Creo que cualquier lugar es ideal para escribir. El único requisito imprescindible es la absoluta soledad. Una soledad donde puedan converger la imaginación sin límite alguno, y la coherencia necesaria para que todo cuanto quede escrito se pueda creer. Ojo que no digo que sea real - todo lo escrito en un simple párrafo lo pudiera parecer, si no prueba a hacerlo tú mismo-, me refiero a que parezca verídico mientras se lee.
Lo demás está sujeto a los gustos particulares de cada uno. Si bien es cierto que incluso viviendo en la extrema pobreza se puede ser un gran escritor, de ello ha tomado buena cuenta la historia de la gran literatura. Es apasionante leer un libro de un buen escritor, pero leer su biografía termina resultando si cabe más apasionante. Por poner un ejemplo que me deja en bastante mal lugar, diré que comencé a leer Cien años de soledad, y terminé abandonando su lectura porque me deprimí de veras entre la atmósfera de las primeras cincuenta páginas, y que sin embargo El viaje a la semilla, que es un libro que relata la vida Gabriel García Márquez me supo a poco. Y como ese podría poner muchos ejemplos, de que a veces lo uno y lo otro son indivisibles. Quizá para contar haya que haber vivido no ya mucho, si no con mucha intensidad aquellas pequeñas cosas que rodean cualquier vida diaria.
http://enriquepaez.blogspot.com/2012/02/la-cueva-del-escritor.html
Begoña: que dejaras "Cien años de soledad" tras cincuenta páginas tiene una gran ventaja: que todavía puedes leerlo. Yo ya sólo puedo releerlo, y no es lo mismo.
ResponderEliminarCuando tengas ganas, ábrelo y disfrútalo. Que te dé igual confundir a algún personaje, eso es lo de menos. Déjate llevar por las tormentas de literatura que desencadena.
Muchos y misteriosos los motivos que nos llevan a escribir, haber vivido mucho, o haber vivido poco, en la riqueza o en la pobreza, el entorno, o tus propias vivencias, o las de tu imaginación, los soplos de las Musas, los amores..., etc, etc, Todo ahí dentro deseando salir a través de la escritura. Y lo más importante, el deleite de hacerlo,¿en soledad? Sí, pero solamente para estar más concentrados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo en cambio leí Cien Años de Soledad completamente hechizado.
ResponderEliminarEse libro cambió mi forma de ver el mundo.
El lugar ideal para escribir es aquel en el que el corazón puede hablar libremente sin nada que lo atosigue ni le agobie.
ResponderEliminarCuando susurra libremente sus palabras sobre un trozo de papel, sin importarle nada de lo que hay a su alrededor.
Ese es mi lugar ideal para escribir. Eso SI en silencio. Solo así puedo ser yo.
Miguel, lo dejé cuando el protagonista atravesaba una ciénaga que me llenó de angustia vital. Supongo que sumado a la angustia por una muerte reciente. Mi idea al dejarlo fue esa, retomarlo cuando fuese capaz.
ResponderEliminarProbaré un día.
Isaura, no soporto que lean sobre mi hombro mientras escribo. O que mis gentes cercanas indaguen entre mis escritos. Y estoy aquí cruzando fronteras un día tras otro con el absoluto convencimiento de que hago justo lo que quiero hacer.
ResponderEliminarSoy un contrasentido absoluto.
Toro, a muchísima gente le sucedió lo mismo que a ti.
ResponderEliminarEspero que al intentar leerlo de nuevo me atrape esa magia.
Rebeka, yo entre los tumultos recabo información, que suelto luego en silencio. Necesito oír las palabras al fondo de mi cabeza para escribir.
ResponderEliminar