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jueves, 13 de septiembre de 2012

A la hora del fin

Cuando has asesinado, le has puesto fin a la vida de quien contaba vivir. La persona a la que has matado no pudo elegir su forma de morir, en cambio tú si elegiste por ella. Y elegiste la única forma de morir que nunca quiso para sí. La mataste justamente en el momento en que ella solo pensaba en vivir.

Si ahora estás en la cárcel, aquejado de una enfermedad, que por sí sola pondrá fin a tus días, no me pidas la libertad que has perdido al matar a un inocente. Cumple tu condena en lugar que ocupas, hasta el fin. No des por hecho que tu vida es mejor a otras vidas. No es así. 

Otros enfermos como tú, tampoco pudieron elegir. Tus víctimas tampoco pudieron elegir. No creas justo que tú puedas elegir. 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La industria asturiana y la tarifa de la luz

La principal industria asturiana, dedica el 45% de su productividad a pagar la tarifa de la luz - datos que se han hecho públicos-. Ello hace que se esté planteando emigrar, poniendo en riesgo a las familias que sobreviven con su trabajo. Asturiana de cinc, Arcelor Mittal y Alcoa, están en la misma situación: negociando una tarifa de luz más económica, para según dicen, poder seguir teniendo abiertas sus factorías en las condiciones que están dispuestas a seguir.

Y las familias que dependen de ese trabajo, están pendientes de esa negociación, porque se hace imprescindible para sus vidas. En definitiva, siguen estando en jaque, a la espera de que algo comience a mejorar.

Y esperemos que mejore...

martes, 11 de septiembre de 2012

El mundo, de Juan José Millás

Dediqué estos días a leer ese libro, que vino a ser como introducirme en su relato y estar a su lado en cada momento que relataba. Más que leer un libro, al leer El mundo, tuve la sensación de vivir unas vacaciones en un lugar donde nunca había estado. Terminarlo y volver de nuevo a la realidad, fue como llegar a una realidad nueva, partiendo desde muy antiguo. Constatar que de la vida de ahora y la de cuando fuimos niños no tiene nada que ver, puesto que mientras leía reconocía en su voz, la voz de otro tiempo, la que usaron personas de más edad que yo, para relatar sus tiempos.

El libro está lleno de reflexiones y de frases de nota. Y suena a verdad. Suena a verdad vuelta atrás y vuelta a enfocar de nuevo, bajo el prisma de alguien que vuelve sobre sus pasos y reconstruye su realidad. ¿Truco de escritor prestidigitador?, he ahí la pregunta. La balanza no sabría qué lugar ir a ocupar, si la de fantasía novelada o realidad contada, o realidad-fantasía mezclada. Pero ya dije que es un libro que de principio a fin suena a verdad.

Cuenta la historia del narrador vista por sí mismo, Juan José Millás, pasa por su infancia acompañado del Vitaminas, apodo que le han puesto a su mejor amigo, enfermo del corazón, del que se sabe no aguantará el desarrollo. Se dice que para él desarrollarse del todo sería explotar. Juntos van y vienen todos los días, describiendo en sus peripecias un tiempo y un lugar. Hay que dejar atrás Valencia, con su sol, con su playa, e irse a vivir a Madrid, con sus edificios y su vida gris. Eso nos cuenta este niño, esa infancia que no termina de gustarle, esos adultos que no termina de encajar. Ese entorno que siempre le resulta raro a pesar de todo.    
Y esa forma de inventarse, o al menos intentarlo, otra realidad.

Al devolver este libro a la biblioteca, me encontré con muchos títulos de Juan José Millás. Leer El mundo, me ha tenido silenciosa todos estos días, como aplastada ante la conciencia de encontrarme un escritor real  -a veces aunque sean muy laureados no me lo parecen-. Dejo este aviso por si tardo en asomarme de nuevo. Nadie se preocupe, me hallo fascinada bajo el embrujo de ese arte que es saber contar. El único que consigue que no escriba una línea, pues me sumerge de lleno en unas vacaciones, tan distintas a todas, que aunque quisiera no puedo regresar.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Sobre edición

De alguna forma, intuyes que el mundo editorial es igual al mundo que observas cada día. Otras veces se te antoja una jauría. Unas veces quieres formar parte de sus entresijos. Y otras veces te dices que deberías conformarte con ser quien eres, erradicando esa fuerza invisible que te lleva a impulsarte sobre tus pies. Te dices que lo único importante es estar despierta cada segundo de tu vida, siendo consciente de lo que pasa a tiempo real, bajándote de las nubes y mirando ese presente que si no cazas puede escapar. Sabes que tu estancia está definida, y no quieres distraerte de aquellos que tienes; no quieres perderte tiempo de estar con ellos por buscar sueños. Y eso de cuando en cuando te retrotrae, y aún pese a ello, no dejas de avanzar.

Mientras decides si disfrutar del ahora todo el tiempo, o si dejar volar tus sueños más allá de tu vida. Lees todo lo que te llega sobre edición, como un pez que ya respira dentro del agua, y fuera.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lugares con la capacidad de curar

Casi a diario, salgo a pasear por rincones idílicos. Y más de una vez pensé en regalaros esa instantánea entre tantas que me llena de paz. No sé ni cómo he conseguido ponerla, pero ha salido demasiado ancha y de momento no la sé cambiar. Eso que hay entre los bloques de hormigón y la costa, es una capilla erigida a La virgen del Carmen, sobre un islote pequeño en medio del mar. La fotografía la tomé hace unos días sobre las ocho de la tarde.

A veces uno carece de riquezas, pero tiene la conciencia de que haber nacido rodeado de tanta belleza inigualable, es lo mejor que le pudo pasar. Pues solo la naturaleza, con sus miles de acertijos, a veces tan impresionantes, contiene dentro de sí toda la esencia sanadora que pueda necesitar. Mientras tomaba esta fotografía y otro montón junto a ella, tuve esa conciencia: que cada paisaje que me rodea tiene el don de sanarme de todas las heridas pasadas o presentes, y es como ser tocada por una mano invisible que dijera, estoy contigo y camino a tu lado, nunca estás sola y créeme; nunca lo estarás.

Soy un ser extraño demasiado común y lo sé. Esta cabecera queda un poco rara, por ser demasiado alta, y tal vez la vaya sustituyendo a lo largo del tiempo por otros parajes inigualables que os quiera regalar. Uno se conforma de todo cuanto le rodea, de todo lo que aún sabiendo nunca sabrá expresar.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Diría que no...

Llega el momento en que las personas que jamás han cuidado su salud, tienen que ir al médico. El momento en que frente a su médico de cabecera han de reconocer su verdad, esa verdad que han ocultado durante tanto tiempo al resto del mundo. Y que, en un gesto de imbecilidad, se han ocultado siempre a sí mismos. Otras veces en que fueron no lo hicieron, se pelearon con el mundo y escondieron la cabeza debajo de la tierra.

Llega un momento en que la verdad pide ser dicha, para comenzar a cuidarse la salud, para asegurarse en lo posible un futuro...Y yo me pregunto: ¿Hoy lo harás? ¿Hoy tendrás el valor? ¿De veras lo tendrás?

lunes, 3 de septiembre de 2012

De toda la vida o no

Si hablamos de editoriales yo preferiría publicar en una editorial de toda la vida. Por varias razones: en una editorial de toda la vida cada quien tiene su función, y tengo asumido que hay alguien encargado de hacer saber al autor qué vicios debe erradicar de su escritura. Que a su vez es alguien que exige cada vez una mayor calidad en los textos del autor y no le deja dormirse entre las ramas.

Si hablamos de si lo veo posible, diría que no, hay demasiada calidad por ahí, demasiada inteligencia unida a esas cualidades que hacen bueno a un autor, y por lo tanto creo cuasi imposible que una editorial de toda la vida me publicara. Y entre no publicar mi obra favorita, y poder publicarla -sea o no por ego de autor- elegiría autopublicar, que es difundirla.