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lunes, 24 de marzo de 2014

Tour Confidencias en España

Acabo de leer las ciudades que visitará durante el verano en  España y parece que por el momento no visitará Asturias, si bien la última vez, creo recordar, Oviedo tampoco figuraba en el primer cartel y fue añadido después. Fue el primer concierto al que asistí, con lo que conlleva de riesgo ver en vivo y en directo a alguien a quien admiras, porque a veces lo preconcebido corre el riesgo de poseer mejores cualidades que el original. Después de ver el concierto de Alejandro Fernández en Acapulco 2005, colgado en Youtube, estaba claro que no podía perderme la oportunidad de asistir a un concierto suyo al menos una vez en la vida. Lo guardo en mi mente como algo muy especial que la siguiente vez iba a repetir junto a montones de amigas a las que contagié mi admiración. Podéis sumaros.

Próxima visita a España

jueves, 20 de marzo de 2014

La lucha no ha terminado

Ayer se daba la noticia de que Mateo, ese niño que nació con un tipo de leucemia, encontraba una médula compatible con la suya. Cuando el padre del niño tuvo las cámaras delante dijo que era un día para celebrar a lo grande, pero que aún queda por delante un proceso complicado y que aunque Mateo ya consiguió su médula, hay otros muchos Mateos en la misma lucha de encontrar un donante, y que por lo tanto sigue siendo necesario seguir sumando donantes. Aunque se mostró feliz de que tanto Mateo como otros ocho pacientes hayan podido conseguir una médula compatible con la suya, aseveró que quedan infinidad de casos sin resolver que no podemos olvidar. 

Se habla mucho de las redes sociales, de sus usos y desusos, de todo lo que está bien y todo lo que está mal, pero es una alternativa capaz de recorrer el mundo en un segundo y capaz de viajar a la velocidad del rayo para llegar, aunque no haya grandes recursos, allá donde nada llega. Son capaces de movilizar el mundo dispuestas a encontrar esa voluntariedad humana que a veces se desvive por colaborar. Es un organismo serio y sin fronteras.

La página web de Mateo sigue abierta, para que todo aquel que quiera donar pueda hacerlo, porque otros Mateos siguen esperando su médula, de modo que si quieres, puedes; él te recibirá contento:







miércoles, 19 de marzo de 2014

Curso de informática avanzada

Hace semanas comencé un curso de informática avanzada, porque me dijeron que el de iniciación consistía en cosas demasiado básicas. Por suerte empezamos por Word, me encanta Word, alguien dijo que me serviría mucho para mis libros. Mis libros..., en este momento no apuesto gran cosa por ellos, los dejo descansar y descanso, mientras me ocupo en otros sueños más mundanos, me dedico a ampliar mis horizontes a un nivel más normal, digamos. Creo que mientras el país se mantenga como está me falta capacidad de creer en mí, o de ocuparme solo en escribir de esa forma obsesionada en que lo hacía. Tal vez he llegado hasta mejores escritores, o hasta a esos que tratan los temas que me interesan a mí y lo hacen mejor que yo, luego puedo dejar de escribir esas historias que antes o no encontraba o no me llenaban. Aunque sí, supongo que este curso me servirá para aprender muchas cosas aprovechables y además es gratuito, uno valora en estos tiempos la gratuidad. Además eso de ir a clase con alumnos y profesores a tiempo real da para aprender mucho de la vida y de sus gentes, eso tampoco lo vamos a negar.

Soy rara y lo sé, además siempre voy a destiempo, esta mañana que presagia lluvia no quisiera tener que ir a ese cursillo informático, ni leer ni escribir. Me gustaría seguir aprendiendo con esta mujer ese oficio milenario que es planchar. Nada mejor que planchar a la par que ella para retenerlo todo bien en la memoria. La parte mala son las tomas falsas que le hace ¿su hijo?, intuyo que sí, porque los hijos a veces sacan lo peor de nosotras mismas para vengarse de nuestros continuos mandatos.  No se si será cosa mía, pero diría que a esta mujer aplicada le encanta planchar, a ver si clase tras clase incluso me contagia.

Os dejo lo que podría considerarse un Curso de plancha aplicada

martes, 18 de marzo de 2014

La inocencia frágil de los gatos

Según me acercaba en el coche por mi carril pude verle, casi entero y aplastado, casi sin posibilidad de esquivarlo porque otro coche bajaba también por su carril. A penas unos segundos para calcular ese cuerpecito menudo a salvo de la rueda, para mirar sin fijar la vista, para esperar que no chocase con la parte baja del chasis, para aguantar la respiración y pasar.

Hay algo trágico en la inocencia de un gato, tenga la edad que tenga, en la inesperada presencia de su cuerpo delicado y menudo, roto contra el asfalto. Y no se me ocurre nada más triste que recorrer solo unos metros y tener que esquivar a otro, más acercado a la orilla pero con idéntico fin. Ha sido esta noche, una noche macabra para los gatos de mi vecindario y no se me ocurre un por qué. Tal vez porque los gatos curiosos de madrugada se deslumbran con los focos de los coches, no sé. 

Un gato blanquísimo y un gato siamés, uno mayor que el otro, triste forma de despertar del letargo de una noche sin sueños. No consigo recordar lo que soñé, pero en cambio no consigo sacudirme la pesadilla de esos segundos, esquivando cuerpecitos menudos durmiendo su sueño falso sobre el asfalto.

sábado, 15 de marzo de 2014

El tiempo siempre responde



Resulta que no me equivoqué al saber quien eras y qué escondías,
pero de cualquier manera me equivoqué, porque terminé por negarte
cualquier posibilidad de comenzar de nuevo, y ser alguien distinto.
Al final de todo eso sigue siendo lo que pesa al fondo de mi conciencia.

La juventud es juventud porque tiene todo el derecho a equivocarse,
siempre que al final del recodo enderece el camino.
Eso es lo que aprendí justo por eso,
porque el tiempo siempre responde.


miércoles, 12 de marzo de 2014

A la espera del rescate, junto al acantilado

Después de unos meses de temporales terribles en el mar, que no han permitido salir a faenar a los pescadores, llega el reparto de la caballa -que aquí llamamos xarda- y el pescador asturiano y el gallego se encuentran con que las leyes centrales le ceden los mayores privilegios a los pescadores vascos. Se prevén tiempos complicados para llevar el pan a casa a diario. Después de calmarse el mar, que lo puso bastante crudo, hay pescadores avisando de que el recorte en los cupos de pesca terminarán consiguiendo que cada pescador gallego o asturiano, a falta de otros recursos, tendrá que arriesgarse más. Esto incluye salir a faenar incluso en días en que sería aconsejable quedar amarrado en puerto.

Escuchar esto -que la prensa ya se ha encargado de denunciar-, en boca de un pescador joven, hace recordar algunos naufragios no lejanos en el tiempo. En concreto uno en que dos hermanos en un día revuelto tuvieron que hacerse a la mar, su pequeña barca naufragó, y durante un tiempo uno de ellos pudo llevar a otro al rastras entre los envites de las olas, donde a ratos lo encontraba y a ratos lo perdía, hasta que un enfurecido golpe de mar se lo llevó para siempre. Él pudo contarlo porque se salvó. 

En este momento en la Isla de la Erbosa, junto al Cabo de Peñas, uno de los lugares turísticos por excelencia, en que no es raro escuchar de un turista, al borde del acantilado, que aquello son todo piedras. Un barco hundido y encallado, con movimientos de peonza que dificulta las labores de rastreo, grita la dificultad de un oficio que no recibe toda la ayuda que debiera. Hace meses los pescadores hablaban de la necesidad de parar sus gastos mientras las condiciones climatologicas les impidan salir a faenar, como los gastos de los seguros de los barcos, sin ir más lejos, pero de momento parece que nadie les quiso escuchar.

En este momento el dueño del Santa Ana, hundido pocos metros después de salir de puerto, tiene toda su flota parada, a la espera del rescate de esos seis marineros que se encuentran desaparecidos en este momento. Dos ya fueron rescatados sin vida y otro, que dormía en su camarote y pudo romper el ojo de buey para salir nadando a la superficie, fue dado de alta después de superar la hipotermia. Las imágenes de los telediarios impactan, en un momento en que todo el país permanece a la espera de poder acceder a ese barco.

Incluso en un día de sol, asomarse al acantilado de Peñas y ver el trajinar de las barcas por la zona, sobrecoge. Es uno de los oficios más antiguos y duros, menos reconocidos y menos remunerados. Quizá va siendo hora que los hombres de los despachos se lo pongan un poco más fácil, ¿Tan complicado sería en verdad dejarles mayor cupo de xarda? ¿O buscar la manera de ayudarles más, para que puedan tomarse la vida con más relajo?

lunes, 10 de marzo de 2014

Una vista al pasado

En mi biblioteca favorita hay un rincón dedicado a nuestros antepasados, es decir, que reúne todo lo asturiano. Me gustaría hacerme con las suficientes horas para desentrañar oficios antiguos, paisajes irrecuperables ya, historias pasadas aún no superadas, como pueda serlo cualquier guerra. Lo digo porque en alguna hora muerta, entre intervalos de espera típicos en las madres, estuve investigando en ese rincón del que hablo.

Y me hallé incluso intentando encontrar a mi padre, a los cinco o seis años, entre las fotografías que aparecían en un libro del lugar en que estudió. Un libro entero dedicado a la historia de ese centro, hasta eso encontré entre las maravillas expuestas, retales de otro tiempo pasado que aunque lo parezca, no fue mejor. Lo gritan las casas medio derruidas, las ropas medio raídas, la cara de hambre en todas sus poses y los caminos de piedras sueltas con sus hoyos enormes de barro. Pero a mí me gusta saber cómo sucedió el pasado, no con datos, sino con fotografías. Así que de cuando en cuando soy la pesada de turno que acude con su bloc de notas y selecciona algunos libros para desentrañarlos. Por lo general entre las mesas de ese rincón hay algunos chicos o chicas chateando. El tecleo constante que se traen ellos es semejante a la investigación que me traigo yo, ellos interrogan al presente, yo interrogo al pasado.

Hay libros tremendos, que cuentan hechos tan tristes que aunque lo quisiera no podría traerme a casa para leer. Para hacerlo tendría que muscular ese músculo que evita que caigamos en depresión, a veces leyendo se me saltan las lágrimas y cierro el libro y lo devuelvo a su estante. Lo cito para otro día y para otra hora, queda pendiente, pues antes no imaginaba, pero en ese rincón de la biblioteca se haya todo el universo que desde hace tanto tiempo me llama, tal vez no para escribirlo pero sí para conocerlo, me faltan todas esas hojas en mi bagaje como persona. Tal vez porque entre esos libros encuentro todas las historias que en un día lejano me dejaron de contar mis abuelos.