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viernes, 3 de septiembre de 2010

Intentarlo para mejorarlo

Un escritor profesional se queja porque determinados libros que se publican ni son poesía ni son novela. Hasta ahí puedo estar de acuerdo. También asegura que se publican muchos libros que ni debieran ser escritos…aquí me cruje un poquíto el ánimo, porque escribir es ante todo un acto de libertad, al menos para mí lo es más que cualquier otra cosa. Es inventarse un espacio tan amplio como se antoje y andar por el sin cortapisas, lo cual hace del acto de escribir en sí mismo un lujo al alcance de cualquiera. Cualquier persona con un mínimo conocimiento del abecedario puede escribir si se le antoja, aunque escriba vaca con b, o nube con v, gato con j o huella sin h. La vaca del pasto, la nube del cielo, el gato del tejado o la huella en la arena siguen siendo la misma cosa, no voy a ponerme tiquismiquis porque alguien me escriba un cuento que puedo entender poniendo algo de mi parte, ¿Qué madre del mundo no recibió alguna vez un elaborado poema que atesora como oro en paño lleno de faltas de principio a fin? ¿Era menos perfecto en su composición por no manejar ciertas normas? ...¿Verdad que no?

Sobre el mundo editorial cabe decir que cualquier editor puede editar lo que se le antoje del mismo modo que cualquier lector puede leer lo que libremente le apetezca.Porque una cosa es el producto y otra el etiquetado. Yo no puedo envasar ancas de rana y hacerlas pasar por alas de pollo, que es algo que se viene haciendo así porque sí en el mundo editorial, eso no vamos a negarlo. De ahí que muchos escritores se rasguen las vestiduras y con razón, en esa historia no entro. No me atañe, porque yo no soy escritora, soy ama de casa y bastante tengo ya con lo mío y con mi forma de ser para andar buscándome problemotas.

Por eso me viene a dar lo mismo que se publiquen libros de poesía que no lo son, novelas que no son novelas, que se les de bombo y platillo, que se vendan como churros, que invadan el mercado aislando a los escritores de verdad que cada vez lo tienen más difícil para destacar si no tienen un nombre muy hecho. Y me da lo mismo porque yo no vivo de escribir, y como lectora sé de antemano los libros que me van a gustar –sean buenos o menos buenos- y solo esos me leeré hasta el final, y solo ellos me recompensarán que es mi verdadero objetivo. Una lectura que aporte algo a mi yo común, que me beneficie en mi vida diaria. Punto y coma.

Me tropezaré con esos libros de artificio de escritores de humo que son superventas y también un engañabobos, ¿quien no se ha tropezado con alguno?, pero tampoco me quitará el sueño porque lo devolveré a biblioteca tan campante y jamás se me ocurrirá repetir, incluso me reiré sarcásticamente cuando lea su título de perfil. Porque a mí no me ha engañado, no es literatura, es bazofia. O es un tormento, o trata un tema que me horripila, o me angustia, me desagrada, me recuerda precisamente lo que quiero olvidar, o quien sabe cuantas razones más habría para que la balanza se incline del lado negativo de un modo fehaciente.

Todos los días cocino sin tener mano con la sal, o plancho dejando alguna arruga que después de bien planchada no conseguiré quitar, o siego doblando la punta de la guadaña, o riego la tierra pisando una planta que intentaba hidratar, o escribo en lugares diferentes sin tener ni repajolera idea de escribir. Para muestra un botón. Es más, si tuviese que hacer solo aquello para lo que estoy preparada sería una persona muerta. Y prefiero vivir arriesgando, porque quien arriesga al menos lo intenta y tal vez lo único a lo que tengamos alcance sea a intentarlo hasta que se vaya dando, puesto que aprender suele tener mucho de constancia.

Es por eso que prefiero que haya malos escritores a buenos asesinos. De los primeros uno puede huir tan lejos como quiera, de los segundos no. De los primeros uno se recupera, de los segundos jamás. De los primeros uno tiene la opción de aprender, de los segundos solo se obtiene un silencio precipitado de eternidad. Y esto es algo que todos sabemos, porque todos los días tenemos de unos y de otros, a los primeros se les rehuye, a los segundos tan solo se les puede maldecir, porque ante todo somos humanos y nos equivocamos...algunas veces con menos remordimientos que otras. Lo siento pero aquello que Petronio le dijo a Nerón de: mata pero no escribas poemas no me sirve. Si quieres matar a alguien hazlo en papel.

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