el único consuelo que hallo es escribir. Letras que a veces son lágrimas.

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  8. Pilar, yo creo que cuando una madre le es imprescindible a un hijo es mientras se forma en su vientre. Una vez que ha salido al mundo cualquier persona puede cuidarlo si tiene los medios para ello. Creo que es algo de lo que esta mujer ha sido muy consciente durante los nueve meses de su crudo embarazo.

    Y para mí no lo abandonó en ningún momento. Lo regaló a quien pudiera brindarle una vida mejor.

    Lo triste es que nadie le ayude a quedárselo y a ofrecerles a los dos una vida digna. Que es lo que toda persona que pueble el mundo se merece.

    Gracias por asomarte a dejar tus palabras. Sumar palabras es reconfortante en este mundo a veces tan injusto.

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  9. Un apunte:
    Cuando un gobierno nos habla de ajustes económicos necesarios. O nos dice que tendremos que apretarnos el cinturón. O que es necesario facilitar el despido.

    ...Nos oculta que nos encontraremos noticias desgarrantes a diario...

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