A veces las clases más breves sobre escritura son las que más enseñan. Si algo puede gustarme de veras es la síntesis de algo que encuentro explicado con claridad.
http://dreamers.com/manuscritos/docs/manuales/manual039.htm
Un blog donde la tristeza y el buen humor caminan de la mano. Donde los límites entre fantasía y realidad se entremezclan hasta conformar un solo presente.
lunes, 26 de diciembre de 2011
Toma nota:
Si la escuela no educa a tu hijo en la creatividad y en el espíritu crítico, hazlo tú como padre o madre, pero procura estar preparado para cuando él sea crítico contigo y no te incomodes por ello.
viernes, 23 de diciembre de 2011
La vida responde
Desde que me dio por escribir la escritura me actúa como una especie de magia. Es como un buscar y encontrar. O un escribir lo que sin saberlo en ese instante, después me va a pasar en la vida real. Hay grandes historias guardadas en mi cabeza que no quiero poner en papel, justamente por eso, porque la escritura es una especie de magia que no puedo controlar, y a veces parte de lo que escribo de una u otra forma se hace realidad, y no siempre es bueno, porque tiendo al dramatismo de una forma total.
Pues bien, de esa forma casual en que la vida responde a mis escritos, me encontré a una de las personas para quienes había escrito la entrada anterior. Y no digo con esto que crea que le ha tocado la lotería y que le ha cambiado la vida, porque esta magia extraña no llega hasta ahí. Ojalá pudiese. Solo digo que la vida ha vuelto a responder a uno de mis escritos, y que he llegado hasta el por pura casualidad. Esa casualidad que hace que ame y tema al mismo tiempo a mi propia escritura, como un ser dual.
http://bitacoraruinafamiliar.blogspot.com/2011/11/tengo-trabajo.html
Pues bien, de esa forma casual en que la vida responde a mis escritos, me encontré a una de las personas para quienes había escrito la entrada anterior. Y no digo con esto que crea que le ha tocado la lotería y que le ha cambiado la vida, porque esta magia extraña no llega hasta ahí. Ojalá pudiese. Solo digo que la vida ha vuelto a responder a uno de mis escritos, y que he llegado hasta el por pura casualidad. Esa casualidad que hace que ame y tema al mismo tiempo a mi propia escritura, como un ser dual.
http://bitacoraruinafamiliar.blogspot.com/2011/11/tengo-trabajo.html
jueves, 22 de diciembre de 2011
Sorteo de navidad
El dinero no compra la felicidad, pero sirve para vivir dignamente. Para tener un techo bajo el que refugiarse de todas las inclemencias del tiempo en el frío invierno. Para prepararse una comida caliente que nutra el cuerpo. Para poder costearse los gastos de toda enfermedad que pueda presentarse. Para hacer frente con tranquilidad a todas las facturas que llegan inesperadamente. Para dar un hogar conveniente a todos los niños que vienen al mundo. Y a todos los ancianos que ayudaron a conformarlo tal cual está con el sudor de su frente.
El dinero no da la felicidad, pero ayuda a sentirse feliz. Que nadie lo dude. Siempre es más feliz quien lleva una vida digna, y no nos llevemos a engaño, tal y como está planteada la vida dentro del planeta tierra necesitamos un cupo -al menos mínimo- de vil metal y si no, vamos directos a la indigencia, con el beneplácito del poder, aunque el miedo nos dilate las pupilas y el estómago se contraiga de puro miedo. Pese a todo al papá poder no se le movería ni una pestaña, ni al alto clero, ni a rey alguno sobre la tierra.
Hoy es el día del sorteo de navidad, lo sé porque los telediarios matinales ya están a vueltas de castañuela con el sorteo dichoso. Pues bien, me gustaría que ese dinero se lo lleven quienes más lo necesiten para alcanzar a una vida digna. O aquellos que estén dispuestos a luchar hasta el final por la dignidad de los demás. O quienes repartan salud entre quienes están en peligro de perecer por hambre o enfermedades insignificantes. Por una vez, aunque sea por una sola vez, me gustaría que todo el dinero extraído del sorteo de navidad sirva para mover la gran balanza del mundo, y que quienes más tienen se queden en la pesa de abajo, sin oler un céntimo. Quizá de este modo las cosas comenzasen a cambiar, y a cambiar para mejor; al menos por una vez.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Aquello que jamás debiera prescribir
Hace unos días leía una noticia en un periódico regional: tres hermanas que acudieron a denunciar un delito ante la autoridad competente -en toda la noticia no se especificaba el delito-, terminaron denunciando a su padre por haber abusado sexualmente de ellas cuando eran menores de edad. En la noticia se cuenta que el denunciado ronda los 80, y sus tres hijas los 40 años de edad. Durante la investigación llevada a cabo por los agentes quedó demostrado que alguna de ellas sufre varias "secuelas" (sin especificar), hasta el punto de no haber podido llevar una vida normal.
Y bla, bla, bla...después de mucho artículo y muchas palabras, la denuncia de las tres mujeres, violadas por su propio padre cuando eran menores de edad, se encuentra con infinidad de trabas porque este delito tiene fecha de caducidad: ha de ser denunciado antes de 20 años. El caso terminó archivado, al menos por el momento en apoyo del artículo bla, bla, bla...En medio de la información un consejo de la Benemérita: "Todas las personas que sufran un abuso de cualquier tipo deben denunciarlo cuanto antes para poder obtener pruebas más precisas y que el delito no prescriba con el paso de los años".
Tuve que leer esta noticia varias veces porque no daba crédito a la palabra prescribir. Parece que según un abogado de la comarca "La única salida para que la denuncia siga adelante es que el delito tuviese una pena mayor ( que en principio según este artículo se estipula en una pena de prisión de 24 a 30 años por cada delito), lo que supone que aumenten los años en los que el caso podría seguir investigándose y el acusado pagaría por lo que ha hecho".
A veces no entiendo el mundo, lo digo muchas veces, pero al mundo sí que lo entiendo, lo que no entiendo son las leyes que han dictado los hombres. Hay leyes que debieran revisarse desde ya, y entendería el mundo a la perfección. Como que esta clase de delitos no prescriba nunca. Esa es mi modesta petición desde aquí.
Y bla, bla, bla...después de mucho artículo y muchas palabras, la denuncia de las tres mujeres, violadas por su propio padre cuando eran menores de edad, se encuentra con infinidad de trabas porque este delito tiene fecha de caducidad: ha de ser denunciado antes de 20 años. El caso terminó archivado, al menos por el momento en apoyo del artículo bla, bla, bla...En medio de la información un consejo de la Benemérita: "Todas las personas que sufran un abuso de cualquier tipo deben denunciarlo cuanto antes para poder obtener pruebas más precisas y que el delito no prescriba con el paso de los años".
Tuve que leer esta noticia varias veces porque no daba crédito a la palabra prescribir. Parece que según un abogado de la comarca "La única salida para que la denuncia siga adelante es que el delito tuviese una pena mayor ( que en principio según este artículo se estipula en una pena de prisión de 24 a 30 años por cada delito), lo que supone que aumenten los años en los que el caso podría seguir investigándose y el acusado pagaría por lo que ha hecho".
A veces no entiendo el mundo, lo digo muchas veces, pero al mundo sí que lo entiendo, lo que no entiendo son las leyes que han dictado los hombres. Hay leyes que debieran revisarse desde ya, y entendería el mundo a la perfección. Como que esta clase de delitos no prescriba nunca. Esa es mi modesta petición desde aquí.
martes, 20 de diciembre de 2011
La canción de siempre
Ayer escuchaba las palabras del nuevo presidente español. Me sonaron a antiguas. No tengo mucha paciencia con los políticos, de modo que quizá no le presté la debida atención. Y me sonó a que estaba dándome las excusas que le servirán para no dejarme el respiro económico que equivaldría a devolverme la fe en todo el conglomerado establecido en el parlamento. Parlamento viene de parlar, y estos nos tienen acostumbrados a que en cuanto se encuentran a gusto en su nuevo papel, parlan más bien poco, porque en el fondo les gusta imponer. Comienzan con las excusas, y en cuanto creen tenernos convencidos de su argumento nos tienen pillados.
Por lo poco que escuché, creo que si bajan los sueldos no serán los suyos. Si hay que recortar puestos de trabajo, no serán los suyos. Si hay que hacer algunos cambios, no les afectarán de forma directa. Como siempre, se dedicarán a limpiar de puertas para afuera. Y seguirán buscando la solución en los lugares acostumbrados, y volverán a pulir lo pulido, abrillantar lo abrillantado, rayar lo rayado, quemar lo quemado, y el trabajo que tienen pendiente, de no espabilarse ahora, se quedará sin hacer hasta la legislación siguiente, que váyase a saber. Cierto que no entiendo de política y si algo tengo claro es que nunca entenderé.
Por lo poco que escuché, creo que si bajan los sueldos no serán los suyos. Si hay que recortar puestos de trabajo, no serán los suyos. Si hay que hacer algunos cambios, no les afectarán de forma directa. Como siempre, se dedicarán a limpiar de puertas para afuera. Y seguirán buscando la solución en los lugares acostumbrados, y volverán a pulir lo pulido, abrillantar lo abrillantado, rayar lo rayado, quemar lo quemado, y el trabajo que tienen pendiente, de no espabilarse ahora, se quedará sin hacer hasta la legislación siguiente, que váyase a saber. Cierto que no entiendo de política y si algo tengo claro es que nunca entenderé.
lunes, 19 de diciembre de 2011
La voz de la sabiduría
Este libro de Priscilla Cogan, cuenta la historia de Winona, una anciana india que ha decidido morir. Su hija Lucy acude alarmada a la consulta de una psicóloga para que le saque de la cabeza la idea de morir. Una tarea nada sencilla porque Winona ha convocado a los espíritus y les ha pedido que vengan a buscarla cuando quieran -porque ya está preparada para iniciar el viaje- y ellos le han prometido que así lo harán. Ellos jamás faltan a sus promesas y es un proceso que no tiene marcha atrás.
Es todo lo que Winona le repite una y otra vez a la psicóloga en sus horas de consulta. Pero Meggie como buena profesional, intenta por todos los medios a su alcance desterrar esa idea de su cabeza. La anciana no quiere que la salven de la muerte, está decidida a irse, pero quiere que su hija sufra lo menos posible, y que la psicóloga lo acepte.
Es Maggie quien relata la historia de principio a fin, entrelazando tantos detalles con una voz tan sutil y unos ambientes tan reales que te hace quedarte entre sus páginas de principio a fin pidiendo que no se acabe. Es un libro que leí hace mucho tiempo, por eso podría resumirlo de principio a fin en tan solo unas líneas. Y sin embargo todo lo importante quedaría sin contar, porque es imposible contarlo. Es un libro especial.
Uno de tantos, que uno encuentra por casualidad en una librería de viejo, marcado con 2 míseros euros; y que se trae a casa para releerlo un día. Tal que así ha sido posible que ahora mismo lo tenga delante de mí, por esas casualidades maravillosas que tiene la vida. Para resumir diré algo, La voz de la sabiduría es justamente eso: La voz de la sabiduría. Al menos para mí, que a partir de su lectura me cambió la vida.
Es todo lo que Winona le repite una y otra vez a la psicóloga en sus horas de consulta. Pero Meggie como buena profesional, intenta por todos los medios a su alcance desterrar esa idea de su cabeza. La anciana no quiere que la salven de la muerte, está decidida a irse, pero quiere que su hija sufra lo menos posible, y que la psicóloga lo acepte.
Es Maggie quien relata la historia de principio a fin, entrelazando tantos detalles con una voz tan sutil y unos ambientes tan reales que te hace quedarte entre sus páginas de principio a fin pidiendo que no se acabe. Es un libro que leí hace mucho tiempo, por eso podría resumirlo de principio a fin en tan solo unas líneas. Y sin embargo todo lo importante quedaría sin contar, porque es imposible contarlo. Es un libro especial.
Uno de tantos, que uno encuentra por casualidad en una librería de viejo, marcado con 2 míseros euros; y que se trae a casa para releerlo un día. Tal que así ha sido posible que ahora mismo lo tenga delante de mí, por esas casualidades maravillosas que tiene la vida. Para resumir diré algo, La voz de la sabiduría es justamente eso: La voz de la sabiduría. Al menos para mí, que a partir de su lectura me cambió la vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)