Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Hoy como ayer
Nueva propuesta de ley
sábado, 27 de noviembre de 2010
El sonido de un móvil, y tu voz de terciopelo
Alberto llevaba tiempo deprimido porque su pequeña empresa iba de mal en peor y no quería despedir a ningún trabajador. Llevaba toda la mañana dando vueltas con su camión de empresa intentando recaudar una mínima parte del dinero que aún le debían. Eso de ir de casa en casa reclamando aquel dinero que sabía de antemano que no podría cobrar le irritaba sobremanera, pero era todo cuanto podía hacer para poder capear el temporal ese mes funesto y esperar que las cosas comenzasen a cambiar.
Pese a los muchos años que llevaba al mando de Sinop jamás se había sentido peor, estaba realmente desesperado y apurar los pagos que había prometido aceptar como viniesen le revolvía el estómago hasta el punto de sentirlo incrustado en su espalda. Para colmo de males llevaba toda la mañana lloviendo fuertemente y hacía un frío de congelador, con lo que no tardaron en caer los primeros copos de nieve. Se apuró en bajar el puerto antes de que la cosa agravase, y zanjó todos los hogares que quedaban por visitar, no sabía como se las arreglaría, pero algo ingeniaría y mientras conducía sentía el tictac del corazón en el centro de su cabeza, primero débilmente, después más fuerte cada vez. Era el cúmulo de estrés de las últimas semanas que hacía acto de presencia sin avisar, después le atenazaría el cuello y se iría extendiendo por los hombros hasta dejarle la espalda tan rígida como una tabla de planchar. Sin pensarlo dos veces se detuvo en una cafetería para tomarse una tila bien cargada.
Se escuchaba de fondo un cántico extraño que no tardó en descifrar, era el de los niños de San Ildefonso cantando la lotería de navidad.
- ¿Ha salido el gordo?_ preguntó más que nada por intentar distraerse con un poco de conversación.
- Es el único que queda por salir, veremos donde cae este año_ le respondió el camarero antes de perderse un buen rato en la cocina.
Un estrépito capaz de tirar los tabiques abajo anunció que el gordo acababa de salir. El número llenó la pantalla unos instantes y parpadeó dentro de su cabeza, agotada por completo de pensar. Le pagó al camarero y regresó al camión. Apenas había arrancado cuando sonó su teléfono móvil con insistencia, era su mujer, y la verdad que no sabría cómo decirle lo que le debía decir.
- Dime_ le dijo sin entusiasmo.
- ¿Sabes en qué podríamos invertir 30.000 euros?
- Sí, se me ocurrirían unas cuantas cosas, la verdad_ hubo una esperanza lejana que cosquilleó en su pecho- ¿a que viene esa pregunta?
- Es justo el dinero que nos acaba de tocar.
Alberto observó el lugar inhóspito en que se encontraba. Rodeado de bosque, en un mediodía en que comenzaba a oscurecer, los copos de nieve cayendo cada vez con más fuerza, los coches circulando despacio y dejando huellas de neumáticos tras de sí. Puso el manos libres y la voz aterciopelada de su esposa siguió hablando y hablando mientras bajaba el puerto y regresaba a casa. Mientras recuperaba la calma que tanto tiempo le había faltado y pensaba en llegar a casa y encontrarse con ella nuevamente, lejos de los agobios. Nada deseaba más.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Crítica literaria
jueves, 25 de noviembre de 2010
La princesa repite modelo
Frase
miércoles, 24 de noviembre de 2010
El amor no tiene edad
martes, 23 de noviembre de 2010
Lucha de poder
lunes, 22 de noviembre de 2010
Era un nómada confeso
domingo, 21 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
Matemáticamente imposible
jueves, 18 de noviembre de 2010
Fuera de cobertura
jueves, 11 de noviembre de 2010
Sobre la televisión actual
Una historia que da que pensar
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Un reflejo como un espejo
martes, 9 de noviembre de 2010
Una propuesta
lunes, 8 de noviembre de 2010
Voy a escribirte un cuento
sábado, 6 de noviembre de 2010
Frase
viernes, 5 de noviembre de 2010
La huella del talento
jueves, 4 de noviembre de 2010
Esperando por mí
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Para reflexionar
Palabras de Miguel Hernández
martes, 2 de noviembre de 2010
La vida es bella
lunes, 1 de noviembre de 2010
Miguel Hernández
SENTADO SOBRE LOS MUERTOS
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer,
el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Aunque le falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.
Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.