El día más bello. Hoy
La cosa más fácil. Equivocarse
El error mayor. Abandonarse
La raíz de todos los males. El egoísmo
La distracción más bella. El trabajo
La peor derrota. El desaliento
Los mejores profesores. Los niños
La primera necesidad. Comunicarse
Lo que hace más feliz. Ser útil a los demás
El misterio más grande. La muerte
El peor defecto. El malhumor
La persona más peligrosa. La mentirosa
El regalo mas bello. El perdón
Lo más imprescindible. El hogar
La ruta mas rápida. El camino correcto
La sensación más grata. La paz interior
El resguardo mas eficaz. La sonrisa
El mejor remedio. El optimismo
La mayor satisfacción. El deber cumplido
La fuerza mas potente. La fe
Las personas mas necesarias. Los Padres
La cosa más bella. El Amor .
Madre Teresa de Calcuta
Me quedo con, el error mayor: abandonarse (quién lo ha sufrido sabe cuanto duele ver cómo caes sin tener ganas de levantarte...), lo más imprescindible: el hogar (no somos nadie sin ese sitio de dónde venimos, o a dónde llegamos...), la cosa más bella: el amor (porque sin amor, no somos seres completos al 100%)
ResponderEliminarUna vez más, gracias por tus líneas, siempre reflexivas e identificativas!!
Un abrazo,
Rebeca.
Gracias a vosotros por lo que aportáis, sin vuestra voz esto sería como escribir en la arena de un desierto, ...igual de cansino.
ResponderEliminarAbrazos
Un gran decalogo y toda una lección de vida.
ResponderEliminarSaludos
Cierto. Cada escrito de esta mujer es un regalo a la vida.
ResponderEliminarSaludos
Pues sí, querida Begoña. La persona mentirosa es la más peligrosa. Y las mentiras son lo que más duele.
ResponderEliminarGracias por traernos estas palabras aquí para poder disfrutarlas.
Un beso.
...Sin embargo, la comunicación está hecha de muchos materiales, uno de los cuales es la mentira. No es pensable un diálogo sin una dosis de mentira. ¿No nos mentimos incluso a nosotros mismos? ¡Y no sólo por piedad!. La mentira compulsiva, la que se teje y teje para ocultar otros pecados, acaba engullendo a quien la dice, a quien acaba "viviendo en la mentira". Pero hay otra mentira creativa, literaria, divertida, la del humilde que no se siente capaz de traducir la verdad, y entonces miente para decir algo que se le parezca.
ResponderEliminarVivir en la mentira es una maldición. Envolver mentiras en otras mentiras es un cansancio infinito. Hacer cálculos con la verdad y preferir la mentira es una traición. Pero colocar algunas mentiras en el mosaico de la verdad está permitido. Porque la sinceridad total es mentira.
Perdona, Begoña, el largo divertimento sobre la mentira, pero un tema que siempre me apasionó.
Has dejado un comentario que es sin duda para reflexionar :)
ResponderEliminarSaludos